Archivo diario: 18 marzo, 2013

La OMS confirma que España tiene la mayor expectativa de vida de Europa

OMSLa Organización Mundial de la Salud (OMSconfirmó este miércoles que España tiene, con una media de 82,2 años, la mayor expectativa de vida de Europa, si bien este estatus podría cambiar en base a cómo se gestionen factores de riesgo como el tabaco.

En declaraciones a Efe, la doctora Claudia Stein, una de las autoras del Informe sobre Salud en Europa 2012 de la OMS presentado hoy en Londres, explicó que los factores que determinan la expectativa de vida «son variados y variables», pero en general es importante que haya un índice bajo de mortalidad infantil y materna.

España «ha tenido durante años poca mortalidad» de ese sector de la población, al igual que otros países como Francia o Italia, que ocupan el segundo y tercer lugar en la tabla de longevidad, elaborada con datos de 2010.

Según las estadísticas de la OMS, de 53 países analizados, el que tiene una expectativa de vida más baja es Kirguistán, con 68,7 años -una diferencia de 13,5 años respecto a España-, mientras que también se sitúan en esas cotas Turquía y Rusia.

Algunos factores que contribuyen a alargar la vida en el continente son la mejora en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares y circulatorias, que suelen ir ligadas a hábitos perniciosos y son más frecuentes también entre las personas de bajos ingresos.

El informe denota diferencias entre hombres, que viven unos 72,5 años de media, y mujeres, que llegan a los 80, lo que se explica en parte por diferentes estilos de vida y empleo.

En España se vive muchos años pese a que, en comparación con otros países, se fuma mucho, pero Stein avisó de que «lleva unos años desarrollar las enfermedades, así que esta situación podría cambiar en el futuro».

En los 53 países analizados -cada Estado miembro de la OMS elige a qué continente se adscribe-, al menos un 6,5% de las muertes son debidas al alcohol, que, con el tabaco, sigue siendo el principal factor de riesgo en el continente. «En Europa se fuma y se bebe más que en cualquier otro lugar del mundo», afirmó Stein.

En la presentación de su informe, la oficina europea de la OMS destacó también el envejecimiento de la población del continente, un 15% de la cual tenía en 2010 más de 65 años, proporción que llegará al 25% en 2050 a no ser que lleguen más inmigrantes jóvenes.

Aunque esto supone un triunfo de la medicina, por otra apunta a un estancamiento de la población, cifrada ahora en 900 millones de habitantes, debido «a la caída del índice de fertilidad». «Las muertes no se están sustituyendo con nacimientos», declaró a Efe la doctora, quien señaló que los países europeos deben hacer «lo posible» por promover medidas que faciliten a las mujeres tener bebés.

La mortalidad en Europa ha caído en general en las últimas décadas pero varía de este, donde hay más muertes, a oeste, debiéndose un 80% de los fallecimientos a enfermedades no infecciosas como las circulatorias o el cáncer.

Aunque tienen menos incidencia que en otras regiones el mundo, las enfermedades infecciosas, como el sida, la tuberculosis u otras de transmisión sexual, «son aún motivo de preocupación», por lo que, según la OMS, no se puede bajar la guardia.

Europa tiene la mortalidad infantil más baja del mundo (7,9 por cada mil nacimientos de niños vivos), gracias a una reducción del 54% entre 1990 y 2010, mientras que la mortalidad materna descendió un 50% después de 1990 hasta 13,3 muertes por cada 100.000 partos de niños vivos.

Las muertes en accidentes de tráfico se redujeron un 50% en ese periodo gracias al descenso de accidentes por consumo de alcohol. Otro dato es que, mientras que los suicidios bajaron mucho en Europa después de los años 90, entre un 24 y un 40%, el ritmo de descenso ha disminuido desde el estallido de la crisis crediticia en 2008.

La oficina europea de la OMS, que en 2013 empezará a medir también «el grado de bienestar» de los europeos, admite que «existe el riesgo» de que las medidas de austeridad aplicadas por la crisis económica en el continente afecten a sus buenos indicadores, según dijo a Efe Stein.

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Montserrat Fontané, 76 años: «Si te detienes, pierdes la ilusión»

Es Jefa de cocina Dirige su restaurante, Can Roca, y se ocupa de los estudiantes que aprenden en el triestrellado de sus hijos | «Si no haces nada, tienes demasiado tiempo para cavilar y eso no es bueno para la salud»

Montserrat FontanéEs una cocinera de las de toda la vida. Desde primera hora de la mañana ya está bregando entre fogones. Entregada, sagaz y generosa, Montserrat Fontané quiere ser la primera que entra en la cocina del restaurante. «Me gusta seguir haciendo lo que he hecho toda mi vida. Para mí es fundamental. El trajín culinario me ayuda a no perder mi objetivo y me revitaliza», asegura.

Nacida en Sant Martí de Llémena, empezó a servir los sábados y las fiestas de Sant Narcís en un conocido restaurante de Girona a la edad de trece años. Tras vivir una dura posguerra y alguna que otra vicisitud, a sus 76 años ahí está. Vestida con uniforme blanco, no sólo prepara la comida, sino que además dirige su equipo de cocina, supervisa y diseña los menús que se sirven en su negocio, Can Roca, situado a escasos metros del de sus hijos: el prestigioso restaurante El Celler de Can Roca, considerado el segundo mejor del mundo y galardonado con tres estrellas Michelin.

«Cuando te despiertas y ves que te duele la espalda, las piernas y el día se presenta con dificultades, apetece mucho quedarse en la cama…, pero no hay que hacerlo. Si te detienes, pierdes la ilusión por vivir», subraya.

Sus platos estrella son los calamares a la romana, el arroz a la cazuela y los canelones. Fontané los prepara con la misma ilusión del primer día. «Es necesario sobreponerse y ser valiente. Si no haces nada, tienes demasiado tiempo para cavilar y eso no es bueno para la salud. Yo donde mejor estoy es en la cocina. Cada uno debe encontrar su lugar y no renunciar a sus metas a pesar de la vejez».

En su establecimiento come a diario un centenar de personas. A las 12 horas empiezan los estudiantes que hacen un stage en El Celler de entre tres y seis meses. Actualmente son una veintena de jóvenes. Con ellos, también hay el personal de Can Roca, una veintena más. Después, ya viene el resto de los comensales: comerciantes, vecinos de la zona, algún trabajador de obra y profesores de escuelas e institutos próximos, entre otros.

Son muchas bocas que alimentar. Una dura faena que la madre de los hermanos Roca lo afronta precisamente como un estímulo. «Si te superas, aún te sientes más valiente. ¡Ánimo, lucha! Yo lo he hecho toda mi vida».

Can Roca es el resultado del sacrificio, el trabajo y la humildad. Unos valores que ha transmitido a sus tres hijos, Joan (cocinero), Josep (sala y sumiller) y Jordi (repostero) desde que eran pequeños. «Ellos también trabajan mucho. Llenan cada día. Incluso tienen reservas hasta finales de año. Eso sí, comemos juntos a diario. Lo hacemos de pie en la cocina de Can Roca. Es nuestro momento», detalla.

Detrás de la vocación de estos tres hermanos, de proyección internacional, está sin duda su madre. Fontané explica orgullosa que de vez en cuando le piden la opinión sobre sus creaciones, a pesar de que su gastronomía es muy distinta.

«Probé unos calamares y les dije: ‘¿Qué es esto? Sabe a calamar pero son migas. ¡Venid a casa, por favor, a comer calamares de verdad!», recuerda. O en otra ocasión le dijeron a su padre que probara un destilado de pollo a l’ast. «Al jefe, que es como llamamos a mi marido, no se le ocurrió otra que decir que no jugaran con el pollo a l’ast porque durante muchos años había dado de comer a esta familia. Pero es normal, se juntan los tres y lo hacen. Como niños…», añade.

Algunos de los platos típicos de Can Roca han sido fuente de inspiración para los reconocidos hermanos. Es el caso del parmentier de bogavante. «Se parece mucho, pero ellos ponen el pescado sin piel ni espina. Yo, la patata cortada a trozos, y mis hijos triturada. El trabajo que hacen es más minucioso. Es otro mundo», expone. «El Celler tiene más de un centenar de empleados para dar comida a 50 comensales y, en cambio, nosotros en Can Roca somos 25 para alimentar a 100 personas. ¿Se ve la diferencia?», puntualiza sonriendo.

Los estudiantes que hacen prácticas en el triestrellado restaurante provienen de Australia, Japón, Francia, Italia, América del Norte y del Sur, entre muchos otros países, y también del País Vasco, Andalucía, Valladolid o Alicante. Algunos acuden porque han terminado la escuela, otros porque están en un establecimiento con menos estrellas y quieren aprender nuevas técnicas.

Ella se convierte para estos jóvenes en todo un referente. No en vano la llaman la madre. «El coordinador les dice que al llegar a la estación de tren o en el aeropuerto, cojan un taxi, vayan a Can Roca y pregunten por la señora Montserrat. Yo, sin embargo, les digo a los chicos y chicas cuando los veo que con que me llamen Montse ya basta».

Tras darles la bienvenida, se encarga de entregarles las llaves de las habitaciones y les enseña sus estancias, situadas en la planta superior de Can Roca y construidas hace años para ofrecer pensión completa a los clientes. «Ahora son para ellos. Aquí comen, duermen, se les lava la ropa y las sábanas. Mi lema es orden, silencio y limpieza, aunque no me hacen mucho caso», confiesa.

Fontané hace lo que haga falta en el restaurante. «Si viene el recadero con un paquete y nadie puede atenderlo, salgo yo. Cuando hay que guardar albaranes o hacer pedidos, también. Si alguien está enfermo, ocupo su lugar. Soy la correturnos. Además, en ocasiones me llaman para hacer de jurado en concursos gastronómicos. O sea que todavía me tengo que jubilar».

De joven se marchó del campo para trabajar en las Termes Victòria de Caldes de Montbui, de ocho de la mañana a once de la noche. Años más tarde, volvió a Girona al restaurante de su hermana mayor, Can Lloret, donde aprendió a cocinar de verdad. Al casarse, emprendió su propio negocio. «Montar un bar en las afueras de Girona era muy arriesgado. Pero lo hicimos», explica. Su marido, con quien este año celebra su 50 aniversario de casados, era conductor de autobús y nunca se metió en la cocina. «Él siempre ha sido muy manitas, ayudaba cuando se rompían las cosas, igual que ahora», aclara. Llegó la fábrica Nestlé y la construcción de la autopista, y el éxito les permitió ampliar Can Roca. «Sabían que aquí se comía bien y barato». Después, sus hijos abrieron El Celler al lado. «Venían a nuestra cocina a por más espacio». Finalmente, se trasladaron al nuevo Celler.

Por la noche, en Can Roca sólo se sirve la cena al personal y a los estudiantes. El establecimiento baja la persiana a las 21 horas. El silencio gana protagonismo. Un momento de reflexión para esta septuagenaria: «Doy gracias por lo que el día de hoy me ha traído y deseo que para mañana no me falte la salud ni tampoco las ganas de trabajar para seguir ganando la batalla a la vejez».

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Geriátricos asfixiados por los impagos

Impagos residenciasLos impagos de la Generalitat no solo afectan a las farmacias catalanas, sino también a los geriátricos con plazas públicas o concertadas. El sector denuncia “la asfixia” financiera que padece y que, según la Asociación Catalana de Directores de Centros y Servicios de Atención a la Dependencia Gerontológica (ASCAD), en parte, explicaría el cierre de 25 centros el año pasado, cifra que podría crecer durante el 2013. “Estamos haciendo de avaladores de la administración”, denuncia su presidente, Andrés Rueda. Con el objetivo de sensibilizar a los usuarios de la situación, algunas residencias han optado por repartir circulares a las familias notificando la deuda impagada que acarrea cada plaza. E, incluso, algunas de ellas han hecho aportaciones económicas para evitar que el servicio acabe resintiéndose.

La deuda pendiente de abonar por parte de la Generalitat alcanza los 31, 29 millones de euros, una cantidad que corresponde a la nómina impagada del mes de julio del año pasado. Los representantes del sector, además, se quejan de la lentitud a la hora de recibir las prestaciones económicas del Programa Individual de Atención (PIA) y de la incertidumbre del día en que cobrarán cada mes. “La factura de enero nos la abonaron el día 4 de febrero”, informa Rueda. Evidentemente, esta demora no contabiliza como “impago”, pero tiene un efecto negativo en las arcas de los centros: “Casi todos aplazamos el abono de impuestos, como el IVA, el IRPF, la Seguridad Social, con lo cual hacemos una pelota que todavía encarece más el producto”, dice el presidente de la Unión de Pequeñas y Medianas Residencias (Upimir), Vicente Botella. Además, explica que “como nadie reconoce la deuda, el banco no les presta dinero”.

Solidaridad de los usuarios hacia los centros
Los trabajadores, la mayoría mileuristas, también se han visto afectados: el impago del mes de julio dejó a muchos sin la totalidad de una nómina o parte de ella, y en ocasiones cobran tarde la mensualidad. La consecuencia es que “los recibos llegan con recargos bancarios”. Esto, explica Rueda, desemboca en “un estrés ambiental” ya que los empleados están “más irascibles y tienen menos paciencia”. La situación es “caótica”, ratifica el vicepresidente de ASCAD, Iñaki Anton, y explica que los centros destinan el dinero que perciben entre un 90% y un 95% a cubrir gastos. También añade que la cantidad que abona la Administración por cada plaza pública está congelada desde hace tres años, lo cual reduce aún más el margen de beneficio.

Con el objetivo de hacer partícipe a los familiares de los usuarios de las dificultades por las que atraviesan los centros, algunos han empezado a repartir hace semanas circulares donde notifican la deuda que tiene cada plaza. Cuando los familiares ven las cifras “se solidarizan” con ellos y sienten “indignación de pensar que a una persona dependiente no se le está pagando lo que corresponde”, explica Botella. Cuando se produjo el impago de verano, Gregorio Manzano decidió hacer una aportación económica al centro donde está ingresada su madre. “El personal estaba nervioso porque veía que si eso iba a más, se quedaría sin trabajo”. Y añade que hay familias que «lo están pasando muy mal” económicamente y no se pueden permitir abonar lo que la administración “no paga”.

ILP contra los impagos de la Administración
El pasado 5 de marzo diversas patronales del sector y ASCAD presentaron ante el Parlament una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para blindar al gran dependiente y elevar la obligatoriedad del pago a la resolución de las sentencias judiciales, es decir, al máximo nivel legislativo posible. También reclaman un calendario a la Administración catalana donde se comprometa a devolver el dinero atrasado. “Dar una fecha es imposible”, comentan fuentes de la Generalitat, ya que dada la situación «es difícil hacer el esfuerzo de poder pagar lo que se debe”.

El Govern recuerda que la ley de la dependencia tenía que ser sufragada a partes iguales entre Estado-Generalitat, “pero a la hora de la verdad el Gobierno español da una cantidad fija de dinero por cada plaza –que es la misma para todas las comunidades autónomas- sin tener en cuenta que el precio de la plaza en un centro catalán es más caro que en otros sitios”. Según estas fuentes, actualmente la Generalitat costea en un 80% las ayudas a la dependencia, mientras que el Estado abona el resto. También comentan que el Govern está trabajando en “una ley de la dependencia catalana” que promueva la “autonomía personal”. Y concluyen: “Si cada vez el Estado nos ahoga más recortando sus aportaciones a políticas sociales, la ley de la dependencia no será asumible”. Pero aún así, aseguran que se atiende a la gente “cuando toca”.

En esta línea el presidente de Upimir denuncia que otras comunidades, como Madrid, gastan menos de la mitad por persona dependiente que Catalunya, donde se genera “unos 1.000 euros de déficit” por plaza al mes. Y prosigue: “Cuando se hace una ley y no se tiene dinero es lo que ocurre”. Una de las propuestas de esta asociación de pequeñas y medianas residencias es “aumentar el copago” en función del nivel de renta de los usuarios.

El sector teme que si la situación no mejora, continúen cerrando más centros colaboradores y concertados. Y es que cuando esto ocurre, los usuarios “se derivan allí donde la Generalitat encuentra plazas”, comentan las mismas fuentes. En algunas ocasiones son personas que llevan ingresadas hace años en la residencia. “Moverlas en su estado de salud mental y física no les hace ningún bien”.

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El maltrato a personas mayores pone en alerta al Solsonès

maltratoDifundir entre la población la problemática de los maltratos a las personas de la tercera edad. Éste es el objetivo de la campaña ‘Tracta’m bé’, impulsada por el Consell Comarcal del Solsonès y el Ayuntamiento de Solsona para potenciar la prevención, la formación y la información respecto a esta realidad. La iniciativa, pionera en Catalunya, se ha iniciado tras detectar un incremento de los casos, según explica la técnica de los Servicios Sociales del Consell Comarcal, Sònia Pallarés. Así, comenta que “nos decidimos a impulsar el proyecto cuando comprobamos que los protocolos en el ámbito de las agresiones a los mayores estaban muy marcados”.

La campaña de sensibilización de ‘Tracta’m bé’ nace con la vocación de visibilizar un fenómeno desconocido que, hasta ahora, ha sido poco investigado y categorizado. El objetivo de las acciones se basa en prevenir los maltratos, sensibilizar a la población sobre los abusos y concienciar sobre la necesidad de respetar al colectivo de personas de la tercera edad. Pallarés señala la importancia de que “la gente de la calle sepa de que hablamos y conozca la problemática de las agresiones”.

Entre los actos que se han llevado a cabo, el Consell Comarcal ha generado un blog en el que se han publicado relatos de ficción con los abusos a mayores como telón de fondo. Cada texto aborda un tipo diferente de maltrato. Con el fin de que la implicación llegue a los comerciantes, ‘Tracta’m bé’ ha creado el distintivo ‘Establiments amb tracte’ para diferenciar a los comercios y tiendas que apoyan de forma decidida la campaña de sensibilización. “Realizamos charlas allí porque los mayores frecuentan los establecimientos de proximidad”, recuerda Pallarés.

Además de la implicación de los comerciantes y de la población, los servicios sociales del Consell Comarcal recuerdan que “la actual situación de maltrato económico se ha transformado en una situación de maltrato personal”. En este sentido, Pallarés aclara que en algunas ocasiones “las familias pierden el trabajo y piensan que la solución pasa por la pensión del abuelo”. De esta manera, revela que se producen negligencias y situaciones de riesgo dreivadas de la tendencia demográfica del envejecimiento de la población.

De la misma manera, en la ciudad de Lleida se han iniciado cusos para detectar episodios de maltrato en los mayores. Las sesiones están organizadas por la Conselleria de Benestar i Família. El director de los Servicios Territoriales de este Departamento en Lleida, Joan Ramon Saura, avisa de que “se ha producido un aumento de los casos de maltrato social y económico como consecuencia de la crisis”. Saura anuncia que está previsto que a principios de mayo se celebre otro curso basado en el protocolo de intervención cuando se constata un caso de maltrato.

Esta tendencia se corrobora con los datos aportados por los Mossos d’Esquadra, en los que se constata que en 2012 se recibieron 44 denuncias de maltratos a personas mayores de 65 años en la provincia de Lleida, cifra que representa un incremento del 52% respecto al año anterior. El cuerpo policial comenta que, además de los abusos físicos, se notifican amenazas psicológicas, insultos o la falta de atención.

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