Archivo diario: 8 mayo, 2013

Autonomía Personal y Dependencia: Una Ley en el corredor de la muerte

Por su interés, reproducimos el post de Luis Cayo Pérez Bueno, Presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), en su blog http://www.lawyerpress.com

Luis CayoNo hace ni siete años que se aprobaba en España una Ley, la de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en situación de Dependencia, así rezaba su denominación oficial, que a pesar de sus muchas insuficiencias parecía inaugurar algo inédito en nuestro país, a saber, el abordaje de las necesidades sociales más básicas de extensas capas de población –personas mayores y personas con discapacidad que precisan apoyos intensos para su autonomía individual- en clave de derechos. Este clase de necesidades no había tenido hasta entonces una respuesta firme en términos de derechos, por lo que con reticencias y aprensiones, que las hubo, y justificadas, tanto por el modo en que se hizo como por el resultado obtenido, fue saludada como un avance social. El lance estaba hecho, y podía concluir más o menos bien, a reserva de la intervención del azar, que como dijo el poeta nunca puede ser abolido.

En estos casi siete años de despliegue, un sino aciago parece haberse apoderado de esta Ley, frustrando amargamente las expectativas de cientos de miles de personas y de sus familias que aguardaban, en una suerte de justicia histórica, tan desacostumbrada para ellas, el comienzo de una cierta reparación a una demanda tan antigua como insatisfecha. Los motivos de este fracaso social, particularmente cruel por lo mucho que prometía y sobre todo por a quienes lo prometía, no son solo económicos, no son ni siquiera principalmente económicos, aunque la aguda crisis de estos últimos años haya precipitado el fracaso que se gestaba.

¿Dónde estarían pues las causas de este resultado adverso? ¿Acaso España como comunidad política es incapaz de un proyecto ambicioso de mejora colectiva destinado a las partes de la ciudadanía más castigadas? ¿Si el fin perseguido suscitaba un amplio consenso social y político, qué ha malogrado su consecución? Las concausas son variadas, como siempre que nos enfrentamos a hechos complejos. Citemos algunas, las más notables. Defectos de origen, como la no incardinación de esta modalidad de protección social en la esfera de la Seguridad Social que por suerte sigue siendo atribución del Estado, y que la hubiera dotado de estabilidad y dirección única. Lejos de eso, el precario título competencial sobre el que se ha desarrollado, ha condenado al naciente sistema a quedar a resultas de la rebatiña permanente entre la Administración central y las Comunidades Autónomas, colocándolo en una tierra de nadie, que más parece cementerio inerte que campo abonado para dar frutos. Defectos de despliegue, producto de una gobernanza anómala sin centro de decisión definido ni participación de aquellas partes de la ciudadanía que son las destinatarias naturales de sus pretendidos beneficios. Falta de buena fe y clamorosa ausencia de lealtad institucional de los operadores políticos llamados a implantarla, que se han desangrado en estos años en disputas partidistas improductivas, como si las miras altas estuvieran vedadas a los responsables públicos. Y la crisis, también la crisis, pero en menor medida y a título de falsa coartada, que todo lo excusa y justifica.

Estos días se anuncian nuevos recortes en materia de autonomía personal y dependencia, y durante un tiempo, esta situación terminal reverdecerá un tanto en los medios y algún eco llegará a la opinión. Pero como los temas sociales carecen de prestigio en nuestra vida pública, el asunto pasará, sin pena ni gloria. El golpe de gracia puede estar avecinándose y quedarían solo los engorrosos trámites de todo deceso, el levantamiento del cadáver, la partida de defunción, la autopsia. Una Ley y un sistema de protección social condenados por las culpas de otros, espera en el corredor de la muerte. La fecha fatídica se acerca o al menos eso parece. Como en las películas norteamericanas, queda una última esperanza, que el Gobernador telefonee comunicando la conmutación de la pena. En esas estamos, con la soga al cuello. ¿Quién nos salvará?

Luis Cayo Pérez Bueno, Presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI)

www.cermi.es

El 3,33% de los vascos mayores de 65 años vive en residencias

residencia-de-ancianos_1Un total de 14.422 ciudadanos vascos vive en residencias para  personas mayores, lo que supone el 3,33 por ciento de la población  mayor de 65 años de Euskadi, según los datos de Población Residente  en Establecimientos Colectivos 2011 del Instituto Nacional de  Estadística (INE).

El porcentaje de personas mayores que se encuentra en residencias en la CAV se sitúa al mismo nivel que la media estatal, mientras que Murcia y Canarias son las que menor tasa presentan, ambas por debajo del 2 por ciento, y Castilla La Mancha y Castilla y León las de mayor porcentaje, en los dos casos por encima del 5 por ciento.

Teniendo en cuenta el conjunto de la población, los residentes en centros para mayores suponen el 0,66 por ciento de los 2,18 millones de ciudadanos empadronados en Euskadi. La media estatal es del 0,58 por ciento.

En función del censo del INE, la población residente en establecimientos colectivos –que incluyen además de las residencias, prisiones, instituciones con discapacidad o instituciones de asistencia social– se eleva a 21.798 personas, el 1 por ciento de la población.

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Los ajustes en discapacidad deben hacerse con «solidaridad»

Fundacion ONCE   El vicepresidente ejecutivo de Fundación ONCE, Alberto Durán, ha solicitado a las administraciones públicas que los ajustes se hagan con «solidaridad e inteligencia» para que «no redunden en los más desfavorecidos», durante la presentación del informe ‘El impacto de los planes de austeridad de los Gobiernos Europeos y de España sobre los derechos de las personas con discapacidad’, presentado este martes en la sede de la Representación de la Comisión Europea en España.

   Asimismo, Durán ha destacado que la crisis ha dado lugar a «un cambio que ha perjudicado a las personas con discapacidad», perjudicando principalmente a las mujeres y a los jóvenes, sobre los que ha manifestado que «atraviesan una situación dramática».

Respecto al documento, las conclusiones recogidas revelan que «los planes de austeridad europeos tienen un impacto muy negativo sobre los mecanismos de promoción y protección de las personas con discapacidad». Asimismo, recoge que estas medidas de austeridad han «afectado gravemente» a los derechos de las personas con discapacidad.

Además, el texto apunta que «los beneficios, los programas y los servicios se verán afectado por los recortes, provocando la restricción de la participación del colectivo en la sociedad en cuanto al empleo o la educación».

En cuanto a los servicios sociales, el trabajo recoge una reducción de «la capacidad de servicio y el aumento de la demanda de dichos servicios». En este sentido, señala que mientras que «los fondos para el empleo protegido y subvencionado habían disminuido –lo que provocó el cierre de muchas iniciativas en este ámbito–, la demanda de los servicios había aumentado».

Por su parte, el presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Luis Cayo, ha subrayado que los retos futuros de la discapacidad pasan por «mantener las cuotas de inclusión de derechos y bienestar conseguidos, hacer una toma de conciencia que favorezca la activación del colectivo y revisar las políticas de discapacidad desde la perspectiva de los derechos humanos».

Cayo también ha expresado la «necesidad» de hacer una «revisión» del modelo –del movimiento asociativo–, que tenga en cuenta la sostenibilidad, además de «valorar la convergencia asociativa y aprovechar las oportunidades para ganar espacio más allá de Europa, con vistas a una internacionalización del movimiento asociativo de la discapacidad».

AUMENTO DESEMPLEO Y POBREZA

Por otro lado, el secretario general de la Plataforma Europea de Rehabilitación (EPR) y coordinador del estudio, Jans Spooren, ha explicado que los datos procedentes de las estadísticas de la Unión Europea muestran que «las tasas de desempleo y riesgo de pobreza de las personas con discapacidad aumentaron desproporcionadamente desde el inicio de las crisis». Asimismo, ha asegurado que los beneficios de la Seguridad Social vinculados a la discapacidad han sido «recortados gradualmente». «Las personas con discapacidad están experimentando cada vez más desigualdades ante el acceso a servicios sociales y sanitarios y el sector de la educación a sido particularmente afectado por las medidas de austeridad en los países con las crisis económicas más severas», ha agregado.

Por último, el consejero del CES Europeo en representación de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES) y director de Relaciones Sociales e Internacionales y Planes Estratégicos de Fundación ONCE, Miguel Ángel Cabra de Luna, ha destacado que «no es momento de retroceder más en el ámbito de la discapacidad, sino de buscar soluciones creativas que permitan continuar el camino empezado para alcanzar la plena inclusión del colectivo y sus familias».

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