Archivo diario: 19 septiembre, 2013

El Consejo General de Farmacéuticos desarrollará una aplicación móvil con información accesible sobre medicamentos

Consejo General de Farmacéuticos  El Consejo General de Farmacéuticos (CGCOF) colaborará con la Fundación ONCE y la Fundación Vodafone España en una ‘app’ con información accesible sobre los medicamentos al objeto de desarrollar una aplicación móvil que facilite el acceso a este tipo de contenidos entre las personas con discapacidad y los mayores.

   Este proyecto, que lleva por lema ‘Accesibilidad Universal de la Información sobre los medicamentos en tu móvil’, pretende mejorar el acceso de los ciudadanos, en especial, personas con discapacidad y personas mayores, a la información sobre medicamentos, aprovechando el potencial de las tecnologías de la información y la comunicación.

Con el acuerdo suscrito este martes, dicha aplicación incorporará la información de Bot PLUS, la base de datos de los medicamentos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, con distintas opciones de búsqueda, asistente para la lectura de información dirigida a  pacientes, y otros servicios de interés para los usuarios. Bot PLUS contiene toda la información actualizada y acumulada de más de 22.000 medicamentos de uso humano y 2.000 principios activos.

Así, las tres entidades trabajarán en el desarrollo de esta aplicación, compatible para sistemas operativos Android e iOS. Antes de su lanzamiento para su descarga gratuita en Google Play y en Apple Store, así como en otros espacios públicos de interés, se realizará una experiencia piloto para la validación de la solución con un grupo representativo de los usuarios finales.

La firma del convenio ha contado con la presencia de la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Carmen Peña; el director general de la Fundación Vodafone España, Santiago Moreno; y el director general de la Fundación ONCE, José Luis Martínez.

Por otro lado, en el marco del convenio firmado, se llevará también a cabo la adaptación del portal web del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Portalfarma.com, a criterios de accesibilidad universal.

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Mejora la detección precoz del alzheimer

alzheimer_2Una noticia buena y otra mala. La buena es que ya es posible diagnosticar precozmente la enfermedad de Alzheimer cuando sus síntomas aún son leves e incluso años antes de que surjan las primeras señales de deterioro cognitivo. La mala es que aún ningún tratamiento ha demostrado ser capaz de frenar la progresión de la enfermedad y que el último fármaco experimental que se ha ensayado ha fracasado.

Lo cual plantea un debate médico y ético. ¿Deben ofrecerse a pacientes con deterioro cognitivo pruebas de diagnóstico precoz si aún no se les puede ofrecer un tratamiento? ¿Debería cubrir la sanidad pública estas pruebas, que son complejas y costosas, aun a costa de recortar otras prestaciones? ¿O bien estas pruebas de diagnóstico precoz sólo deben emplearse con fines de investigación, por ejemplo para estudiar si un fármaco es eficaz en las fases iniciales de la enfermedad?

“Yo, personalmente, si tengo alzheimer preferiría saberlo –declara José Luis Molinuevo, coordinador de la unidad de alzheimer del hospital Clínic–. Preferiría ser diagnosticado antes de llegar a la demencia para tomar decisiones sobre mi vida, por ejemplo para terminar proyectos, decidir cuestiones de herencias, decir cómo quiero ser atendido en la fase terminal…”.

“En las fases avanzadas de la enfermedad, tener un diagnóstico claro suele ser mejor para el paciente, para su familia y para sus cuidadores. Pero en las fases iniciales, cuando aún se conservan las facultades casi intactas, hay gente que prefiere no saberlo. Es una cuestión muy personal”, añade Jesús Ávila, investigador del Centro de Biología Molecular de Madrid.

Hay dos nuevas pruebas que detectan directamente algunos de los cambios que el alzheimer produce en el cerebro. Las pruebas de diagnóstico actuales se basan en indicios indirectos, como tests que evalúan el deterioro cognitivo o resonancias magnéticas que miden la actividad cerebral. “Estas pruebas son buenas; hoy día permiten diagnosticar el alzheimer con precisión”, recuerda Rafael Blesa, jefe del servicio de neurología del hospital de Sant Pau.

Pero detectar directamente los cambios que la enfermedad produce en el cerebro permite tener un diagnóstico aún más certero y, sobre todo, más precoz, sostiene José Luis Molinuevo. “Es importante porque, cuando surgen los primeros síntomas, la enfermedad ya lleva más de diez años dañando el cerebro”, afirma.

Una de las pruebas consiste en extraer líquido del interior de la columna vertebral (el líquido cefalorraquídeo, que baña las neuronas de la médula espinal) y analizar la presencia de proteínas que cambian con el alzheimer.

Se sabe que, desde el principio de la enfermedad, una proteína llamada betaamiloide empieza a acumularse en el cerebro formando placas. En fases más avanzadas, el deterioro de las neuronas conlleva una secreción masiva de otra proteína llamada tau. Por lo tanto, un nivel bajo de betaamiloide en el líquido cefalorraquídeo indica que esta proteína, en lugar de ser liberada por el cerebro, ya está quedando atrapada en forma de placas, lo cual es indicativo de que el alzhéimer se ha iniciado. Y un nivel alto de la proteína tau –y de su pariente fosfotau– es indicativo de que ya se está produciendo un daño neuronal masivo.

Un estudio con 416 voluntarios de más de 70 años publicado el 10 de agosto en la revista Archives of Neurology ha observado que todos aquellos que tenían un trastorno cognitivo leve y además niveles alterados de las proteínas fueron diagnosticados de alzheimer en los cinco años siguientes. Y, al revés, que casi todos los que tenían alzheimer tenían niveles alterados de las proteínas. “Es necesario revisar los criterios de diagnóstico actuales de la enfermedad de Alzheimer, por lo menos en sus fases iniciales”, concluyeron los investigadores, de la Universidad de Gante (Bélgica). “En el Clínic estamos observando resultados similares”, informa Molinuevo, quien también defiende que el diagnóstico de alzheimer se base en la detección directa de las proteínas betaamiloide y tau.

La segunda prueba también detecta cambios en la betaamiloide, en este caso en el cerebro. Consiste en observar directamente las placas de betaamiloide en el cerebro con una técnica de imagen llamada tomografía por emisión de positrones (PET).

A diferencia del análisis de líquido cefalorraquídeo, que ya se realiza en algunos hospitales, el diagnóstico de alzheimer por PET es hoy una técnica experimental que solo se puede utilizar con fines de investigación. Este estatus de experimental no es porque se dude de la eficacia de la técnica, sino porque requiere inyectar en la sangre una sustancia que legalmente se considera un fármaco y que no está aprobada por la Agencia Europea del Medicamento.

Por ahora sólo hay un centro en España autorizado por el Ministerio de Sanidad para aplicar esta técnica. Se trata deCRC Centro de Imagen Molecular, ubicado en el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona, que tiene proyectos de investigación sobre alzheimer liderados por los neurólogos Rafael Blesa, de Sant Pau; Jordi Peña, del hospital del Mar; y Mercè Boada, del hospital Vall d’Hebron y la fundación ACE.

Después de que la compañía Lilly anunciara el mes pasado que un fármaco experimental contra la proteína betaamiloide había fracasado en pacientes con alzheimer en fases avanzadas, la gran esperanza ahora es encontrar fármacos que sean eficaces en fases más precoces de la enfermedad. Molinuevo compara la estrategia empleada hasta ahora, y que en el fármaco de Lilly ha resultado fallida, a “intentar frenar un tren que va a 250 por hora; hay que intentar frenarlo cuando aún estamos a tiempo”.

Las compañías farmacéuticas tienen en estos momentos más de 60 fármacos experimentales contra el alzheimer. Averiguar si son eficaces requerirá técnicas de diagnóstico que permitan ver cómo evolucionan los pacientes cuando los fármacos se empiezan a administrar desde que aparecen los primeros síntomas o antes. “Esta es la principal utilidad que van a tener en el futuro próximo las pruebas de diagnóstico que analizan directamente las proteínas betaamiloide y tau –predice Rafael Blesa–. Ayudarán a que avance la investigación”.

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