Archivo diario: 10 diciembre, 2013

El retiro dorado, en crisis

residenteMuchos pensionistas han dejado las residencias desde el inicio de la crisis económica. Es un goteo de abandonos, forzados por la precariedad económica familiar, que deja en suspenso el concepto de jubilación dorada que se había consolidado en las últimas dos décadas. (La vanguardia)

Carmen llevaba varios años en un geriátrico. Se encontraba bien allí, pero se ha ido a vivir al piso que aún conservaba con su hija. Esta, separada y con una niña, se quedó en el paro y sin recursos para subsistir. Viven de los 1.100 euros de pensión de la abuela mientras la madre no consiga un empleo.

Como esta señora de Valencia, muchos pensionistas han dejado las residencias de la tercera edad desde el inicio de la crisis económica. Es un goteo de abandonos, forzados por la precariedad económica familiar, que deja en suspenso el concepto de jubilación dorada que se había consolidado en las últimas dos décadas.

Carmen podría ser un ejemplo. Aún con buena salud, se había ido a la residencia tras enviudar y con las hijas independizadas. Ahora, ha reconocido a la directora del geriátrico que no se arrepiente de haberse ido para ayudar a su hija pero que se ve atrapada de nuevo en unas obligaciones de las que ya se había liberado, como atender la casa o a la nieta, mientras su hija busca trabajo.

Hay situaciones peores: a otra señora valenciana que requiere estar en cama, su hija se la llevó de la residencia porque la familia necesita la pensión para llegar a fin de mes. Isabel, enfermera especializada en geriatría que trabaja en un pequeño municipio del área de Barcelona, cuenta que una familia se interesó por ingresar a una anciana en el centro de día que tiene su residencia. Fue a su casa y se encontró con una pareja de unos 50 años que convivía con cuatro ancianos (los padres de él y la madre y la tía de ella). A dos los habían ido a buscar a un geriátrico de Alicante. “No sé qué suma mensual reunían con las cuatro pensiones, pero vivían en condiciones precarias, la mujer se quejaba de que tiene mala salud y le resulta difícil cuidar de los jubilados. Una era muy dependiente”, explica.

“Hasta cierto punto no es ético, si esa persona está mejor en una residencia, tenerla en casa, pero si hay una necesidad en la familia, los mayores estamos ahí para ayudar, lo que pasa es que de repente nos hemos convertido en un importante colchón –y el Gobierno lo sabe–. No sólo se saca a la abuela de la residencia, quienes viven en casa acogen a hijos en paro y nietos, sufragan gastos familiares y a veces hasta acogen a los nietos cuando los padres se van a buscar trabajo a otra ciudad”, señala Luis Martín Pindado, de la Unión Democrática de Pensionistas, UDP. El Instituto Nacional de Estadística (INE) cifra en el 27% los hogares en que la mayor aportación económica es la del pensionista.

En residencias consultadas de distintos puntos de España se desgranan historias de jubilados que se han ido para ayudar con su pensión a la subsistencia de la familia. José Alberto Echevarría presidente de la Federación Empresarial de Asistencia a la Dependencia (FED), patronal de residencias no públicas cuantifica este abandono de los geriátricos en más del 12% de las plazas. “Hay 25.000 plazas vacías por esta razón, que se suman a otras tantas desocupadas”, dice.

La situación ha empeorado en el último año, aún más desde el verano. La marcha de residentes para sostener económicamente a la familia se suma a la de quienes cambian a un centro más barato buscando ahorrar algo más de dinero o a los que deben dejar el geriátrico porque no les llega el dinero para pagar la cuota mensual al haber menguado la liquidez familiar o haber reducido o hasta suspendido la administración algunas ayudas.

Además, son muchos los jubilados que ya no ingresan en una residencia para no gastar en ello su dinero, porque con su pensión y otras prestaciones contribuyen ya a mantener a la familia, porque esperan plaza en un centro público (hay largas esperas) y no pueden costearse uno privado o porque esperan recibir la prestación de la ley de Dependencia.

Hay que pensar que muchas personas que van a un geriátrico tienen una dependencia que dificulta que puedan vivir de forma autónoma en casa. Y Echevarría recuerda que de casi un millón de personas reconocidas por la ley de Dependencia con derecho a prestación, 200.000 aún no la cobran. Aparte, otras 600.000 personas esperan a ser valoradas y reconocidas.

Directores de residencias, como Mónica Peláez, de Sanitas Residencial Altanova, centro privado de Barcelona,  confirman que menos personas se interesan por una plaza y que cada vez más los residentes que llegan tienen mayor necesidad asistencial, por deterioro cognitivo sobre todo.

Las residencias han visto reducirse las tarifas que les paga la administración por plazas concertadas o el número de estas y les retrasan los pagos. Todo unido las aboca a una situación crítica, dice Echevarría. “Se puede decir que el sector –300.000 trabajadores, 4.000 centros privados y concertados, aparte de unos 1.500 públicos– está en quiebra. Van cerrando residencias y la previsión para 2014 no es mejor –afirma–. Se han hecho grandes inversiones que se dejan languidecer. La administración no es receptiva, aunque debe hacer algo porque esto es la muerte del sistema. Y lo peor es que no somos un sector de gasto perdido, generamos retorno en impuestos y cuotas de la seguridad social, generamos empleo, los jubilados consumen”…

Cinta Pascual presidenta de la patronal Associació Catalana de Recursos Asistencials (ACRA), añade que los pensionistas se van incluso de residencias públicas, lo que demuestra los apuros económicos de algunas familias.

“La mayoría de las personas que vienen a residencias hoy es porque necesitan cuidados que en su casa no pueden recibir. Si vuelven a casa, ¿qué atención tendrán? Aunque la familia ponga buena voluntad es probable que no sea la adecuada. Es una situación preocupante, trágica para las familias”, dice Echevarría, quien cree que repercute en un mayor gasto sanitario, porque los ancianos van más al médico. “Así que en gasto social, no se ahorra nada”, asegura.

Una trabajadora social de una residencia de Jaén lo ejemplifica: una residente que requería estar en cama y sondada se fue con su hija porque los 900 euros de pensión garantizaban la supervivencia familiar. “No sabemos cómo está atendida en casa, pero sí hemos sabido que va a menudo a urgencias”, dice.

La marcha de residentes plantea dilemas éticos en los centros, sin duda también en las familias, pues desde los geriátricos y asociaciones de jubilados se repite que nadie quiere contar su caso porque a nadie le gusta vivir de la pensión de la abuela. “Si viene un hijo o una hija y dice que debe llevarse al padre o la madre y es una familia que mantiene una relación estrecha con el abuelo, piensas que es una pena, que no tienen más remedio y que al menos el abuelo estará en familia, aunque el cariño no baste para cuidarle bien. Pero hay casos en que piensas ¡es imposible que esté bien en casa, si su familia no le visita ni por su cumpleaños!”, señala Pascual.

Algunas residencias han arbitrado comités éticos para evaluar los casos más preocupantes o avisan a los servicios sociosanitarios del barrio donde vivirá el residente para que hagan seguimiento. Pero la decisión la tienen el residente y su familia. Y los expertos en geriatría recuerdan que los ancianos son fácilmente manipulables y que la frontera entre la ayuda y el abuso económico es a veces difusa.

“Hay casos tremendos, abuelos que nos han pedido consejo, preguntan si están obligados a atender económicamente a los hijos. Nosotros estamos para una necesidad, no para pagar caprichos. Y, en cualquier caso, ayudar debe ser una elección del abuelo”, señala Francisco Muñoz, presidente dela Asociaciónde Abuelos y Abuelas de España.

“Antes había mucha gente mayor a la que los hijos les complementaban la pensión, ahora es al revés”, corrobora Susanna Roig, responsable de atención a la tercera edad y dependencia en Cruz Roja de Catalunya. Y ello, en muchos casos, con pensiones bajas. En esta institución, si antes se primaban los programas de apoyo para que los jubilados vivieran autónomos en su casa, ahora han debido reforzar los de cobertura de necesidades básicas y a menudo se beneficia de la ayuda toda la familia.

“La verdad es que es un dilema ético: ¿Hay que vivir del dependiente? ¿Los recursos para la dependencia deben ser para esto? Si se dan estas situaciones, ¿no deberían habilitarse ayudas especificas?”, cuestiona Cinta Pascual.

“La ayuda no puede ser por contrato, todo va mejor si hay cariño”, dice Muñoz. Pero incluso cuando los abuelos son queridos, es difícil cuidarlos si padecen enfermedades discapacitantes y hay problemas de convivencia (por los espacios de la casa, los horarios, discrepancias sobre la educación de los niños…)

Tanto desde las entidades de voluntarios que apoyan a las familias como desde las asociaciones de tercera edad se constata que los jubilados sufren una mayor carga psicológica (y hasta física, si pueden asumir tareas) y se angustian por los problemas de los hijos y los nietos. Muñoz explica que siempre aconsejan a los abuelos que van a convivir de nuevo con hijos y nietos que no olviden que sus vástagos ya no son unos adolescentes, sino adultos. Aunque la pensión del abuelo sea el principal ingreso, no es el cabeza de familia.

Gerardo Meil, catedrático de Sociología dela Universidad Autónoma de Madrid, reconoce que la convivencia forzada aumenta la tensión familiar “como un reflejo de la frustración de las expectativas y las relaciones interpersonales”. “Lo mejor es poner unas reglas, aunque no sean escritas y ver la situación como un fracaso del sistema, no personal, hay que pensar ‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘pasemos el mal trago juntos’’’’’’’’’’’’’’’’”, recomienda Muñoz.

Para Meil, estas situaciones familiares son “una estrategia de supervivencia” por la crisis y no cree que reflejen una tendencia real a “privatizar” el cuidado de los ancianos. Recuerda que la tendencia general a que el jubilado autónomo viva en su casa (con un cuidador si hace falta) y si se siente solo o cuando se hace más dependiente, vaya a una residencia, era una pauta ligada a otros cambios familiares progresivos como la incorporación de la mujer al mercado laboral en la sociedad de consumo. Esta evolución histórica se ha roto con la crisis, pero cree que sólo de forma transitoria. Con todo, admite “un cierto riesgo de que las políticas públicas pierdan la sensibilidad social que, por ejemplo, alumbró la ley de Dependencia” y se intente que las familias se hagan cargo de los jubilados como décadas atrás.

Todas las opiniones convergen en que se dejan en suspenso años de lucha social y de trabajo para dignificar la tercera edad, para construir la llamada edad dorada, extender la autonomía de los mayores, el envejecimiento activo con la participación social, el ocio… “Hay crisis, la situación es excepcional –reflexiona Cinta Pascual–, pero la tercera edad sólo en los últimos años había logrado levantar cabeza, una cierta comodidad, y ahora se vuelve a lastrar a personas que ya han dado mucho”.

“Los últimos años, en general, había cuajado la idea, al llegar a la vejez, de ‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘tenemos la familia asentada, la vida solucionada, toca disfrutar un poco de la que queda’’’’’’’’’’’’’’’’. Eso se acabó”, sentencia Francisco Muñoz. “Volvemos atrás, quizás 20 años, lo cual hace que la mayor esperanza de vida, que es otro gran logro social, no sirva de tanto”, concluye Luis Martín.

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España se aleja del cumplimiento de los derechos de las personas mayores

derechos humanosLa crisis económica y la evolución demográfica hacen que en España se incumpla en gran medida los derechos de las personas mayores.

Hoy, 10 de diciembre, se conmemora el Día de los Derechos Humanos, y se celebran 20 años desde que Naciones Unidas resaltó por primera vez los Derechos de las Personas Mayores.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha declarado que “aunque los últimos 20 años han sido testigos de progresos extraordinarios, nunca debemos olvidar que hay quien se ha quedado atrás: migrantes, personas de edad, minorías religiosas y étnicas…”.

El derecho internacional reconoce los derechos de las personas mayores como una cuestión emergente de derechos humanos (http://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/OHCHR20/Pages/Achievements.aspx)

Se prevé que el número de personas mayores de 60 años aumente desde los actuales 740 millones hasta llegar a los 1.000 millones en 2020.

Lamentablemente, según la ONU, ese mayor número también ha arrojado luz sobre la falta de mecanismos adecuados de protección y las carencias existentes en las políticas y los programas destinados a ocuparse de la situación de las personas de edad.

Son cinco los Principios aprobados a favor de las Personas de Edad: Independencia, Participación, Cuidados, Autorrealización y Dignidad. Los cambios demográficos y económicos están haciendo que en España el cumplimiento de estos derechos esté muy lejos de conseguirse.

 Independencia.- En España más de ocho millones de personas tienen más de 65 años y aproximadamente 2.500.000 sobreviven por debajo del umbral de la pobreza con pensiones inferiores a 600 euros.

A pesar de la numerosa legislación que protege a los trabajadores de edad tanto de Naciones Unidas como de la Unión Europea: Declaración Universal de Derechos Humanos  (Naciones Unidas 10 de diciembre de 1948)Principios en favor de las Personas de Edad (Naciones Unidas, 1991);Declaración Política y Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, (ONU, 2002); Recomendación sobre los trabajadores de edad, Nº 162 (OIT, 1980); Convenio sobre la Protección Internacional de los Adultos (Conferencia Internacional de La Haya de Derecho Internacional Privado, 2000); Dictamen del Comité Económico y Social Europeo (julio 2011); DIRECTIVA 2000/78/CE DEL CONSEJO de 27 de noviembre de 2000;Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, proclamada el 7 de diciembre de 2000; en España además la Constitución Española, articulos 9 y 14 y del Estatuto de los Trabajadores articulo 4.2.c), es el colectivo que se está viendo más apartado del ámbito laboral (junto con los jóvenes) en esta crisis, lo que les lleva a quedarse fuera del mercado y en muchos casos sin recursos para vivir.

Cuidados.- En el año 2011, el Relator Especial de las Naciones Unidas declaró “…el problema más importante que plantea el envejecimiento mundial es el de garantizar el ejercicio de los derechos humanos de las personas mayores. Es imprescindible que se tomen medidas para erradicar la discriminación y la exclusión de esas personas…”

El 26,5% de las personas de 65 y más años tiene alguna dificultad para realizar las actividades básicas de la vida diaria, como alimentarse, asearse, vestirse, levantarse y acostarse

El 80% de los cuidados a mayores dependientes se realiza en casa, por familiares, generalmente mujeres mayores de 50 años.

Faltan geriatras que coordinen la atención sanitaria de las personas mayores y la distribución de los mismos es muy desigual en las distintas CCAA. En general, la formación de los profesionales sanitarios tiene un pequeño o nulo contenido en materia de atención a las personas mayores. Los centros y el personal de atención primaria deberían adaptarse a los mayores.

Los recortes en la Ley de Dependencia han puesto en situaciones de dificultad extrema a muchas familias sin posibilidades de una atención privada.

Autorrealización.- Menos del 10% de los mayores españoles de 65 años se conectan habitualmente a Internet. La brecha digital por razón de edad es muy profunda en nuestro país y es necesario contribuir a difundir tecnologías de información y comunicación para fomentar la asistencia en el entorno familiar y la independencia de las personas de edad avanzada.

Dignidad.- No existen en España estudios fiables sobre la incidencia de los malos tratos a personas mayores. Se deben establecer protocolos de actuación para la prevención y detección de los posibles malos tratos tanto en el ámbito profesional como en el familiar. Así como estudios en profundidad sobre la incidencia de los malos tratos en las personas de edad.

Participación.- A pesar de que las personas mayores de 65 años son más del 17% de la población total, su presencia social es apenas testimonial, y en algunos ámbitos incluso invisibles.  Por ejemplo, en las ultimas elecciones municipales (mayo 2011),  solo cinco, de los 50 candidatos presentados por cada uno de los partidos mayoritarios en las capitales de provincia, eran mayores de 65 años; cuatro del PP que resultaron electos (en Huelva, Málaga, Badajoz y Oviedo) y uno del PSOE (Las Palmas de Gran Canaria).

Así UDP coincidiendo con la celebración hoy del Día de los Derechos Humanos insta a Naciones Unidas a elaborar tal y como se recoge en la Declaración de Brasilia (diciembre 2007)  una Convención Internacional de los Derechos de las Personas de Edad tal y como se ha hecho con otros colectivos con alto riesgo de sufrir discriminación y exclusión social (niños, mujeres, discapacitados, inmigrantes…).

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Ataxia, una enfermedad desconocida

AtaxiaLa ataxia es una enfermedad que se caracteriza por el fallo de la coordinación de los movimientos en distintos grados, y que en nuestro país afecta a más de 8.000 personas. El doctor Francisco Javier Arpa Gutiérrez, Coordinador de la Comisión de Estudio de Ataxias y Paraplejías Espásticas Degenerativas de la Sociedad Española de Neurología, explica por qué se producen las ataxias y cuáles son las líneas de tratamiento de las que se dispone.

Ataxia

En función de cual sea la afectación de la ataxia el paciente puede manifestar distintos síntomas, como desequilibrio, necesidad de uso de apoyo para caminar, dificultades al utilizar los cubiertos a la hora de comer, etc. La ataxia es una afectación del cerebelo, que se ubica en la parte posterior del encéfalo, que frecuentemente es hereditaria aunque no siempre se encuentran antecedentes familiares. De hecho, tal y como indica el doctor Arpa Gutiérrez, encontramos unos 200 tipos de ataxia de origen genético, y solo un 11% del total tiene un diagnóstico etiológico conocido.

¿Qué provoca la ataxia?

Las células nerviosas que forman parte del cerebelo empiezan a atrofiarse a partir de una edad variable: puede ser en la infancia, en edades adultas y también en edades avanzadas. Las neuronas comienzan a degenerar a veces por una causa genética y, en otras, por motivos desconocidos.

Primeros síntomas y afectación

La sintomatología inicial suele venir dada por trastornos de la marcha que conllevan inestabilidad al andar, algo que en muchas ocasiones, desafortunadamente, se confunde con el hecho de estar ebrio. La ataxia, como explica el doctor Arpa Gutiérrez, puede llegar a ser muy discapacitante, hasta el punto que determinados pacientes ya precisan del uso de silla de ruedas en la infancia y adolescencia. Sin embargo, también encontramos pacientes que debutan después de los 60 años porque, tal y como hemos indicado, la ataxia puede aparecer a cualquier edad.

Tratamientos

Hoy en día no existe ningún fármaco que cure la ataxia ni que garantice al 100% un enlentecimiento de la enfermedad. Las investigaciones están buscando la diana terapéutica y así tratar de desarrollar el medicamento que lo pueda frenar. También se están realizando muchas investigaciones en el terreno de las células madre, aunque la terapia génica también se perfila como una buena opción. Cabe añadir que la rehabilitación también es efectiva y que tiene un papel relevante en las funciones de los pacientes afectados. Hoy por hoy, la rehabilitación es el tratamiento más inmediato porque pretende sacar el mayor partido posible al paciente.

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Científicos confirman el poder antienvejecimiento de la berenjena

berenjenaInvestigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fe (ISS) han confirmado «in vivo» el poder antienvejecimiento de la berenjena y trabajan en obtener variedades más ricas en antioxidantes y más saludables.

En colaboración con la empresa valenciana Bionos Biotech, empresa emergente del ISS de la Fe, los investigadores han confirmado el potente poder antienvejecimiento de variedades tradicionales de berenjena como la valenciana ‘Listada de Gandía’.

El equipo, liderado por el director del Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana de la UPV, Jaime Prohens y el investigador de ISS José Luis Mullor, cultivó dos variedades de berenjena, midió los polifenoles que contenían y las sometieron a pruebas experimentales funcionales.

Los extractos de variedades tradicionales de berenjena se confirmaron con un ingente poder antioxidante y se constató además que la protección era ligeramente mayor cuanto mayor era la concentración de extracto.

Ahora se trabaja en la posible traslación de la innovación a un producto comercial, porque además de antioxidantes, los polifenoles de la berenjena son capaces de reducir los niveles de colesterol LDL, regulan los niveles de glucosa, tienen actividad antitumoral y efecto adelgazante.

Otra línea de trabajo es la consecución de variedades más saludables, puesto que las berenjenas modernas tienen menos polifenoles que las antiguas porque esta sustancia las afea (las pone de color pardo) y se optó por sacrificar su poder antioxidante y valor nutricional por una mejor apariencia para comercializarla.

Este proyecto, denominado «Berenox», fue uno de los adjudicatarios el año pasado de las Ayudas para la Realización de nuevas actividades preparatorias de Proyectos Coordinados entre investigadores de la UPV e investigadores del IIS La Fe.

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Estiman que los casos de demencia en el mundo se triplicarán en 2050

demenciaLos casos de demencia en todo el mundo pueden triplicarse para el año 2050 y llegar a 135 millones de personas, según un informe divulgado hoy por la federación internacional de asociaciones del alzheimer.

La federación Alzheimer’s Disease International (ADI, por sus siglas en inglés) informó hoy de que la actual cifra de personas con demencia ronda los 44 millones, pero anticipa que subirá a los 76 millones en 2030 y a 135 millones en 2050.

En su informe sobre el impacto global de la enfermedad correspondiente al periodo 2013-2050, la ADI estima también que habrá un cambio en la distribución geográfica del mal, pues los países con ingresos bajos o medios también se verán afectados.

Hasta ahora, los países más ricos habían visto una tendencia al alza de los casos de alzheimer, pero esto cambiará en los próximos años, de acuerdo con la ADI, que ha divulgado el informe antes de la celebración de la Cumbre de la Demencia del G8, en la que participarán ministros y expertos en sanidad de varios países.

El objetivo de la reunión, según la ADI, será la de acordar las políticas necesarias para atajar la enfermedad.

El director ejecutivo de la ADI, Marc Wortmann, dijo hoy que esta es una «epidemia global y va a peor. Si miramos hacia el futuro, el número de personas ancianas aumentará considerablemente».

Por su parte, el director ejecutivo de la Sociedad del Alzheimer del Reino Unido, Jeremy Hughes, señaló que «la demencia se está transformando en el mayor desafío social y sanitario de esta generación. Tenemos que atajar ahora la demencia, para (ayudar) a los que viven con el mal en todo el mundo y a los que desarrollen demencia en el futuro».

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