Archivo diario: 13 septiembre, 2016

Cada vez son más las personas mayores de 65 años que prosiguen trabajando

fina-clementeLa jubilación es un momento de la vida que le tocará a todas las personas -o quizá, con la coyuntura económica actual, sea un privilegio ya pasado, el tiempo lo dirá-, aunque cada vez está menos claro a qué edad será. Es una situación muy deseada por algunos pero, aunque resulte sorprendente, hay otras personas que no conciben su vida sin trabajar a pesar de haber cumplido ya la edad que les da derecho a retirarse. Disfrutan con su oficio. La otra cara de la moneda serían aquellos que, ya no por gusto, se ven obligados a continuar trabajando por motivos sobre todo económicos. En Asturias hay una estimación alrededor de 3.000 personas mayores de 65 que prosiguen con su vida laboral y en La Voz hemos tenido la oportunidad de hablar con dos de ellas.

La tienda Sabiniano Clemente, toda una institución ovetense

La tienda de ultramarinos del número 31 de la Calle Mon, fundada por Sabiniano Clemente y regentada por su nieta, Fina Clemente, desde hace ya 73 años -ella tiene 87-, es toda una institución en los comercios de la capital asturiana. «Llevo desde los 14 años, empecé ayudando a los abuelos y, cuando acabé el colegio, me quedé trabajando de a hecho. Estoy muy a gusto aquí», afirma Fina, para quien el dinero «no lo es todo». Ella siempre dice que el dinero se necesita «sin que te entre la avaricia», pero querer a la gente y que te quiera es «más importante». «Yo tengo muchas demostraciones de cariño, estoy contenta con lo que hago. ¿El dinero? Para vivir con un poco de orden, nada más», asegura la tendera.

Mientras hablamos con ella en su negocio, podemos asistir en directo a una de esas demostraciones de cariño de las que nos habla. Aparece por la tienda un amigo andaluz, al que la hija de Fina dio clase de Historia en un pueblo de Sevilla hace ya lustros, para hacerle una visita. Ambos se emocionan en su encuentro recordando con cariño a la hija por un lado, y la profesora y amiga por el otro. «Ya viste a lo que me refería», dice la incansable trabajadora.

Su caso es el de una persona que continúa trabajando por gusto y, mientras tenga capacidad para trabajar, no piensa jubilarse ya que el día que no pueda seguir «ya lo dirá la naturaleza». «No me retiré porque estoy a gusto, estoy entretenida. Yo la mi tienda si la veo cerrada me muero de pena. Tampoco quiero dejársela a otra persona, aunque la vida nunca se sabe las vueltas que puede dar», comenta. Por lo visto su tienda ya forma parte de las rutas turísticas. «Viene el guía y dice: no quiero oír a nadie que se queje de que está cansado. Aquí tienen a Fina, con 87 años, que sigue trabajando. Entonces me aplauden», afirma la señora mientras se sonríe.

Sus hijas tienen otras profesiones, así que el futuro del establecimiento sin ella no está nada claro. Sus tres nietos están estudiando, y se prevé que también sigan otros pasos. Todos viven en Oviedo así que está bien cuidada. En cuanto a la opinión de la familia al respecto de que siga con su oficio, Fina asegura que «no se meten para nada» porque saben que en ella está «encantada de la vida». Por ello, se puede sentenciar que la tienda es la vida de Fina: afirma que son uno ya que «la tienda sin Fina y Fina sin la tienda no existen». «Cada uno tiene una ilusión y la mía es mi tienda», sentencia. En ella pasa casi todo el día. Llega a las 8 y media de la mañana y se va a las 2 y media a comer. Vuelve a las 5 y está hasta las 9 de la noche. Trabaja unas 10 horas todos los días. Esta dedicación durante una vida entera y el cariño con el que trata a todo el mundo son quizá los ingredientes que le hicieron merecedora de una Medalla de Plata al Mérito al Trabajo en el año 2010.

Al respecto de la gente a la que le llega la hora de la jubilación y quiere retirarse pero no puede permitírselo la tendera expresa que es «una cuestión complicada». En su opinión, lo políticos deberían arreglarlo de alguna manera si tienen que trabajar porque «no tienen más remedio» sin ningún tipo de elección.

Modas Deli, otro clásico de La Felguera

Otro caso de trabajadora casi inagotable es el de Adelina Fernández, Deli. Esta vecina de La Felguera lleva un negocio dedicado al mundo textil desde hace ya 45 años, Modas Deli. La propietaria cumplirá 81 años el próximo 5 de septiembre y también es un ejemplo de trabajo por elección propia aunque, a día de hoy, le comienzan a surgir algunas dudas. «Podría haberme retirado hace ya 16 años. No sé realmente por qué seguí, lo hice porque en aquél momento me gustaba y tiré para adelante», comenta.

La cosa complicada para Deli sería dejarlo ahora lo cual, «siendo sincera no le costaría nada». Sus dudas vienen más por la pérdida económica que le podría suponer. «¿Qué hago, por ejemplo, con el local? ¿Y con todo el género que tengo? Me traería muchos problemas. Entonces, aquí estamos», asevera. Anteriormente siempre tuvieron muy buena clientela, según la empresaria cuando La Felguera «estaba en auge», pero ahora dice que la verdad es que no se vende «nada». Deli Fernández siguió por gusto pero sentencia que, «pensándolo bien», tenía que haberlo dejado «ya que entonces estaba la cosa mejor así que hubiera convenido haber vendido».

Al igual que Fina, no parece que el negocio pueda tener continuidad en generaciones posteriores. Los hijos de Deli ya han tomado sus propios caminos: su hija es inspectora de Educación, en Oviedo; el hijo ha heredado el taller de carpintería de su marido, Herminio García, quien a sus 87 años también ha tenido durante su recorrido vital un gusto por el trabajo que mantiene hoy en día. «Sigue pasándose casi a diario por la carpintería. El ya no trabaja, el que lo hace es nuestro hijo, pero le gusta pasar a mirar, charlar, supervisar… a entretenerse, a estar simbólicamente», cuenta Deli. En cuanto a su nieta, también ha tomado su elección formando una familia en Alemania, así que tampoco es una opción de futuro.

Pronunciándose sobre aquellos que se ven obligados a seguir trabajando más allá de los 65 la opinión de Deli es bastante firme. Según su criterio hoy en día no se trabaja «de verdad». Ella estuvo en Suiza y «vio lo que era trabajar, y por poco dinero». También cree que puede ser que el nivel de vida que se quiere llevar no coincida con los ingresos y «eso lleva a tener gastos y deudas». Destaca su caso personal y el de su marido, que siempre «fue muy casero, de gastar poco». «Lo único que le tiraba era la bicicleta», concreta, aseverando que «salir por ahí, los caprichos y llevar según qué vida implica muchos gastos».

Finalmente, Deli sí que llega a una resolución. Si empezase de cero en este momento «no se hubiera sacrificado tanto». «Cumplí muchas cosinas de las que quería, como comprar el piso, así que tampoco me quejo», concluye la modista.

Fuente: La Voz de Asturias

Las residencias libres de sujeciones son más seguras para los mayores

estudio-maria-wolff• Eliminar las ataduras de las personas mayores no incrementa los riesgos de lesiones por caídas

• Una mayor masa muscular, menos dolor y mejor estado de ánimo son los principales beneficios de un cuidado libre de sujeciones

• Más de 37.120 mayores reciben atención con sujeciones innecesarias en las residencias españolas

Eliminar las sujeciones a las personas mayores en los centros residenciales no incrementa el riesgo de lesiones por caídas y mejora su situación médica y psicológica. Así se desprende del estudio “Reducción de Sujeciones Físicas en Residencias” realizado por la Fundación Maria Wolff y Sanitas.

El informe, publicado por la prestigiosa revista de la Asociación Norteamericana de Directores Médicos (JAMDA), ha sido realizado entre 7.657 mayores de 41 residencias de Sanitas Mayores incluidas en el programa “Por una residencia sin sujeciones”, cuyo objetivo es eliminarlas. En este sentido, el informe puntualiza que los datos obtenidos son el resultado de la implementación de este nuevo modelo asistencial.

Analizado el índice de caídas en dos fases diferenciadas de la implantación del programa libre de sujeciones, inicial y avanzada, “se da un ligero incremento de las caídas tras eliminar las sujeciones, pero las caídas con fracturas han disminuido. Sin embargo, los beneficios son múltiples. Por ejemplo, menos osteoporosis o mejor mantenimiento de la masa muscular. Además los residentes manifiestan menos dolores y molestias y están más contentos y tranquilos, lo que supone una mejora en el ambiente general de los centros”, afirma el doctor David Curto, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.

Reducción de psico-fármacos

El doctor Javier Olazarán, neurólogo y director del estudio en Fundación Maria Wolff, comenta que “otro de los beneficios del programa de cuidados libres de sujeciones es que las personas que viven en las residencias de Sanitas ahora toman menos fármacos psicotrópicos y en caso de tomar alguno, estos tienen menos efectos secundarios. La revisión y adecuada prescripción de psicofármacos ha sido uno de los componentes fundamentales del programa e inicia el camino para reducir las sujeciones farmacológicas”.

Los programas, diseñados por Maria Wolff e implantados en las residencias de Sanitas conllevan la formación de todo el personal sanitario aportándoles conocimientos sobre demencias, disfagias, evitación y manejo de conductas desafiantes, prescripción de calidad de psicofármacos, programas de prevención de caídas y formación jurídica, entre otros muchos.

Rubén Muñiz, investigador principal del estudio y director de la Fundación, ha resaltado que “la clave de estos logros está en un programa de formación coherente y continuada a los trabajadores, a los médicos y también a los familiares”. Muñiz ha felicitado a Sanitas “por ser la primera gran red de centros que ha demostrado que las sujeciones son cosa del pasado. Consuela saber que ya hay empresas en España que han empezado a seguir los pasos de Sanitas”. Actualmente Sanitas solo aplica sujeciones al 0,9% de las personas que atiende, en la mayoría de los casos por decisión de los familiares.

Al menos 37.120 mayores en España reciben una atención con sujeciones

Según los datos disponibles a fecha de hoy, la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE) estima que en España se somete a sujeciones al menos a un 12,8% de los ancianos de residencias. Los datos del INE de 2013 indican que hay unas 290.000 personas mayores viviendo en estas instituciones con lo que al menos 37.120 personas son sujetas como parte de sus cuidados diarios a pesar de existir alternativas como demuestra este estudio.

El mensaje que Fundación Maria Wolff y Sanitas buscan mandar a la sociedad es que hay alternativas viables para España. Además de ineficaz, el uso continuado de sujeciones es ilegal. “La ley solo prevé el uso de sujeciones físicas en casos muy excepcionales. El uso de sujeciones por razones de conveniencia organizativa no es constitucionalmente legítimo” explica Pilar García, jurista especializada en la legalidad sobre el uso de sujeciones en España.

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