Autonomía

SOCIALCARE, un proyecto innovador para mejorar la calidad de vida de las personas mayores en sus hogares

pareja mayoresWorldline Iberia participa en SOCIALCARE, un proyecto innovador para mejorar la calidad de vida de las personas mayores en sus hogares, mediante el uso de sensores. En colaboración con un consorcio de socios europeos, y con el soporte del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital dentro del marco del programa europeo Active and Assisted Living Program (AAL), SOCIALCARE es nuevo paradigma en los sistemas de cuidados y bienestar, en el que voluntarios, cuidadores informales y proveedores de servicios cuentan con las más avanzadas tecnologías para trabajar conjuntamente y apoyar la gestión individual de la vida independiente de las personas mayores en sus hogares.

El proyecto SOCIALCARE nace con el propósito de ayudar a las comunidades auto gestionadas de personas mayores que, con sus familiares, vecinos, y cuidadores, se organizan para disponer de servicios de bienestar y cuidado de su salud. Para ello, SOCIALCARE dispone de un conjunto de directrices, mejores prácticas y herramientas tecnológicas enfocadas a facilitar su interacción social, el seguimiento de la salud y bienestar, y fomentar la adquisición de nuevos conocimientos en materias que sean de su interés.

De hecho, son estas comunidades locales las que van a poder prestar un más amplio apoyo a las personas mayores en el momento en el que más lo necesitan, cuando son más frágiles y tienen una mayor necesidad de atención. El proyecto se basa en la idea de que son precisamente las propias personas mayores y las comunidades a su alrededor las que mejor saben cuáles son sus problemas, y por tanto son también quienes pueden dar con las soluciones que resulten más eficientes a nivel local. Por tanto, las personas mayores son usuarios del sistema, pero al mismo tiempo son también voluntarios y ciudadanos en su comunidad.

La salud es lo primero

El proyecto SOCIALCARE está trabajando directamente con diversas comunidades de prestación de servicios sociales a personas mayores para conocer de primera mano sus principales preocupaciones y los servicios más demandados. De esta forma se ha podido constatar que la principal prioridad son los servicios relacionados con la salud, en particular, y en este orden, la detección de caídas, la petición de ayuda y la gestión de la medicación.

Además de estos servicios, se encuentran otros de carácter social, como información sobre eventos a los que puedan asistir o actividades y voluntariados en los que puedan participar.

Asistencia personalizada

Sin embargo, la realidad es que apenas existen en el mercado soluciones asequibles que permitan realizar un seguimiento de los parámetros personales de salud en su propia casa y de forma no intrusiva, por ejemplo mediante la utilización de sensores portátiles de bajo coste (los denominados “wearables”), cuyo objetivo es realizar un seguimiento de aquellos parámetros que los profesionales de la salud hayan recomendado vigilar. La solución SOCIALCARE no solo realiza dicho seguimiento según las necesidades específicas de cada usuario, sino que incluye un sistema de gestión que permite avisar inmediatamente a los cuidadores de la persona mayor si se detecta cualquier tipo de anomalía que pueda indicar la existencia de una situación de riesgo para la salud.

Según Antoni Paradell, Responsable de I+D del Centro de Competencias de Movilidad de Worldline: “La combinación de las tecnologías más avanzadas en el ámbito de IoT con los dispositivos móviles de última generación nos permite dar un salto cualitativo en los sistemas de atención remota de la salud, adaptándonos a las necesidades específicas de cada paciente”.

SOCIALCARE en acción

La solución SOCIALCARE ya ha iniciado su andadura mediante su implantación en comunidades de los Países Bajos y de Austria, obteniendo un alto grado de aceptación en estas comunidades. Esta gran acogida se ha visto favorecida por la filosofía de desarrollo ágil de SOCIALCARE, que permite la rápida adopción de las sugerencias que realizan las propias comunidades, redundando en un beneficio mutuo. Otro aspecto clave que ha contribuido al éxito de la solución ha sido el cuidado extremo que se ha prestado a la usabilidad de la solución desarrollada, considerando las necesidades y restricciones propias de las personas mayores como usuarios principales de las aplicaciones.

Fuente: Worldline

Aumenta la demanda de modelos residenciales alternativos que promuevan la autonomía de las personas mayores

CohousingCada vez más jubilados españoles piensan en retirarse en comunidades autogestionadas, un modelo residencial alternativo que ya ha triunfado en países como Dinamarca u Holanda.

El miedo a envejecer solos es un pensamiento íntimo compartido por (casi) todos. La idea se convierte en vertiginosa a medida que los jóvenes -hijos, sobrinos, ahijados…- de nuestro entorno más cercano viven su vida con total autonomía y se consolida habitualmente cuando se acerca la jubilación. Entonces las preguntas que antes parecían lejanas convergen con el presente y la toma de decisiones resulta necesaria para afrontar la tercera edad como una oportunidad en lugar de una etapa perdida. Los ancianos que viven solos en España aumentan año tras año, consagrándose así la dependencia como un problema en la agenda nacional. Los jubilados españoles han tomado referencias que en otros países ya llevan años funcionando con éxito y la creciente demanda de modelos residenciales alternativos que promuevan la autonomía está cerca de tomar una forma prometedora en nuestro suelo.

Se trata de los llamados jubilares, comunidades autogestionadas de personas mayores, que viven en un entorno que ellos mismos han diseñado y donde han establecido la previsión de organizar la ayuda asistencial de los miembros del grupo que puedan tener una situación de dependencia o discapacidad en el futuro.

Las motivaciones para formar parte de una de estas cooperativas confluyen en el principio de autonomía que recoge la Ley de Dependencia de 2006 y se basan fundamentalmente en ideas como “no quiero que tomen las decisiones por mí” o “no quiero comprometer la vida de mis hijos ni ser una carga para ellos”. La Asociación Jubilares empezó a estudiar la posibilidad de emprender este tipo de viviendas residenciales, que tienen su encaje legal en España en las Cooperativas de Cesión de Uso -así es posible asegurar la recuperación de la inversión inicial y descartar propiedades que luego deben darse en herencia- hace más de una década y ahora su lista de espera supera los 600 interesados. El primer grupo senior -desde 55 años en adelante- de la asociación empezó a gestarse en 2015 y ya tiene suelo para construir en Torrelodones. Solamente existe otra propuesta similar que esté en funcionamiento en la Comunidad y se llama Trabensol, en Torremocha de Jarama.

Ángela M. (68) es una de las mujeres que vivirá junto con su pareja en el primer jubilar de la Asociación Jubilares. Acostumbrada a viajar durante toda su vida, la única demanda que hizo a sus compañeros de aventura fue que a su casa le diese el sol. Así de fácil de contentar en apariencia y, sin duda, con mucho más compromiso de fondo. “Al principio se vive una especie de luna de miel, todos hacen propuestas -desde espacios para clases de taichí, una biblioteca, salón de peluquería, huertos o un coro para cantar- pero solo aguantan las personas que están dispuestas a construir y comprometerse”, explica a El Confidencial el presidente de la Asociación Jubilares, Miguel Ángel Mira.

Arrancar un proyecto de estas características exige una constante revisión de su viabilidad, no solamente técnica -búsqueda del suelo, equipamientos, etc.- sino principalmente desde la perspectiva del factor humano. El concepto: construir el grupo de personas que vivirán en comunidad antes que buscar el edificio o tomar cualquier decisión. ¿Cómo? A través de dinámicas de grupo donde se tratan temas como el miedo, las ilusiones o las habilidades de cada miembro. El porcentaje de abandono en esta primera fase llega al 40% y el objetivo es crear la suficiente confianza como para que cada uno encuentre su lugar y sea posible promover un envejecimiento activo entre la propia comunidad.

“Está claro que de uno en uno no se hace nada”, espeta Mercedes S. (67) una psicóloga que ha trabajado toda la vida organizando eventos como relaciones públicas. Llegó a la Asociación Jubilares después de conocer un proyecto similar en Nueva York mientras viajaba. Se enamoró de la idea y supo que quería un lugar así era el mejor lugar donde envejecer. Los dos pilares de un jubilar son la Asistencia Integral y Centrada en la Persona (AICP) junto con la arquitectura, que responde a lo que se conoce por ‘modelo hogar’ o entornos domésticos cotidianos, en contraposición a los modelos sanitarios u hoteleros -residencias geriátricas, apartamentos asistidos, pisos tutelados, domicilio propio pero inadecuado-.

El propio grupo es quien diseña la que será su casa y “esto genera seguridad, que te motiva a participar, combatir la soledad y adoptar fácilmente hábitos saludables y de prevención que dan como resultado una mejora en la salud”, relata Miguel Ángel Mira, que también es arquitecto y apasionado en la materia. Y añade: “Son generaciones ya acostumbradas a decidir por sí mismas y aspiran a seguir viviendo sus vidas plenamente y aportar sus conocimientos y capacidades al conjunto de la sociedad”, añade el presidente de la asociación, reconocida como buena práctica de WeDO, el programa de la Comisión Europea conocido como ‘For the Wellbeing and Dignity of Older People’.

Las comunidades autogestionadas generalmente están pensadas para incluir desde 15 a 30 viviendas en torno a una casa común. Conjuntos de apartamentos completos en torno a equipamientos comunes, bien en horizontal, al modo de pequeñas aldeas, bien en vertical, en edificios completos. Desde la Asociación Jubilares recuerdan que “el modelo se perfecciona con el tiempo y la experiencia, matizándose el número de unidades de cada conjunto para que la convivencia sea óptima y el tamaño de las viviendas cada vez menores en beneficio de crecientes zonas comunes”.

En España cada vez hay más personas mayores que viven solas. Así lo certifica la última Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística con más de 4 millones y medio de personas viviendo solas en el año 2016 y, de esta cifra casi 2 millones tenían 65 o más años -un 70,7% eran mujeres-. Comparando con los valores medios de 2016 y 2015, el número de personas que viven solas se incrementó un 1,2% -54.100 más-. En este sentido sorprende que los hogares unipersonales de personas mayores de 65 años aumentaron un 4,0% respecto a 2015 y, por el contrario, los formados por personas menores a este rango de edad disminuyeron un 0,7%.

Más allá del miedo a la soledad y la convicción de que hacer las cosas solo siempre cuesta más, el cohousing incluye otra ventaja fundamental: el ahorro económico. Lo recuerda Carmen del Hoyo (74), que pensaba hacerse monja hasta que lo meditó mejor y optó por el jubilar para envejecer. Estaba en la lista de espera cuando le propusieron participar y desde entonces ya ha hecho decenas de propuestas en las que estaría dispuesta a participar. Desde ‘chi kung’ -terapia medicinal de origen chino basada en el control de la respiración- hasta peluquería para sus compañeros. “He visto como mi madre vive sus últimos años en una residencia y yo no quiero esto para mí, el cariño no se paga con dinero”, confiesa.

Por su parte, Javier (68) añade otro matiz. Él es economista y llegó al grupo que se trasladará a Torrelodones por casualidad. En apariencia es un discreto conservador, aunque sus ya amigos -y futuros compañeros de residencia- destapan su personalidad más sincera: cuando coge la guitarra las piezas de rock y folk no se le resisten y promete con sacar el lado más desenfadado del grupo, que hasta se plantea hacer un coro. “Dividir gastos en la vida cotidiana, en el cuidado mutuo y en la contratación de ayudas que de otra forma se costearían de forma individual”, explica Javier, que se apuntó a este experimento pionero en España a través de unos amigos con los que también convivirá.

Este sistema de retiro residencial nació en Dinamarca y Holanda en los años 90 y actualmente está muy extendido ya por el norte de Europa y Norte América. Ejemplos de éxito son Midgarden o Egebakken en Dinamarca, Wandelmeent o Popkensburg en Holanda, Springhill en el Reino Unido, Hearthstone en Estados Unidos o Windsong en Candá. El arquitecto Miguel Ángel Mira de la Asociación Jubilares, que nace intentando seguir el ejemplo de la homóloga holandesa LVGO, destaca que “El jubilar añade la respuesta al deseo más generalizado en España de recibir asistencia a domicilio hasta cualquier nivel de dependencia”.

Una opción para todas las edades

Las personas que deciden agruparse en comunidades autogestionadas como modelo de vivienda no solamente son mayores. Durante los últimos años en España este estilo de vida ha empezado a triunfar entre jóvenes familias. El elemento diferencial está en la motivación, que en este caso es más ideológica y está en la posibilidad de llevar una forma de vida alternativa. “En las comunidades de jóvens la prioridad son los niños y, a diferencia de los senior que piensan más en los espacios, ellos priorizan en los servicios para vivir en familia”, explica Francisco Romero, socio Cohousing Verde.

Desde esta organización han impulsado Entrepatios, la primera cooperativa de la ciudad de Madrid. Se trata de un terreno de 17 a 18 unidades de convivencia ubicado en el barrio de Las Carolinas, en el distrito de Usera, y nació como “un modelo de vivienda no especulativo», con importancia al enfoque ecológico y que promete tener en el futuro reciente un recorrido replicable y de éxito en nuestro país.

Fuente: El Confidencial

AUTOR: NATALIA LÁZARO PREVOST

La atención centrada en la persona, permite mejorar considerablemente el estado de ánimo de las personas mayores que viven en residencias

atención centrada en la personaSe trata de un estudio pionero en Catalunya que se basa en el impacto que tiene la atención centrada en la persona en las personas mayores que viven en residencias y centros de la tercera edad. El estudio se ha realizado en 11 centros gestionados por SUMAR.

Todas las personas mayores encuestadas han mejorado su estado de ánimo, y así lo afirman sus familias en el 75 % de los casos. Esta situación también repercute en la mejora de las relaciones familiares en un 93,8 % de los entrevistados.

La empresa pública SUMAR, empresa d’acció social SL, ha presentado el «estudio sobre el impacto en las personas mayores que viven en residencias o asisten a centros de servicios de la tercera edad, la implantación de la atención centrada en la persona», con motivo del Día Internacional de las personas mayores, el 1 de octubre.

La atención centrada en la persona es un nuevo modelo de atención para las personas mayores, más personalizado, donde el usuario de una residencia para la tercera edad se convierte en el centro de atención y decide su día a día. El Consorci d’Acció Social de Catalunya, junto con la empresa pública SUMAR, ya han sido pioneros en Catalunya iniciando la implantación de este modelo a través del programa «Tú decides cómo quieres envejecer». Con la presentación de este estudio, se da a conocer a la sociedad en general, los resultados totalmente satisfactorios que supone este nuevo modelo de atención para las personas mayores.

Durante la presentación del estudio, Estanis Vayreda, director general de Sumar y Elisenda Serra, coordinadora de la implementación del programa, han expuesto los principales resultados del estudio, como por ejemplo los siguientes:

  . El 76% de las personas mayores sienten que su vida cotidiana en el centro ha mejorado mucho con la implantación de la atención centrada en la persona.

. El 95.9% de las personas mayores entrevistadas se siente más feliz o mucho más feliz que antes de la implementación de la atención centrada en la persona.

 . Casi el 90% de los residentes considera que con la implementación de la atención centrada en la persona ha mejorado su autonomía.

. El 65% de las familias consideran que con la atención centrada en la persona, el carácter y el comportamiento de la persona mayor ha mejorado.

. El 85% de los residentes sienten que se encuentran mucho mejor con la introducción de la atención centrada en la persona.

. Con la aplicación de la atención centrada en la persona, la relación entre el residente y su familia ha mejorado según el 94% de los encuestados.

. El 85% de los familiares creen que con la aplicación de este nuevo modelo, la relación con el centro ha mejorado mucho.

Según Vayreda, «el estudio muestra que el cambio es irreversible y que la atención centrada en la persona es la manera de atender  a las personas mayores  de las residencias y centros de día, no sólo del futuro sino también del presente»

La implementación de la atención centrada en la persona está incluida en la misión corporativa y pública de SUMAR, para desarrollar servicios sociales de calidad y de proximidad en Catalunya, así como para promover proyectos y acciones que fomenten la innovación social y es, en este marco, que se impulsó  este estudio.

Descargar el estudio.

Permanecer en el domicilio cuando nos convertimos en dependientes, tenemos que elegir cuidador

SAD, servicio atención domicilioPor independientes que sean y aunque nunca lo hayan imaginado, llega un momento en la vida de muchas personas mayores en que necesitan ayuda de otros para tareas cotidianas o para ocuparse de su salud. Llega el momento en que se valoran las diferentes opciones existentes, el ingreso en una residencia o seguir viviendo en su propio domicilio. Si la opción es permanecer en el domicilio, necesitarán un servicio de ayuda a domicilio (SAD). Elegir el cuidador adecuado no es fácil; de él depende su bienestar.

¿Cómo saber cuándo una persona mayor precisa un cuidador? “El indicador básico es su autonomía para las actividades básicas de la vida diaria: el aseo y el baño, deambular, elaborar la comida, comer solo… Cuando fallan estas capacidades, la persona necesita que alguien le supla”, indica el presidente de la SEGG.

¿Qué perfil de persona hay que buscar? ¿Un enfermero? Médicos y especialistas en personas dependientes coinciden en que hace falta buscar personas cualificadas, que sepan cómo cuidar a una persona y cómo tratar a los mayores, que tengan cierta formación en cuestiones prácticas a la hora de moverlas, de alimentarlas o de proponer actividades y que se informen bien de los cuidados o limitaciones que implican las enfermedades que tenga, sin que eso signifique que hayan de ser enfermeros. “En realidad la mayoría de mayores necesita alguien que cuide de sus rutinas diarias porque su salud ya está atendida por el sistema sanitario que cuando hace falta envía servicios de enfermería a domicilio para curas y seguimiento de tratamientos, etcétera”, indica Josep Serrano. El doctor López apunta que la elección de un enfermero o enfermera como cuidador puede ser conveniente si la persona tiene que tomar insulina u otros productos que no se administran por vía oral o necesita curas frecuentes. Y agrega que en caso de demencias o problemas mentales es importante que el cuidador tenga formación al respecto para saber manejar las situaciones y que cualquier alteración de conducta no desencadene un caos doméstico.

¿Dónde buscar? “Lo importante es dirigirse a alguien que inspire confianza, con quien se pueda hablar con libertad, a través de familiares o conocidos que hayan vivido la misma situación, del centro de asistencia primaria o de organizaciones de voluntarios que cuidan a mayores”, apunta Joana Lara. El presidente de la SEGG explica que no hay un circuito establecido para encontrar cuidadores y, como la necesidad surge muy a menudo de forma inesperada e imperiosa, cada uno busca sus propias vías. No obstante, apunta que pueden buscarse referencias, además de por el boca a boca de conocidos, en instituciones que trabajan con mayores, como residencias. El gerente de la Fundació per a l’Atenció a Persones Dependents, por su parte, recomienda acudir a empresas acreditadas por la administración autonómica para ofrecer asistencia domiciliaria “porque cuentan con profesional cualificado y con la titulación exigida, cumplen todos los compromisos laborales y garantizan la cobertura de incidencias, sustituciones, servicios complementarios, etcétera”.

¿Cómo elegir? José A. López asegura que el primer paso “y principal” es contar con la persona mayor para que el cuidador no se convierta en alguien impuesto. Admite que no es fácil porque muchas personas se niegan a recibir ayuda externa ya que el mero hecho de tener un extraño en casa suscita recelo y perciben que se va a violar su intimidad si otro se encarga de bañarlos, vestirlos u organizar sus enseres. Su consejo es hacer una labor de convicción hasta pactar la incorporación del cuidador, que puede abrirse camino poco a poco, empezando por echar una mano de forma puntual, en tareas concretas. También la doctora Lara defiende que “en la medida en que la persona mayor tenga criterio, hay que buscar y elegir a su cuidador con ella porque hay cuidadores muy capaces de estar a gusto con el anciano y de lograr que en poco tiempo éste lo acepte como de la familia”. Opina que a menudo la relación es más fácil si el cuidador es una persona de mediana edad que tiene experiencia en el trato con mayores y tolera mejor el saber que sus cuidados no van a dar como resultado una curación, sino que persiguen evitar un deterioro rápido.

¿Qué cualidades debe reunir? Más allá de su titulación, experiencia o referencias, la clave para un buen cuidador está en su carácter. “Es imprescindible que haya buen feeling entre cuidador y cuidado”, remarca López. Por eso, como bien resumía Lola, al final hay que buscar personas amables, de carácter afable, alegre, respetuosas, con paciencia y mano izquierda. El presidente de la SEGG asegura que todo eso es clave pero no suficiente. “Han de ser personas que hablen bien el idioma de quien van a cuidar para que los cauces de comunicación sean adecuados; con un nivel de responsabilidad alto porque han de estar pendientes de los horarios, de las revisiones médicas, de la medicación y de las necesidades de alguien que tiene limitadas sus capacidades para autocuidarse y una salud débil; y con unas mínimas nociones y formación, porque para cuidar no bastan las buenas intenciones, hay que saber cómo dar de comer si se tienen problemas para tragar, cómo cambiar
de postura a quien no puede moverse, cómo faci­litar el baño…”, resume López.

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Farmacias de Castilla y León ponen en marcha un servicio para personalizar las dosis de medicamentos

Cualquier persona que tenga algún familiar cercano polimedicado sabe las dificultades que implica la correcta administración de todas las medicinas. Para paliar esta situación, el Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León propuso a sus profesionales asociados la puesta en marcha del SPD, Servicio Personalizado de Dosificación.

 

SPD

 

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