Depresión

“A más sentimientos de soledad, más posibilidad de enfermar”

vicepresidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Sacramento PinazoLa vicepresidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Sacramento Pinazo relaciona la soledad sentida con las situaciones de stress

España supera, por primera vez, las 15.000 personas mayores de 100 años en 2017 y medio millón alcanzan los 90 años. Castilla y León, con el 25% de su población con más de 65 años, es la Comunidad Autónoma con el porcentaje de envejecimiento más elevado de todo el país. A partir de estos datos, los expertos debaten un nuevo modelo de atención centrado en la persona. Eso es lo que han hecho la empresa Atenzia y el Ayuntamiento de Salamanca reuniendo en nuestra ciudad a un centenar de profesionales del sector de los servicios sociales.

En declaraciones a RADIO SALAMANCA, la vicepresidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Sacramento Pinazo, pone el acento en la relación existente entre el sentimiento de soledad y los problemas de salud: “Las personas que tienen fuertes sentimientos de soledad emocional suelen tener habitualmente sintomatología depresiva, pero también problemas físicos. Esa soledad sentida produce alteraciones en el sistema inmunitario, eleva el cortisol en sangre como ocurre en cualquier situación de stress. Y ya sabemos que el stress tiene mucha relación con el deterioro cognitivo”. Las investigaciones que maneja la vicepresidenta de la Sociedad española de Geriatría y Gerontología se resumen en que “a más sentimientos de soledad, más posibilidad de tener deterioros cognitivos, problemas psicológicos e incluso problemas físicos (sobre todo, cardiovasculares)”. Se producen entonces situaciones de aislamiento social porque son personas que salen poco, tienen conductas menos saludables, se acelera el sedentarismo y con él la obesidad: “al final todo ello se traduce en más gasto sanitario, más consumo de medicamentos y en un problema realmente social”.

Sacramento Pinazo apuesta por mejorar las redes de apoyo social, las intervenciones en domicilio y ofrecer más recursos de apoyo para todas aquellas personas que quieren seguir viviendo solas. En esta jornada se aborda también la soledad del cuidador “Muchas personas que son cuidadores únicos de personas mayores también sufren el sentimiento y las consecuencias de una soledad no elegida”.

Pinazo, que también es profesora en la Universidad de Valencia, asegura que las intervenciones para reducir la soledad por parte de las Administraciones son muy pocas: “son más frecuentes las que proporcionan asociaciones de Amigos de los Mayores, proyectos como el de Grandes Vecinos que se realiza en Madrid y las labores de Cruz Roja con sus programas sobre vulnerabilidad social”.

El director general de la empresa Atenzia, Florencio Martin ha reivindicado en Salamanca el valor que tiene en la prestación de servicios de calidad la especialización de las organizaciones. Esta empresa de servicios sociosanitarios -especializada en el cuidado de las personas, de su bienestar y de su salud- acaba de cumplir 25 años.

La Concejalía de Familia del Ayuntamiento de Salamanca presta el servicio de teleasistencia a 1684 personas, ayuda a domicilio de 1511 y comida a domicilio a 349 personas.

Fuente: Cadena Ser

La depresión es uno de los trastornos psiquiátricos más habituales en personas mayores de 65 años

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Se trata de una enfermedad de difícil diagnóstico en personas mayores ya que puede confundirse con el propio envejecimiento

 El deterioro cognitivo, que suele ser frecuente en las personas mayores, influye de manera determinante en el proceso diagnóstico al entorpecer la obtención de información

 “La depresión siempre debe tratarse con un enfoque integral, es decir, en todas las esferas de la vida de la persona, tanto psíquica, como física y la social”, explica el doctor Curto

La depresión es el trastorno psiquiátrico más habitual en personas mayores de 65 años, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Sin embargo, “esta enfermedad resulta de difícil diagnóstico porque sus síntomas pueden confundirse con el propio envejecimiento y, por ello, existe un mayor riesgo de que no se aplique un tratamiento específico”, explica David Curto, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.

La Organización Mundial de la Salud define la depresión como una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas, estos son rasgos también reconocibles en un proceso natural de envejecimiento. “Síntomas tan comunes como la fatiga, la falta de apetito o los problemas para dormir, también pueden ser parte del proceso de envejecimiento o de un padecimiento físico. Por lo tanto, la depresión temprana puede ser ignorada o confundida con otras afecciones que son comunes en los adultos mayores”, explica el doctor Curto.

Las causas de depresión en personas mayores pueden ser endógenas o también externas. Entre las primeras, se encuentran enfermedades como la diabetes, el dolor crónico, la hipertensión, las cardiopatías, el Parkinson o el ictus, o demencias como el Alzheimer. En concreto, “el deterioro cognitivo, que suele ser frecuente en las personas mayores, influye de manera determinante en el proceso diagnóstico al entorpecer la obtención de información”, añade Curto.

Por otro lado, las causas externas se relacionan con trastornos de adaptación a circunstancias tan habituales como la jubilación, el duelo por la muerte de seres queridos, la dependencia funcional y las institucionalizaciones o cambios de residencia.

El cuidador, pieza clave en la prevención de la depresión

El cuidador tiene un papel fundamental en la prevención de la depresión. “Los familiares o profesionales de los centros de día o residencias que se encargan del cuidado diario de los mayores tienen una labor importante a la hora de detectar los primeros síntomas o en explicar al médico los problemas que el enfermo no expresa”, comenta el doctor de Sanitas Mayores, David Curto.

Otras labores de prevención que puede realizar el cuidador son controlar la alimentación, ayudarle en la adaptación a los cambios, respetar las preferencias individuales de la persona, animarle con las relaciones sociales, alentarle para realizar ejercicio o fomentar que mantenga el contacto con sus familiares, en caso de que se encuentre ingresado en una residencia.

El tratamiento de la depresión debe tener un enfoque integral

“La depresión siempre debe tratarse con un enfoque integral, es decir, en todas las esferas de la vida de la persona, tanto psíquica, como física y la social”, explica el doctor Curto.

Según el experto, los primeros pasos necesarios para el inicio de un tratamiento de depresión son los siguientes:

  • Tratar cualquier situación o enfermedad que pueda estar causando los síntomas.
  •  Suspender cualquier medicamento que pueda estar empeorando los síntomas. En muchas ocasiones, los adultos mayores pueden sufrir dos o más trastornos o enfermedades a la vez, por lo que están polimedicados. Y esa polimedicación puede provocar reacciones adversas que  causen síntomas depresivos.
  •  Evitar el alcohol y los somníferos. La depresión neurológica que produce esta combinación puede ser malinterpretada como síntomas depresivos.
  •  En ocasiones, se puede usar la psicoterapia para ayudar a los mayores a sobrellevar la situación que le provoca el malestar.
  •  En otras situaciones, si estas medidas no sirven, se puede combinar los antidepresivos con la psicoterapia.

Holanda planea permitir la ayuda a morir a mayores con “cansancio vital”

holandaLa propuesta del Gobierno de Holanda contempla el suicidio asistido para quienes consideren que ya han vivido lo suficiente, pero no están enfermos ni padecen sufrimientos físicos insoportables.

El Gobierno holandés ha elevado al Parlamento una propuesta para regular la ayuda a morir de las personas mayores que consideren que ya han vivido lo suficiente, pero no están enfermas ni padecen sufrimientos físicos insoportables. Se trata de evitar que se quiten la vida por su cuenta. Este nuevo supuesto de suicidio asistido, al que se opone el Colegio de Médicos, no está contemplado en la vigente Ley de Eutanasia (2002, el primer país en legalizarla), que excluye a los extranjeros y que sólo la permite —siempre aplicada por un facultativo que ha debido consultar antes con otro colega— para pacientes desahuciados y con dolores insoportables y sin alivio, que lo hayan solicitado de forma voluntaria y meditada. La propuesta del Gobierno no detalla desde qué edad se podría acceder a esta nueva fórmula.

“No hay salida para los que ya no deseen vivir porque estiman completo su ciclo. Han perdido a sus seres queridos y a sus amigos, y caen en la apatía y el cansancio vitales. El Gobierno piensa que su búsqueda de ayuda para acabar con todo es legítima”, indica la propuesta. Si bien los ministerios de Justicia y Sanidad se comprometen “a defender la vida”, “cuando a la falta de perspectivas se añade un deseo persistente, libre y activo, es posible actuar”, señalan ambos departamentos. Antes, será necesario “que un asistente cualificado mantenga una serie de conversaciones con el afectado”. “Tras una segunda revisión del caso, efectuada por otro ayudante, este puede recetar el fármaco letal que será recogido en una farmacia», explica la nota remitida a la Cámara. La propuesta contempla la creación de una nueva disciplina dedicada exclusivamente a este tipo de ayuda y para la que habría que recibir formación de medicina, psicología y enfermería.

La propuesta, firmada por los ministerios de Sanidad y Justicia, indica que las conversaciones “con facultativos y otras instancias involucradas en esta clase de asistencia” darán comienzo de inmediato. Una vez consultados, el legislador deberá hacer una excepción en el apartado de ayuda al suicidio, regulado hasta la fecha solo con vistas a despenalizar, en condiciones estrictas, la eutanasia. Teniendo en cuenta que las próximas elecciones legislativas están previstas para 2017, lo más probable es que la aprobación de la nueva norma recaiga en un nuevo Ejecutivo.

El viraje oficial choca con las conclusiones de la comisión encargada el pasado febrero de examinar el concepto —y las consecuencias— de “una vida agotada”. Elaboradas bajo la supervisión del senador liberal de izquierda Paul Schnabel, señalaban que “la mayoría de los que se sienten así, y desean morir, sufren a la vez una enfermedad y encajan en los supuestos de la eutanasia”. Los médicos, por su parte, califican la eutanasia de “último recurso”, y no quieren que sea considerada un derecho por la población. Son los facultativos de cabecera quienes la practican y quieren evitar presiones familiares, o del propio afectado. En su momento, los liberales de derecha e izquierda, y el partido de los ecologistas, se mostraron partidarios de ampliar el radio de acción de la eutanasia. Los grupos confesionales, protestantes y calvinistas, apoyaron el informe Schnabel.

En 2014, las cinco comisiones que revisan la legalidad de las eutanasias practicadas en el país registraron 5.306 casos (un 10% más que el año anterior). Casi un 75% de los enfermos tenía cáncer. Cerca de un 41%, problemas psiquiátricos.

En 2013, la apertura de la Levenseindekliniek (Clínica para Morir), la primera de su clase de carácter privado, revolucionó la aplicación misma de la ley. En su primer año de actividad, recibió 714 ruegos, de los cuales practicó 104. Como las dolencias físicas acaparan las eutanasias de la sanidad pública, a la nueva clínica recurrieron los que habían sido rechazados por tener problemas psiquiátricos y diversos grados de demencia. La tendencia al alza en este grupo se ha mantenido en los años siguientes.

El pasado enero, Sanidad añadió un nuevo protocolo que suavizaba las exigencias en casos de demencia aguda. Esta ha sido siempre una de las denominadas zonas grises de la ley, porque excluía, según los críticos, a los aquejados de pérdida de facultades mentales, progresivas e irreversibles en la mayoría de los casos estudiados. Hasta ese momento, el legislador consideraba muy difícil saber si el paciente estaba seguro y comprendía las consecuencias de su deseo. Ahora, la eutanasia puede aplicarse en fases avanzadas del deterioro siempre que quien la reclame haya firmado, cuando estaba consciente, y en presencia de su médico, una declaración formal. De no tenerla, el castigo puede ser el contemplado por la norma desde 2002: hasta 12 años de cárcel.

Fuente: El País

Un bebe robot ayuda a los mayores japones a superar la depresión

SmibyEn Japón, el país con la población más longeva del mundo, numerosas empresas apuestan por crear robots para paliar la sensación de aislamiento de los mayores que viven solos: el benjamín es Smiby, un bebé ávido de mimos que demanda constantemente la atención de su veterano «progenitor».

El robótico bebé, que mide 44 centímetros de largo, pesa 1,2 kilos y es de plástico y silicio, está especialmente diseñado para reaccionar cuando sus «padres» lo acunan, gracias a un sensor.

Vestido con un mono blanco aterciopelado coronado con un cordón rosa y dos suaves pompones, Smiby está programado para reír cuando lo cogen y sonrojar sus mejillas cuando está contento.

Si se le balancea con violencia o se le deja demasiado tiempo solo, el pequeño romperá a llorar cual retoño, tornando sus negros ojos en color azul a modo de lágrimas.Smiby_2

Pero no hay que angustiarse. Si tras un largo período de tiempo nadie acude a atenderlo, este bebé robótico se duerme solo.

La idea para crear a este neonato autómata surgió del profesor Masayoshi Kanoh, de la Universidad Chukyo de Nagoya (centro), que explica así a Efe su funcionalidad: «Hemos desarrollado un robot que no sabe hacer nada, para ofrecerles a los mayores un ambiente en el que tengan un objetivo vital, porque tienen que cuidar a su robot».

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Las mascotas ayudan a las personas mayores a mejorar su calidad de vida

Una de las cosas que más inciden en la calidad de vida de las personas mayores es la falta de estímulos positivos que puede conducir a la depresión. Las mascotas pueden reconducir esa dinámica. Las mascotas introducen el presente en la vida de las personas mayores, además de ser una fuente de afecto. «Los animales pueden ser el foco de atención y mantenerte en el presente«, dijo Alan Beck, investigador de la Universidad de Purdue, en Estados Unidos.

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La depresión en personas mayores puede prevenirse con el uso de Internet

Sheila Cotton de la Michigan State University ha dirigido un estudio, cuyos resultados han sido publicados en el Journal of Gerontology, asegura que la utilización de Internet, concretamente las herramientas sociales 2.0, reduce hasta un 30% el riesgo de padecer depresión en las personas mayores. La utilización de las redes sociales por las personas mayores reducen su sensación de aislamiento y soledad, y por lo tanto disminuye el riesgo de depresión.

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Integrar en sociedad a mayores dependientes con musicoterapia

Azkoitia3 16-03.jpgCinco personas mayores dependientes que viven en la Residencia San José, de entre 65 y 80 años, esperan con ganas los miércoles por la tarde. Se visten, se preparan especialmente y se buscan entre ellos para salir juntos en este día especial. Al principio eran siete los que iniciaron esta experiencia piloto, ahora son cinco ya que una falleció y otra persona enfermó.

Desde el pasado octubre, los miércoles por la tarde bajan a la Escuela de Música, donde les espera la musicoterapeuta Nerea Goikoetxea y llevan a cabo una iniciativa novedosa: utilizando música de sus infancias o conocidas para ellos cantan, tocan instrumentos, realizan movimientos rítmicos (su dependencia obliga a hacerlo sentados) y en definitiva «viven, han encontrado una ilusión, esto supone un soplo de aire fresco que les recuerda que todavía no ha acabado la vida. La música les emociona, les llega y ha supuesto una mejora evidente en la calidad de vida de estas personas», señala Nerea Goikoetxea para quien la experiencia ha supuesto un regalo. «Comenzamos con siete personas para poner en marcha este programa, el segundo paso ha sido realizar una sesión mensual con otro grupo de mayores que viven en sus casas o con sus familias y otro paso será que participen en la audición de fin de curso de la Musikaeskola con niños, adolescentes, mayores.», apuntaba Nerea que recuerda con especial cariño a José Luis que falleció hace poco y fue el ejemplo claro de lo beneficioso de este programa para estas personas. «Era una persona depresiva que nunca reía, su rostro era totalmente inexpresivo hasta que vino aquí y comenzó a sonreír algunas veces» .

Compartiendo actividades

Y es que el uso de la musicoterapia fuera de centros de salud, con personas dependientes que vivan en una residencia y que son traídas a un centro educativo en el municipio, donde se relacionan con otros ciudadanos, es una experiencia totalmente novedosa.

En este aspecto, tal y como señala Nekane Plazaola, directora de la Residencia San José y Jexux Oteiza (estudiante de educación social en prácticas y uno de los impulsores de la iniciativa) «en colaboración con entidades socio-culturales y educativas de Azkoitia, estamos desarrollando el Programa ‘Ekintzak Elkarbanatuz’ con el objetivo de fomentar la participación activa de los residentes en la comunidad, es decir, que aún viviendo en la residencia sigan manteniendo relación con grupos de igual o diferente generación y el contacto con el municipio» para añadir que «semanalmente acuden a musicoterapia y comparten la actividad con otros jubilados; acudieron a la ikastola y participaron en el programa ‘Amama’ con jóvenes. Van a compartir ‘las experiencias de vida’ con los jóvenes de Alai-Batza y un sábado realizaremos manualidades y jugaremos al futbolín.; el 31 de marzo toca campeonato de cartas con los chavales de la ludoteca y en abril recibiremos una clase de bertsolarismo participando en el karaoke en la Bertso Eskola. Así conseguimos que grupos generacionales se encuentren, estén juntos y vayan creando entre ellos nuevas relaciones, lazos y vínculos beneficiosos para todos».

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Los mayores están tristes

abuelo tristeLos geriatras reclaman medidas sociales para frenar el avance de la depresión en los ancianos, que afecta en distinto grado a la mitad de la población mayor de 65 años
El paciente pierde el sentido de la realidad y le invade un sentimiento de minusvalía, de auténtica incapacidad ante los retos más nimios de la vida

«Los ancianos son supervivientes, personas que han tenido que saltar muchas vallas en la vida antes de llegar a donde están. Tendemos a creer que son frágiles por definición, pero posiblemente una de las acciones que más reduciría las cifras de depresión en nuestros mayores sería trabajar por conseguir una imagen social diferente de la tercera edad». El psiquiatra Juan Medrano, de la red de salud mental de Osakidetza en Bizkaia, utiliza este argumento para explicar qué se puede hacer para poner freno a la actual epidemia de depresión en la última etapa de la vida. Las cifras resultan reveladoras. Más de la mitad de las personas mayores de 65 años presenta síntomas asociados a la depresión, que requieren atención especializada. Entre un 5% y un 10% de la población de esa edad está directamente afectado por la enfermedad.

«Algo estamos haciendo mal», afirma Medrano, que la semana pasada participó en el congreso anual de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología Zahartzaroa, que se celebra estos días en Vitoria. Hace sólo 50 años, cuando comenzó a hablarse de esta patología en Estados Unidos, los servicios de salud del país tuvieron que repartir entre sus facultativos folletos de mano explicándoles qué es la depresión y cómo podía abordarse. Medio siglo después, la Organización Mundial de la Salud alerta de que para el año 2020 ésta será ya la segunda causa de discapacidad en el mundo. Occidente camina hacia una sociedad envejecida y triste hasta límites patológicos.

«La depresión va más allá de ser una tristeza profunda», a pesar de presentarse de formas muy distintas, que van desde cuadros leves a otros muy graves. El paciente pierde el sentido de la realidad y le invade un sentimiento de minusvalía, de auténtica incapacidad ante los retos más nimios de la vida. Se ve indigno y culpable, sin serlo, de los problemas ajenos. A partir de los 65 años, curiosamente, desde el momento en que hasta no hace mucho tiempo se alcanzaba la jubilación laboral, los síntomas y los casos se multiplican.

Trágica soledad

«Son muchas las causas que intervienen en este fenómeno y algunas aún no las entendemos bien», detalla el psiquiatra vasco. Quizás existan motivos biológicos para que los mayores se suman en una tristeza patológica cuando llegan las estaciones de cambio, primavera y otoño. En la vejez, también es muy común sufrir las denominadas depresiones recurrentes, que afectan a personas que las padecieron a lo largo de su vida. Los episodios que a uno se le han venido repitiendo cíclicamente desde siempre, a partir de este momento, se le darán en series de tiempo más cortas.

Determinadas enfermedades, como el párkinson, incluso algunos cánceres, tienen a la depresión entre sus síntomas, con lo cual si se padecen estas dolencias, irremediablemente, tarde o temprano, el afectado se enfrentará a un abatimiento salvaje de su estado de ánimo. Lo que más llama la atención de los especialistas son, en cambio, los suicidios. Ni los adolescentes, ni los despechados. El grupo de población que más se quita la vida es el formado por los mayores.

A las enfermedades que sumen al colectivo en la depresión se unen las circunstancias propias del último tiempo de la vida. Las pérdidas de todo tipo se suceden. El aspecto físico se degrada, decaen la fuerza física y la emocional, falla el corazón y se asiste a la marcha de familiares, amigos, vecinos y conocidos que, poco a poco, como si fuera un goteo, van muriendo uno tras otro. «Desde el punto de vista de la salud social, deberíamos tener menos abandonados a los ancianos», razona el psiquiatra vizcaíno. «Muchos abuelos están solos y eso es una tragedia».

Nueva familia

La sociedad, según defendió el especialista en el congreso ante sus colegas, debe poner en marcha mecanismos que protejan a los mayores y que impidan que se sientan solos. «Pueden vivir solos, si así lo desean y están capacitados, sin estar necesariamente abandonados. A las familias ya no se les puede pedir maravillas, porque la sociedad ha cambiado y las familias de hoy no son las de hace treinta años», destaca.

El psiquiatra vizcaíno plantea, entre otras alternativas, que instituciones y organizaciones sociales pongan en marcha acciones que permitan a los mayores sentirse activos favoreciendo su participación ciudadana. «El trabajo tiene un sentido económico, pero también da contenido a nuestras vidas. La gente, cuando termina su vida laboral, necesita seguir sintiéndose viva y podría participar en programas de voluntariado y organizaciones no gubernamentales».

Los tratamientos contra la depresión en el anciano son los mismos que se utilizan en anteriores etapas de la vida. Fundamentalmente dos, la psicoterapia, que es la ayuda a través de la palabra y la sugestión, y los fármacos, en una segunda fase y en ocasiones combinados con el apoyo psicológico. Los casos más rebeldes, que son los menos, suelen mejorar con sesiones controladas de terapia de choque o electroshock. El tratamiento electroconvulsivo, para el que previamente se administra un relajante muscular y anestesia, se practica de manera controlada, durante un tiempo limitado. «Se usa muy poco, únicamente a nivel hospitalario y para el abordaje de depresiones muy graves», detalla el especialista.

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