estimulación cognitiva

Rememorar olores y sabores tradicionales ayuda a estimular la capacidad cognitiva de las personas mayores

  • 4527“Flores y Delicias”, la nueva actividad para fomentar la integración grupal, la socialización de los residentes y promover el envejecimiento activo
  • Los mayores podrán cocinar dulces típicos de Semana Santa, elaborar elementos de decoración a partir de plantas aromáticas o acondicionar un jardín usando materiales reciclados 

Los olores y sabores tienen un fuerte carácter evocador que ayuda a estimular la capacidad cognitiva de las personas mayores. Con este fin, Sanitas Residencial ha diseñado una nueva iniciativa conocida como  “Flores y Delicias”, a través de la que los mayores podrán participar en tres talleres diferentes -uno de gastronomía y dos de jardinería- que no solo les ayudan a ejercitar sus capacidades cognitivas y psicomotrices, sino que promueven además el envejecimiento activo de manera divertida y participativa.

 De este modo, desde ahora y hasta el próximo mes de mayo, los residentes de los 41 centros de Sanitas podrán elaborar dulces típicos de Semana Santa, como torrijas, buñuelos, flores manchegas o huevos y monas de Pascua. Ayudados por los cocineros de las propias residencias, tendrán la posibilidad de cocinar hasta 30 postres diferentes o, incluso, compartir y preparar sus propias recetas. Los menos “cocinitas” también podrán elegir entre otros dos talleres: “Jardines con materiales reciclados”, en el que pueden participar los familiares de los residentes, o “Plantas aromáticas”, a través del que aprenderán a decorar macetas con este tipo de plantas o a elaborar saquitos perfumados.

 Carmen Abelanet, jefa de Experiencia del Cliente de Sanitas Residencial, explica cómo estas actividades “ofrecen a los mayores la posibilidad de estimular sus recuerdos a través de olores y sabores. Estos suelen estar muy ligados a determinadas etapas de la vida, por lo que tienen un fuerte carácter evocador”· Asimismo, “este tipo de talleres favorece otros aspectos esenciales a la hora de fomentar el envejecimiento activo de los mayores, como la realización de los ejercicios de psicomotricidad que este tipo de actividad conlleva, el fomento de espacios de interacción o la involucración en un proyecto determinado y la ilusión que suele generarse en torno a esto”, añade Abelanet.

 Con el objetivo de adaptar la actividad a las necesidades de cada residente, los profesionales de Sanitas Residencial han organizado diferentes grupos de trabajo, según el nivel cognitivo de las personas. De esta manera, cada grupo realiza los talleres de la forma más adecuada a su situación fomentando su máximo disfrute y aprovechamiento.

Atención personalizada con multitud de actividades

 “Flores y Delicias” forma parte de un programa de envejecimiento activo que Sanitas lleva a cabo en todos sus centros residenciales. Es la segunda actividad que se organiza este año en el marco de esta iniciativa tras el éxito de “Cuéntame”. Esta permitió a los residentes contar y recrear historias que a lo largo de los meses de febrero y marzo han ido traduciéndose en representaciones teatrales, filmaciones, escritos y grabaciones radiofónicas.

 Es importante considerar que todas estas actividades se realizan respetando las características, hábitos y aficiones de cada residente. Por eso, cuando una persona ingresa en un centro de Sanitas Residencial el primer paso a realizar es la elaboración de un mapa de vida que recoge sus gustos y preferencias. Este mapa se utiliza posteriormente como base para elaborar un calendario de actividades adecuado a la situación de cada persona, desde el punto de vista físico, cognitivo y social, lo cual favorece enormemente su bienestar.

La estimulación cognitiva y física ralentiza el Alzheimer

Ventura AncionesLa estimulación cognitiva y física consiguen ralentizar la evolución de la Enfermedad de Alzheimer. Ésta es una de las principales conclusiones de la conferencia que ha impartido Luis Gangoiti, director médico del Instituto de Rehabilitación Neurológica de NeuroMadrid, en el II Encuentro de Sanitas para Familiares de Enfermos con Alzheimer celebrado en Madrid y en el que también participa Ventura Anciones, director médico de los Servicios de Neurología y Neurofisiología del Hospital Sanitas La Zarzuela.

Tal y como ha explicado Gangoiti, gran parte de la población geriátrica tiene problemas por déficit de movilidad, algunos derivados de la propia ancianidad que, además, pueden verse empeorados cuando las personas padecen una alteración cognitiva, como es el caso de la Enfermedad de Alzheimer. “Esto les produce limitaciones en la realización de actividades de la vida cotidiana, sobre todo las transferencias (ponerse de pie desde la posición de sentado), la marcha o incluso subir y bajar escaleras”, puntualiza.

Según Gangoiti, es necesario en estos pacientes la realización de programas de ejercicios de tipo aeróbico sencillos, realizados en un medio seguro, “normalmente supervisados por su familia o por algún terapeuta entrenado, pero siempre basados en rutinas específicas, no variando el lugar de entrenamiento, ayudando mediante órdenes verbales o ejemplos visuales, reduciendo así la sensación de angustia durante el ejercicio”.

En los casos en los que se trata de un enfermo frágil, se suelen utilizar programas de tipo aeróbico más complejos, e inclusive “pueden hacerse, en centros especializados en rehabilitación neurológica, programas de realidad virtual” que son altamente específicos.

El inmovilismo, recuerda, se previene con ejercicio físico. Y es importante, ya que se asocia a problemas cutáneos, pulmonares, cardiacos, endocrinológicos o de estreñimiento. Estos problemas se minimizan con un programa de ejercicios de tipo básico y avanzado.

Sobre los beneficios de los programas específicos, el doctor Gangoiti asegura que lo primero es evitar complicaciones a todos los niveles y prevenir problemas de tipo circulatorio y cutáneo, como las trombosis, los tromboembolismos pulmonares o las úlceras por presión. Y desde el punto de vista cognitivo, la realización de una rutina de ejercicios puede ralentizar su empeoramiento cognitivo. “Desafortunadamente no existe ningún tratamiento que cure la enfermedad de Alzheimer, pero está demostrado que la estimulación cognitiva y física de este tipo de pacientes, sobre todo en fases tempranas, hace que el curso de la enfermedad se ralentice”, concluye el experto.

La figura del cuidador

Ventura Anciones ha abordado la figura del cuidador, y ha querido dejar clara su “admiración, respeto y cercanía” con los cuidadores de pacientes de la enfermedad de Alzheimer: “Me han enseñado muchas cosas y yo me considero deudor de todos ellos”.

El cuidador de un paciente con Enfermedad de Alzheimer no es sólo el que asiste a un enfermo crónico en sus problemas orgánicos, en su lentitud, en su inestabilidad, en su incontinencia, precisa Anciones, sino que es alguien “que sale al encuentro de un cerebro que no tiene memoria, que no encuentra las palabras, en el que la mente está devaluada. Aquí entra el cuidador, en ese desván cerebral en donde casi no hay nada”.

El experto destaca la relación entre ‘curar’ y ‘cuidar’ como términos “anudados”. Así, continúa, en el siglo XIX el curar estaba relacionado con el profesional médico, mientras que los cuidados estaban destinados a los servicios de Enfermería. Pero desde el siglo XX, con lo avances de la ciencia, “se tratan muchísimas enfermedades y se curan menos, lo que ha hecho que el número de pacientes crónicos haya aumentado de manera geométrica”. Precisa que cobra cada vez más importancia el cuidado: “No curo, pero cuido. El paciente pide más y dura más, aunque vivir y durar no sean sinónimos”.

Presta especial importancia al hecho de que en la sociedad actual, occidental y urbana, se “hace difícil conjugar diariamente las exigencias de un paciente dependiente, con un individuo que tiene que trabajar, viajar, que tiene una familia, o que no tiene una casa adecuada para un paciente de estas características. Además, hay un cierto nihilismo en nuestro tiempo. El ser humano es ahora hijo y nieto de una tecla y no de una emoción o de una percepción”, señala a la vez que recuerda: “La ciencia y la técnica le han ido ganando terreno a la filosofía, lo cual es muy grave, porque la filosofía es una totalidad, y la ciencia y la técnica son parcialidades”.

También se refiere a los cuidadores como “mineros” que bajan todos los días las escaleras del cerebro racional que ya se ha deteriorado hasta ese “otro cerebro” mamífero en el que todavía hay memoria, emoción, supervivencia y algún sueño. Para el doctor Anciones, en un paciente demenciado, “el grado de percepción o emoción no es fácilmente medible”, por lo hay que tener en consideración que “el primer cerebro del hombre fue el de la supervivencia, que llegó hasta los reptiles, hubo un segundo que llegó hasta los primeros mamíferos, que es el de la emoción y la memoria, y un tercero, el actual, el racional. Cuando se va despoblando este último siguen quedando los otros dos y ésta es una buena conexión que no se debe olvidar”.

Sobre cómo quisiera ser tratado por un cuidador en caso de necesitarlo por estar aquejado de Alzheimer, Anciones le pediría que fuera “tanto inquilino como musa, que me trajera los olores infantiles. Le pediría que fuera sensible y cercano. Que tuviera capacidad compasiva y que me diera la mayor autonomía posible. Cuidar también es invitar a que el otro conozca su vulnerabilidad, es responsabilidad, compañía y crear estructura y entorno”.

Por último, el experto cree que una enfermedad como el Alzheimer expresa mejor que ninguna otra lengua o gramática el paso del ser al estar. “El cuidador tiene una función más alta que la del médico o la enfermera, ya que responde como si fuera el paciente”, sentencia.