Ictus

22 de Julio, Día Mundial del Cerebro: una de cada seis personas en el mundo tiene un ictus una vez en la vida

  • World Brain Day 2017 (980 x 320)Hace falta un avance y expansión del sistema de protección social para el daño cerebral adquirido.
  • FEGADACE desarrolla un estudio para determinar las necesidades reales de las personas afectadas.
  • La efeméride, proclamada por la Federación Mundial de Neurología, se conmemora el 22 de julio.

 

La Federación Mundial de Neurología (WFN – WorldFederation of Neurology) y la Organización Mundial del Ictus (WSO – WorldStrokeOrganization) dedican el Día Mundial del Cerebro 2017 al ictus, con un lema tan cierto como alarmante: “una de cada seis personas en el mundo tiene un ictus una vez en la vida”. Esta efeméride se instauró el 22 de julio desde el año 2014.

En Galicia se producen más de 6.000 altas hospitalarias anuales por causa de ictus. Hay más de 35.000 personas con daño cerebral adquirido, y casi el 80% de los casos está motivado por un ictus. Además, es la principal causa de mortalidad. Por este motivo, la Federación Gallega de Daño Cerebral (FEGADACE) se sumase a la conmemoración a escala mundial.

Los avances médicos (nuevas técnicas y tratamientos obtenidos gracias a la investigación) y el desarrollo, en las últimas décadas, del sistema público de salud, mejoraron la atención al ictus, de manera que se salva una enorme cantidad de vidas que hasta hace pocos años ni llegaban al hospital. Como contrapartida, muchas de las personas supervivientes quedan con secuelas más o menos permanentes, es decir, con daño cerebral adquirido.

Además, el proceso de envejecimiento poblacional, sumado al cambio en los hábitos de vida (sedentarismo, mala alimentación, estrés, contaminación…), no hace más que agudizar los factores de riesgo. Una de cada seis personas va a tener un ictus, lo que se traduce en una enorme necesidad de recursos de atención sanitaria y de protección social.

Para determinar cuáles son esas necesidades de atención -y así poder responder a ellas-, actualmente ya desbordadas por insuficientes, FEGADACE está a desarrollar el estudio ‘Analizando el conocimiento de la diagnosis y recursos de las personas con DCA, midiendo la cobertura de las necesidades del colectivo’.

El ictus. Un panorama general:

  • Es habitual. Una de cada seis personas en el mundo tiene un ictus en la vida. En Galicia hay 27.890 personas que tuvieron un ictus.
  • Puede atacar a cualquiera. Hombres, mujeres, niños y mayores.
  • Es repentino. La mayoría de las veces se presenta de golpe.
  • Puede ser mortal. Casi en el 30% de los casos.
  • Causa discapacidad. Diferentes estudios señalan como causantes de discapacidad entre el 30 y el 50% de los casos.
  • Se puede prevenir. Mitigando los factores de riesgo (controlando la presión de la sangre, dejando el tabaco, con una alimentación equilibrada, evitando el sedentarismo…).
  • Es tratable. Aplicar el tratamiento lo antes posible puede reducir las tasas de mortalidad y discapacidad hasta un 50%.
  • Una vida autónoma es posible. El 70% de las personas que tuvieron un ictus puede llevar una vida autónoma si recibe una atención temprana y rehabilitación.

¿Cómo podemos reducir las tasas de mortalidad y discapacidad causadas por el ictus?

  • Identificación y atención urgente. Los/as pacientes con ictus necesitan llegar a urgencias tan pronto como ocurre el ataque. Por eso hace falta que toda la población sepa identificar cuanto antes sus síntomas de alarma.
  • Atención temprana en unidades de ictus. Todos/as los/as pacientes con ictus deben ser tratados/as en unidades de ictus. En Galicia existen tres: A Coruña, Santiago y Vigo.
  • Ampliar el uso de la rtPA. La administración intravenosa del Activador Tisular del Plasminógeno debe ser usada dentro de las 4,5 horas posteriores a que se produzca el ictus. Cuanto antes se aplique el tratamiento, más efectivo es: “tiempo es cerebro”.
  • Trombectomíaendovascular. Para algunos pacientes con una obstrucción severa de los vasos sanguíneos e ictus isquémico. Se debe practicar dentro de las seis primeras horas.
  • Rehabilitación inmediata y prolongada. La rehabilitación debería comenzar en la unidad de ictus en el primer día y mantenerse hasta que la capacidad funcional sea recuperada.

Proyecto para el estudio de los recursos de atención al ictus en Galicia:

De acuerdo con las necesidades definidas por la Federación Mundial de Neurología, y constatadas las carencias a nivel de atención existentes en Galicia, FEGADACE puso en marcha en 2016 un estudio para conocer mejor los recursos disponibles para las personas que tienen un ictus. El proyecto se titula ‘Analizando el conocimiento de la diagnosis y recursos de las personas con DCA, midiendo la cobertura de las necesidades del colectivo’ y cuenta con el apoyo de la Fundación Barrié y la Fundación Roviralta, y con la colaboración de la Sociedad Gallega de Neurología (SGN).

Este proyecto tiene un doble objetivo:

a)Incrementar la información de la que se dispone sobre los servicios y productos reales de atención al ictus en los sistemas públicos de salud y de protección social. Se pretende contar con datos certeros para poder hacer una planificación realista de las necesidades efectivas de las personas que tienen un ictus.

  1. b) Servir de base para la elaboración de un estudio epidemiológico sobre el daño cerebral adquirido (hasta ahora solo contamos con datos aproximados de incidencia y prevalencia). Con estos datos se podrá analizar el retorno social de la inversión (SROI), calculando los beneficios sociales y económicos de la prestación de servicios a las personas con DCA.

En la actualidad la investigación se encuentra en fase de recogida de datos, gracias a la colaboración de los y las profesionales de la SGN, que distribuyen una encuesta facilitada por FEGADACE entre las personas que tuvieron un ictus. Una vez recogidos, se procesarán y se analizarán para extraer conclusiones, que determinarán el conocimiento que tienen las personas sobre los recursos a su disposición y las necesidades objetivas que les surgen durante todo el proceso desde que se produce la lesión cerebral.

Las conclusiones serán presentadas el próximo año en un acto público, y se espera que sean tenidas en cuenta por la Administración. Solo de esta manera se podrá responder a las necesidades de cada persona y de cada familia con daño cerebral adquirido.

El ictus es la primera causa de dependencia en el adulto

ictusCoincidiendo con el Día Mundial del Ictus, el Dr. Jaime Gállego, coordinador del Grupo de Estudio de enfermedades cerebrovasculares dela Sociedad Española de Neurología, nos informa de esta patología cerebral que actualmente constituye uno de los problemas de salud pública más importante, y representa la primera causa de invalidez permanente entre las personas adultas.

¿Se tienen estadísticas de a cuántas personas afecta hoy el ictus en España y del modo en que afecta realmente?

En España, alrededor  de120.000 a130.000 personas al año tienen un ictus, de las que cerca de 70% quedan discapacitadas o fallecen. El ictus es la segunda causa de muerte, la primera en las mujeres. El ictus es una enfermedad que ocasiona una gran discapacidad en los supervivientes, siendo la primera causa de dependencia en el adulto y, la segunda causa de demencia en el mundo, lo que la convierte en una de las afecciones que genera mayor carga social y económica.  Más del 20% de los pacientes presentan una parálisis más o menos grave, imposibilidad para caminar (20%), alteraciones del lenguaje (15%), alteraciones de la memoria, capacidad cognitiva y  conducta (30%).

El estudio Iberictus establece que, cada año, en España, y por cada 100.000 habitantes, se producen 187 nuevos casos de ictus/AIT, con mayor incidencia en hombres que en mujeres.

Este problema se verá agravado dentro de unos años con el progresivo envejecimiento de la población española. Aproximadamente el 75% de los ictus afectan a pacientes mayores de 65 años y se ha calculado, que para  el año 2025, 1.200.000 españoles habrá sobrevivido a un ictus, de los cuales más de 500.000 tendrá alguna discapacidad. Sin embargo, el ictus no es una enfermedad de la gente  mayor. Como mínimo uno de cada cuatro ictus ocurren en personas de menos de 50 años.

¿Qué es el ictus exactamente y por qué se produce?

Denominamos ictus o enfermedad cerebrovascular aguda  a un trastorno brusco de la circulación cerebral, que altera la función de una determinada región del cerebro. Hay dos grandes tipos de ictus: el isquémico y el hemorrágico. El infarto cerebral, cuando se obstruye una arteria y no llega la sangre a una zona del cerebro; y la hemorragia cerebral, que ocurre cuando se rompe un vaso o una arteria y la sangre se acumula en una zona del área de nuestro sistema nervioso central.

Aproximadamente el 80-85% de todos los ictus son isquémicos, es decir, lesiones por falta de aporte sanguíneo al cerebro ( infartos cerebrales)  y un 15%-20%  se deben a la ruptura de una arteria dentro del cerebro, lo que conocemos como hemorragia intracerebral. La gravedad de este tipo de ictus no solo reside en el daño local sino en el aumento de presión que origina dentro del cráneo, lo que afecta a la totalidad del cerebro y puede comprometer la vida.

Cuando la hemorragia tiene lugar entre la superficie del cerebro y la parte interna del cráneo se denomina hemorragia subaracnoidea, generalmente por la ruptura de un aneurisma arterial.

En algunas ocasiones el ictus isquémico se precede de síntomas transitorios, por lo general de minutos de duración. Es lo que denominamos como ataque isquémico transitorio, que también requiere una evaluación y tratamiento urgente por un neurólogo para evitar un infarto cerebral.

En la mayoría de los casos el ictus puede prevenirse o, al menos, reducir el riesgo de sufrirlo. Se trata de un problema que aparece súbitamente y en la mayoría de los casos sin síntomas previos por lo que es fundamental controlar los hábitos de vida. ¿Cómo podemos prevenir un ictus a partir de la edad adulta?

Sin duda podemos prevenir el ictus. Las medidas de prevención están encaminadas tanto a prevenir un primer episodio de ictus isquémico (prevención primaria) como las recurrencias en aquellos pacientes que ya han sufrido algún episodio (prevención secundaria).

Con el conocimiento de los hábitos de vida saludables y de los factores de riesgo para el ictus es lógico asumir que su detección precoz y corrección o tratamiento constituyen un pilar esencial de la prevención primaria. La prevención primaria, en la inmensa mayoría de la población, debe estar basada en la corrección de los hábitos de vida.  Lógicamente cuanto más factores de riesgo se tienen  más riesgo existe de tener un ictus y más intensa debe ser la intervención sobre ellos.

Cualquier persona puede padecer un ictus. Jóvenes o viejos, aunque hasta este momento se haya disfrutado de una vida plena. Pero sabemos que las posibilidades aumentan considerablemente a partir de los 60-65 años. Hoy en día sabemos que por cada década consecutiva después de los 55 años, se dobla el riesgo de ictus. De tal manera con el envejecimiento va incrementándose de forma progresiva la posibilidad de padecerlo.  Esto se debe en parte a lo que conocemos como factores de riesgo que son una característica o hábito que favorece, en este caso la presentación de un ictus a lo largo de la vida. Gracias a los estudios epidemiológicos hemos podido identificar un gran número de factores de riesgo para el ictus: hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiacas, especialmente una arritmia que conocemos como fibrilación auricular, dislipemia (elevación del colesterol), apnea del sueño, obesidad y hábitos de vida nocivos: tabaquismo, abuso de alcohol, sedentarismo.

Clásicamente los factores de riesgo se han clasificado como modificables, y no modificables. La edad, el sexo y la historia familiar de ictus son factores no modificables, pero es importante detectar pacientes con factores no modificables ya que, aunque éstos no se puedan tratar, si podemos al menos identificar a las personas de alto riesgo en los que la coexistencia de factores modificables exige su control enérgico, y pueden ser candidatos a otras tratamientos preventivos. La importancia de los factores de riesgo precisamente radica en que su identificación permite establecer estrategias y medidas de control en aquellas personas que todavía no han padecido la enfermedad (prevención primaria), o si ya la han presentado prevenir o reducir las recidivas o recurrencias (prevención secundaria).

Con en conocimiento de los hábitos de vida saludables y de los factores de riesgo para el ictus es lógico asumir que su detección precoz y corrección o tratamiento constituyen un pilar esencial de la prevención primaria. La prevención primaria, en la inmensa mayoría de la población, debe estar basada en la corrección de los hábitos de vida,  tabaquismo, abuso de alcohol, sedentarismo. Lógicamente cuanto más factores de riesgo se tienen  más riesgo existe de tener un ictus y más intensa debe ser la intervención sobre ellos.

Si se controlan los factores de riesgo se puede evitar hasta el 80% de los casos de ictus. Dieta baja en grasas y sal, ejercicio físico moderado, controlar el peso, la presión arterial, nivel de colesterol y azúcar en sangre. Abandonar el tabaco, consumo moderado de alcohol, controlar el peso regularmente y si sentimos palpitaciones sin haber realizado actividad física previa, es recomendable que sea visto por su médico.

¿Hay síntomas o señales premonitorias que nos den la pista para acudir a urgencias rápidamente?

El ictus constituye una urgencia neurológica que precisa ser conocida de forma urgente. Es fundamental que el paciente y las personas que lo rodean puedan conocer de inmediato los síntomas de alarma para su traslado inmediato a un centro hospitalario debidamente preparado. Aunque estos síntomas desaparezcan en unos minutos (ataque isquémico transitorio), no debe perderse tiempo alguno y se debe acudir o trasladar de forma inmediata al hospital para recibir asistencia neurológica.

Síntomas de alarma de ictus:

Pérdida de fuerza de la cara,  brazo, y/o pierna de un lado del cuerpo de inicio brusco

Entumecimiento o sensación de acorchamiento de la cara, brazo o la pierna de un  lado del cuerpo

Trastorno brusco del lenguaje. Dificultad para hablar o entender o ser entendido

Pérdida de visión en uno o ambos ojos

Dolor de cabeza intensa, repentina y sin causa aparente asociada a náuseas y vómitos   (no atribuible a otras causas)

Dificultad para caminar, pérdida de equilibrio o coordinación

El manejo del ictus agudo debe realizarse de forma urgente por parte de neurólogos especializados y en Unidades de Ictus. ¿Existen suficientes Unidades para que el paciente acuda a ellas y pueda tratarse de forma conveniente?

Las unidades de ictus UI en los Servicios de Neurología constituyen el recurso más eficiente para el tratamiento de la  fase aguda del ictus. La valoración neurológica precoz, la monitorización y el trabajo multidisciplinar llevan aparejadas un mejor pronóstico en términos de mortalidad o dependencia. Este dispositivo asistencial ha demostrado que reduce la mortalidad, la dependencia y la necesidad de cuidados institucionales en los pacientes con ictus. Su beneficio es independiente de la edad, sexo y gravedad del ictus al  ingreso y es similar para los distintos subtipos de ictus. Se mantiene a lo largo del tiempo y es coste efectivo. Sin embargo, persisten desigualdades territoriales que es prioritario subsanar cuanto antes. Actualmente el número es claramente insuficiente para poder garantizar una atención de excelencia en todo el país.

¿Es un error lo que hacen algunas personas, de no acudir a Urgencias porque el síntoma o los síntomas han desaparecido momentáneamente aunque luego pueden repetirse con más intensidad?

El ictus transitorio, aquel en el que los síntomas mejoran o desaparecen en escasos minutos sigue siendo una urgencia y debe ser valorado y estudiado de inmediato por especialistas de neurología y de forma individualizada aplicar el tratamiento más adecuado a su causa. El no hacerlo conlleva el riesgo de sufrir un infarto cerebral en las siguientes horas.

¿Por qué los ictus afectan habitualmente a sólo un lado del cuerpo?

Porque habitualmente afectan a un solo hemisferio cerebral.  Una afectación bilateral puede producirse en ictus del tronco cerebral o en lesiones simultáneas por embolismos múltiples.

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