Archivo diario: 3 marzo, 2014

Descienden un 11% las ayudas para cuidados a dependientes

Cuidados-del-cuidadorFreno y marcha atrás. Las ayudas a la dependencia experimentaban un descenso en 2013. Una vez tocado el techo de 8.475 beneficiarios allá por diciembre de 2012, tal y como indicó en su momento el gerente regional de Servicios Sociales, Jesús Fuertes, la última estadística publicada por la Consejería de Familia arroja una disminución paulatina de usuarios y de prestaciones reconocidas.

En concreto, la provincia de Burgos perdió 536 dependientes con dictamen favorable y 306 ayudas, el 11%, a lo largo del año pasado. A las bajas por fallecimiento se suman los cambios introducidos en la normativa como principales motivos de esta caída.

Así, 2014 comenzó con 13.178 personas con su situación de dependencia valorada, 172 más que las que tenían un dictamen a comienzos de 2013. Con todo, de ese total, 7.939 recibían la buena noticia de que les correspondía percibir servicios o prestaciones. Los 5.239 solicitantes restantes obtenían sin embargo un ‘no’ por respuesta.

Según los datos difundidos por la Consejería de Familia en la web www.jcyl.es, los 7.939 dependientes con derecho a prestación en la provincia de Burgos tenían -a 31 de enero de 2014- identificadas y reconocidas 10.269 prestaciones económicas o en forma de servicios, frente a las 10.605 aprobadas en diciembre de 2012.

El descenso se concentra especialmente en las ayudas económicas concedidas para cuidados en el entorno familiar que caían en un año de 3.006 a las 2.695 actuales, un descenso del 11% que se explica en parte por la decisión del Gobierno de reducir la cuantía de esta prestación y obligar a los que ejercen esta labor a asumir el pago de su cotización a la Seguridad Social. Hasta julio de 2012 el Gobierno se hacía cargo de este gasto.

Por el contrario, las prestaciones reconocidas destinadas a servicios  prestados por profesionales, bien en el domicilio, bien en centros específicos, residenciales o no. Esta tendencia recibe el aplauso de las voces que defienden las modificaciones de la ley de Dependencia, que sus detractores definen como recortes. Los primeros hablan de generación de empleo y los segundos critican que se beneficie a las empresas privadas del sector.

Así, la prestación económica vinculada al servicio, que copa el grueso de este tipo de ayudas -casi un 21% del total, solo superado por las destinadas a cuidados familiares, un 26%-, llega a 2.153 dependientes. Le siguen las dirigidas a atención residencial, con 1.440 plazas en la provincia, y las concedidas para prevención de la dependencia y promoción de la autonomía personal, 1.398 en enero de 2014.

Completan el listado las prestaciones para usuarios de centros de día o noche, 1.136, ayuda a domicilio, 1.093, y teleasistencia, 351. En conjunto estos apoyos en forma de servicio pasaban en un año de suponer el 70% del total de derechos reconocidos al 73%, en detrimento de las ayudas económicas directas.

Por población de residencia, de las 7.939 personas dependientes con derecho a prestación, 3.630 tienen domicilio en la capital burgalesa, 809 en Miranda, 680 en Aranda y las 2.820 restantes en otros municipios de la provincia.

Este reparto da cuenta de la estrecha relación entre dependencia y mundo rural, alimentada por la elevada edad media de los habitantes de estas zonas.

Con todo, a pesar del ‘retroceso’ cuantitativo de la ley y de las críticas que han suscitado las decisiones del Gobierno central en este ámbito, Castilla y León revalida año a año el sobresaliente en la gestión y aplicación de esta normativa. La nota se la otorga la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales, responsable del observatorio estatal que evalúa la atención a dependientes en cada una de las comunidades autónomas. Lo cierto es que los datos confirman la eficacia de los mecanismos regionales que, por ejemplo, elevan a un 98,8% la proporción de las personas dependientes con derecho a prestación reconocido que ya la reciben en Burgos. Este dato supera en 18 puntos la media nacional.

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III Curso On-line de Atención Centrada en la Persona

Se consolida como un referente  el  curso diseñado e  impartido por la psicóloga  y  experta en gerontología social Teresa Martínez Rodríguez   donde ha  profundizado   durante los últimos tres meses  en la formación sobre el innovador modelo

ACPMatia instituto Gerontológico y Fundación Asmoz  con la  colaboración de  el Gobierno Vasco han organizado por tercer  año consecutivo   el Curso Modalidad e-learning de Atención Gerontológica Centrada en la Persona que ha  constado de 50 horas lectivas impartidas  entre el  15 noviembre 2013  y el   25  de febrero de 2014.

El curso, que está incluido  en una serie de acciones formativas que comenzaron en 2010 de las tres instituciones vascas,  ha  sido  impartido por  tercer año consecutivo,  por su propia diseñadora,  la experta gerontóloga Teresa Martínez Rodríguez, autora de la Guía la Atención Gerontológica Centrada en la Persona,  que ha servido de  base para  profundizar en la formación del referido innovador enfoque, para mejorar la calidad en la  prestación de servicios siendo  una herramienta útil para fomentar la competencia positiva en un sector cada vez más competitivo.

Han  participado profesionales de atención directa de  las distintas  disciplinas   del ámbito de  los cuidados a personas mayores de  la mayoría de  Comunidades y de algún país de Latinoamérica. El curso ha sido un éxito de  participación, organización  y de  contenidos, a tenor de la evaluación –excelente- efectuada por  los alumnos participantes,    cumpliendo  sobradamente  sus   expectativas.

En el mismo, se han desarrollado doce lecciones básicas que  han aportado  elementos conceptuales y alternativas metodológicas que permiten avanzar hacia una atención orientada a la calidad de la vida de las personas y a sus derechos; adiestramiento  en  nuevas formas de trabajo en los centros y servicios para  que los equipos técnicos se impliquen y construyan, junto con los usuarios y familias, intervenciones acordes al modelo y a la realidad de cada contexto asistencial; orientación  y   pistas sobre opciones metodológicas e instrumentos que ayudan a construir planes de atención a cada persona usuaria; generando  reflexión sobre las buenas prácticas y los riesgos de las intervenciones cotidianas, de modo que haya coherencia entre los principios rectores de la gerontología y la intervención profesional como contexto dinámico de interacción social.

A lo largo del curso se   abordaron cinco importantes asuntos para el desarrollo de dicho modelo, como la atención personalizada desde la promoción de la autodeterminación y la independencia; lo íntimo, lo privado y la confidencialidad; lo propio, lo cotidiano, lo significativo; las familias y, finalmente, lo organizativo y los profesionales. Han hecho ejercicios prácticos y  se ha habilitado un  “foro de discusión” donde alumnos y profesora,  intercambiaron  experiencias cotidianas y  se recomendaron documentos, libros, artículos, páginas web y audiovisuales de interés.

Contemplando, desde este enfoque a lo largo  de todo el   curso: que la persona mayor sea el centro, sea protagonista de su vida y no un mero receptor de cuidados, aunque estos estén bien programados y sean técnicamente correctos. Esto ha pasado ya en otros países, y aunque España y su diversidad de  pueblos tengan su propia cultura, las personas, sus necesidades de ser,  no son tan diferentes.

 Porque,  todos queremos vivir dignamente, ser apreciados,  respetados y poder vivir en coherencia a nuestra forma de pensar y sentir, aunque seamos muy mayores y necesitemos ser cuidados por otros. Y para ello los profesionales comprometidos y bien formados son imprescindibles.

Triunfo del programa centrado en la persona: «En mi Casa»…mando yo…

micasa“Para nosotros es importante el moño de Casilda, que se vista con su falda y ponga su colcha de ganchillo en la que ya es su cama. Conocemos sus apetencias y sus manías y es básico saberlas, porque, el día de mañana, cuando ella no pueda decidir, su cuidador de referencia sabrá cómo es esa persona y así pasará el final de su vida tal y como ahora es, no como una institución quiere que sea”. El director de la residencia Los Royales, Antonio Valdenebro, describe de este modo el modelo de atención que se presta en este centro, que fue el encargado de pilotar hace dos años las llamadas unidades de convivencia en las residencias de mayores de Castilla y León.

 Se trata de un modelo que ha revolucionado la manera de entender los cuidados gerontológicos, que responde a las nuevas demandas de los mayores y que se va extendiendo como una mancha de aceite sobre el territorio regional, hasta el punto que la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades confía en que haya 60 unidades de convivencia en los próximos meses en toda la Comunidad. En estos momentos, el proyecto es ya realidad en 44 residencias de Castilla y León, y está teniendo tanto éxito porque permite al mayor sentirse como en casa, ‘En mi casa’, que es el nombre que lleva el proyecto.

Para Valdenebro, cuando un anciano entra a un centro residencial tradicional deja de decidir qué se pone o qué come e incluso no maneja su dinero. Es, en muchas ocasiones, esperar a que un día “Dios llame a su puerta”. Si bien, en estas unidades el anciano sigue siendo decidiendo sobre su vida. No es beneficiario, sino protagonista; no se mima su autoestima, se fomenta su autonomía, y puede tomar sus propias decisiones. Se huye de la institucionalización, ya que quiere que cada persona conserve lo que tiene de distinto y se deje a un lado un sinfín de protocolos que hacía que a todos se les tratara de la misma manera.

“La autoestima es muy importante. Si te visten con un chándal y no te ponen tu ropa, ya te están coartando su libertad. A los centros llegan personas muy distintas y se pretende hacerlas igual por protocolos y por la organización del centro. Ahora deshacemos el camino”, insiste para recalcar que este modelo se adapta a la persona y no al revés.

El novedoso sistema, propio de los países del norte y centro Europa, se implantó a la vez que en los Royales en la residencia Fundación Matías de San Sebastián. Representa un nuevo modelo de derechos para el anciano y garantiza que puede “controlar sobre su vida”. En ese sentido, Valdenebro explica que hace un año que se implantó el sistema de elección de menús y siendo una cosa tan importante algunos residentes decían que cómo iban a elegir a su edad. “Nos quedamos preocupados, porque normalmente protestaban por el menú, pero es el efecto que causa el centro, que anula la capacidad de voluntad del anciano, porque las instituciones, sin querer, pretenden que todos sean homogéneos para aplicar los protocolos de la misma manera”, atestigua para defender los principios de este modelo: individualidad, intimidad, adaptación del centro a la persona e implicación de la familia.

Esta atención integral centrada en la persona se basa en la metodología del psicólogo americano Carles Rogers, de la Escuela Humanista, y son los propios psicólogos y terapeutas los que apuntan a los múltiples beneficios, sobre todo cognitivos, que conlleva para el anciano. El equipo profesional de Los Royales recibió formación de la Fundación Pilares y visitaron otros centros europeos donde se desarrolla el modelo. Actualmente el centro soriano es referencia para el resto de profesionales de centros públicos y privados que implantan el modelo, de hechos sus profesionales forman a compañeros de otras provincias.

Todo, beneficios

La psicóloga de Los Royales, Sandra Moneo, explica que en los ancianos no válidos psicológicamente los beneficios son visibles, ya que están “menos tristes, reconocen a su cuidador de referencia, están más atentos y el nivel de agresividad baja”. Los válidos lo manifiestan verbalmente. Además, los familiares realizan más visitas, más prolongadas en el tiempo y sin horarios establecidos; manifiestan que “ven mejor” a su familiar; mejoran su confianza en el centro y en los profesionales, al estar permanentemente informados y contar con un interlocutor, y disminuyen “su sentimiento de abandono del ser querido”.

La residencia Los Royales cuenta con seis unidades de convivencia, además de otras dos unidades de centro de día. Cada unidad porta el nombre de un escritor vinculado a Soria. El director del centro explica que 72 de los 197 residentes viven bajo este modelo, y se pretende, que en un plazo máximo de dos años, toda la estructura del centro se adapte al modelo de unidades de convivencia. “Supone un cambio muy grande, también en el auxiliar, que se implica psicológicamente en la vida del anciano”.

Cada unidad de convivencia porta en su entrada un decálogo de buenas prácticas que viene a recordar unas mínimas normas de respeto hacia el anciano, la base del modelo. “Llámame siempre por mi nombre; mírame a los ojos cuando me hables; avísame antes de movilizarme; llama antes de entrar a mi casa; recuerda que cuando estoy desnudo puedo sentirme violento; si te cuento cosas lo hago porque confío en ti; gritar puede desahogarte nunca mejorar nuestra comunicación; mi familia no es tan distinta a la tuya, se preocupan por ti; dame tiempo para reacciones, para hacer, para responder y enséñame a valorar tu trabajo”.

Cambio radical

‘En mi casa’ se desarrolla, principalmente, a través de las unidades de convivencia y ha supuesto un cambio arquitectónico, ambiental y organizativo. La atención es personalizada y cada cuidador, que se viste más como un monitor que como un auxiliar, tiene asignado a un anciano de referencia, que presta atención directa y estable. Esos profesionales tienen una visión global de la persona mayor, de su historia de vida y de su proyecto de vida. Los residentes pueden decorar sus habitaciones y traer sus propios muebles de casa. En la residencia de Soria, Lucio Marco, tiene hasta un periquito que le hace compañía. Las residencias, según el director de Los Royales, tienen un componente “sanitario” muy importante, y se prestaba continuamente atención a este aspecto, algo que el modelo deja en un segundo plano.

Además, disponen de una cocina-comedor donde pueden o bien cocinar o que los auxiliares o sus familiares les cocinen. Simplemente el volver a oler la comida les hace evocar recuerdos y estar más despiertos. La residencia Los Royales de Soria dispone de un invernadero y un gallinero, donde los ancianos acuden una vez a la semana para realizar tareas que normalmente han hecho durante toda su vida. Además, una vez a la semana el perro de Sandra les visita, una ocasión para recordar su infancia en su pueblo. El modelo se complementa con terapia ocupacional cuya actividad principal es la vida diaria. “En ocasiones les acompañamos al mercado o al centro comercial. Asisten a charlas y hacen actividades con otros colectivos”, explica la psicóloga.

Mapa autonómico

El Modelo de los Royales, estrenado en 2012, se implantó en otras ocho residencias, una por provincia, y en la actualidad hay 44 centros con unidades de convivencia en marcha. Ávila cuenta con cuatro , dos en la capital y otras dos en Piedrahita y Sotillo de la Adrada; Burgos dispone de nueve, cinco en la capital y cuatro repartidas en Celeda del Camino, Canicosa de la Sierra, Villasana de Mena y Tardajos; mientras que en León hay siete, de las que cinco se ubican en la provincia, en Fabero, La Pola de Gordón, Puente Domingo Flórez, Toreno y Mansilla de las Mulas.

En Palencia hay tres unidades, dos en la capital, y, además, se prevé abrir este año otra unidad en la residencia Puente de Hierro, que contará con una capacidad máxima de 21 personas en situación de dependencia. En Salamanca, la residencia de Villares de la Reina cuenta con una unidad; en Segovia hay una en la residencia Prádena Salud; y en Soria, además de la residencia de Los Royales, hay una unidad en la Virgen del Ribero, en San Esteban de Gormaz. Valladolid dispone de una en la capital y en la localidades de Mojados, Viana de Cega, y Cabezón de Pisuerga, y Zamora tiene dos unidades, una en la capital y otra en Moraleja del Vino.

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