Prevención

La soja ayuda a la prevención del Alzheimer

Digestor dinámico in vitro AINIA

  • AINIA e INCLIVA investigan alimentos funcionales con genisteína para la prevención del Alzheimer
  • La genisteína es una sustancia química de origen vegetal presente en plantas como la soja, el kudzu, el lúpulo o el trébol rojo.

AINIA centro tecnológico y el Instituto de Investigación Sanitaria (INCLIVA) están trabajando conjuntamente en el diseño y desarrollo de alimentos funcionales a partir de la ginesteína, una isoflavona obtenida de la soja con propiedades que podrían prevenir la enfermedad de Alzheimer.

Según los datos del Centro Nacional de Epidemiología, actualmente existen alrededor de 400.000 personas que padecen Alzheimer en España. La tendencia al envejecimiento de la población hace prever que esta incidencia va a aumentar exponencialmente en el futuro, por lo que la prevención y el tratamiento de esta enfermedad es de gran importancia.

En este sentido, existen evidencias epidemiológicas que muestran que la incidencia de esta enfermedad en la población, es menor en países que incluyen en su dieta diaria dosis elevadas de genisteína. La genisteína es una sustancia química de origen vegetal presente en plantas como la soja, el kudzu, el lúpulo o el trébol rojo.

Es por ello que se investiga el diseño de un alimento de ingesta diaria, de fácil masticación (para hacerlo accesible a la población de más edad), con la concentración de genisteína suficiente como para observar un efecto preventivo y que pueda venderse en supermercados o tiendas de alimentación.

Importancia de la prevención para frenar la enfermedad de Alzheimer

En la actualidad en la enfermedad de Alzheimer puede establecerse una aproximación diagnóstica en fases muy incipientes, y por tanto aumenta la posibilidad de iniciar tratamientos precoces, que son mucho más eficaces que los tardíos para ralentizar el avance de los síntomas. Este proyecto tiene como objetivo diseñar alimentos con alto contenido en genisteína, con potencial efecto preventivo de la enfermedad del Alzheimer y sin efectos secundarios conocidos.

En este proyecto trabajan conjuntamente el Centro tecnológico agroalimentario AINIA y el Instituto de Investigación sanitaria (INCLIVA), en el marco de la II Convocatoria de ayudas para actividades preparatorias de proyectos coordinados por la Red de Institutos Tecnológicos (REDIT). Así, el INCLIVA aporta su experiencia en la investigación de la enfermedad de Alzheimer así como los efectos de la genisteína en su prevención, y AINIA contribuye con su experiencia en el desarrollo y eficacia de productos basados en principios activos.

Con el fin de aproximar la investigación básica a la industria, el proyecto está abierto a la participación empresarial para desarrollar tanto el ingrediente funcional (genisteína) como el alimento con alto contenido en dicho principio activo.

Alzheimer y diabetes, una sola enfermedad

alzheimer_2Un estudio reciente reveló que el mal de Alzheimer puede ser la etapa avanzada de la diabetes tipo 2. Esto podría abrir las puertas a un tratamiento conjunto para combatirlas.

El alzhéimer, la forma más común de demencia, afecta a aproximadamente 35 millones de personas en el mundo. Y a pesar de los esfuerzos aún no se ha logrado prevenirla ni tratarla. Un estudio reciente acaba de revelar que esta enfermedad neurodegenerativa podría ser una expresión de la diabetes tipo 2 en etapa avanzada en el cerebro. El hallazgo podría cambiar el tratamiento del mal y darle una luz de esperanza a los que lo padecen.

La investigación, financiada por la Asociación Esta-dounidense de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés), se presentó en el último encuentro de la Sociedad para la Neurociencia en San Diego, California. Si bien no es la primera vez que se relaciona el alzhéimer con la diabetes tipo 2, el investigador Ewan McNay, de la Universidad Estatal de Nueva York y coautor del trabajo, señaló que descubrió el mecanismo por el cual el 70 por ciento de los diabéticos presenta un declive en sus funciones cognitivas y tiende a desarrollar alzhéimer.

McNay y su equipo les dieron alimentos de alto contenido graso a 20 ratas de laboratorio para generarles diabetes tipo 2. Luego les hicieron pruebas de memoria y compararon los resultados con los de otras tantas ratas sanas. Como era de esperarse, los roedores diabéticos tuvieron problemas para recordar y mostraron un deterioro acelerado de sus capacidades cognitivas a medida que la enfermedad progresaba. Y cuando les examinaron el cerebro detectaron placas amiloides, depósitos extracelulares de beta-amiloide característicos de los enfermos de alzhéimer.

Según McNay, estas placas se forman también en el cerebro de los diabéticos debido a la resistencia que ejerce el cuerpo a la insulina, hormona esencial producida por el organismo para metabolizar la glucosa de los alimentos, lo cual le brinda la energía necesaria para funcionar normalmente.

“El exceso de insulina reduce la capacidad del cerebro para eliminar las amiloides. Este estudio demostró que las placas se forman porque son una causa y no una consecuencia de los eventos que producen el deterioro cognitivo en la diabetes”, explicó McNay a SEMANA. Esto significa que el deterioro cognitivo visto en la diabetes tipo 2 puede ser alzhéimer en etapa temprana.

El descubrimiento de la relación directa entre ambas enfermedades plantea varias hipótesis acerca de su desarrollo y la forma en que pueden prevenirse. La diabetes tipo 2 tiene origen genético o es causada por la obesidad, pues quienes la padecen por lo general consumen alimentos ricos en azúcar y grasas saturadas.

Cuando el organismo no puede metabolizar la glucosa y la insulina, las funciones cognitivas pueden verse afectadas por la hiperglicemia o la hipoglicemia. Por eso comer en exceso puede favorecer la diabetes y los casos de demencia. “Ambas enfermedades tienen los mismos factores de riesgo: la edad, un estilo de vida sedentario y la obesidad”, dijo a SEMANA Howard Fillit, geriatra, neurocientífico y director de la Fundación para el Descubrimiento de Drogas para el Alzheimer (ADDF, por sus siglas en inglés).

Dada la relación entre ambas enfermedades, los expertos afirman que lo mejor es prevenir la diabetes con un estilo de vida saludable que incluya actividad física regular y una dieta que controle los niveles de glucosa en la sangre. Así mismo proponen realizar actividades que mantengan activo el cerebro. De esa forma se matarán dos pájaros de un solo tiro.

El hallazgo también permitiría prescribir drogas, pues “algunos medicamentos para la diabetes pueden formulárseles a pacientes con alzhéimer”, afirma McNay. De esa forma podría revertirse el deterioro cognitivo en etapas tempranas.

Sin embargo, otros expertos consideran que lo más importante es encontrar lo que diferencia a los pacientes con diabetes tipo 2 que han desarrollado alzhéimer de los que no. De esa manera, “los médicos podrían intervenir anticipadamente y no esperar a que los pacientes desarrollen la enfermedad para tratarla”, afirma Jessica Smith, vocera de la Sociedad de Alzheimer de Reino Unido.

Según Robinson Cuadros, miembro de la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría, en el país hay unos 300.000 pacientes con alzhéimer, pero puede haber muchos más porque tan solo el 10 por ciento de ellos o de sus cuidadores consulta a su médico cuando la enfermedad está empezando. “El falso imaginario de que es normal perder la memoria con los años retarda la detección temprana”, dijo a esta revista. El caso de la diabetes no es distinto. De los 25,1 millones de personas que viven con esta enfermedad en América Latina, cerca del 45 por ciento no lo sabe.

Tanto el mal de Alzheimer como la diabetes aparecen en los mayores de 40 años. Por eso, a la luz de este hallazgo, “es importante promover hábitos saludables en todas las etapas de la vida con miras a disminuir la aparición de enfermedades o para sobrellevarlas de mejor manera”, concluye Cuadros. De igual forma, las investigaciones sobre el tratamiento médico de ambos males deben seguirse evaluando para evitar que se duplique la cifra en 2050, como indican las proyecciones globales.

El ejercicio físico reduce el riesgo de demencia

demenciaLa práctica de ejercicio físico es un factor muy influyente en la disminución del riesgo de padecer demencia, concluyó un estudio de la Universidad de Cardiff (Gales) elaborado durante 35 años.

Los científicos, que estudiaron más de 2.000 hombres del sur de Gales, concluyeron que, aparte del deporte, el seguimiento de una dieta equilibrada y no fumar o tomar alcohol también tienen un impacto importante en la prevención de esta enfermedad.

Esos cuatro factores fueron estudiados durante más de tres décadas en esas personas y el estudio determinó que el más influyente de ellos para rebajar el riesgo de demencia fue el ejercicio físico.

«La reducción de los casos de demencia debido a estos pasos sencillos y saludables realmente nos ha sorprendido y es de enorme importancia en el envejecimiento de la población», dijo Peter Elrood, profesor de la Escuela de Medicina de Cardiff y uno de los autores del estudio. Para Elrood, es una «evidencia de que mucha gente no sigue un estilo de vida saludable».

El trabajo, publicado en el último número de la revista PLOS One, señala que, aunque el número de fumadores ha descendido en los últimos 35 años, los ciudadanos que siguen un estilo de vida saludable se mantiene en «niveles estancados».

Las personas participantes en el estudio, sometidas a un nivel de vida saludable durante más de tres décadas, estuvieron expuestas a un 60% menos de posibilidades de padecer demencia y a un 70% menos de padecer diabetes o ataques al corazón, comparado con los que no siguen estos principios saludables.

«Este estudio, esencial para comprender cómo se puede prevenir la demencia, evidencia que la vida sana podría reducir significativamente las probabilidades de desarrollarla», destacó Doug Brown, de la Sociedad del Alzheimer del Reino Unido.

Mientras, un grupo de médicos y expertos en salud aseguró en una carta dirigida al ministro británico de Sanidad, Jeremy Hunt, que una dieta mediterránea saludable podría prevenir esta enfermedad.

En la misiva dirigida a Hunt se señala que persuadir a los ciudadanos para que consuman alimentos sanos es «posiblemente, la mejor estrategia que hay actualmente disponible» para combatir esta enfermedad, que se prevé que en 2050 afecte a 135 millones de personas en todo el mundo.

Londres acogió el miércoles la primera cumbre del G8 sobre demencia, organizada por la presidencia británica.

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Prevención: el antídoto contra la dependencia de los mayores

Prevenir y luchar contra la dependencia de los mayores. Ese es el objetivo que se ha propuesto el Partido Popular con la presentación ayer ante el Congreso de una una batería de medidas para evitar la dependencia en las personas de la tercera edad a través de una proposición no de ley, con motivo en 2012 del Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional.
«Se deberían potenciar desde el Estado actividades para impedir la dependencia y potenciar estilos de vida saludables que mejoren la calidad de vida de los ancianos y favorezcan el envejecimiento», propone esta iniciativa legislativa, que fue registrada por la diputada popular Susana Camarero, para su posterior debate en la comisión parlamentaria de Sanidad y Servicios Sociales.
Así, el PP plantea al Ejecutivo el impulso de actuaciones de atención al colectivo de mayores con autonomía, que incluyan medidas de carácter preventivo y que frenen o retrasen la aparición de factores generadores de asistencia, con información sobre educación sanitaria, indicaciones dirigidas a proporcionar los elementos necesarios para mantener, favorecer y mejorar su nivel de independencia dentro de su entorno.
Igualmente, sugiere la promoción de la salud preventiva entre el colectivo de los mayores, con el fin de procurar seguir hábitos de vida saludables, como la alimentación, el ejercicio físico, el descanso y los cuidados del cuerpo.

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