Estudiantes y mayores, un cóctel que funciona

Joaquina García, de 82 años, ya compartió piso el año pasado con otra chica y le encantó la experiencia. Cuando le llamaron del Ayuntamiento de Madrid y se lo propusieron, ella ya lo había pensado, pero no se había atrevido a dar el paso. Contando con la garantía de la Administración, Joaquina finalmente se decidió, conocía el proceso y lo creía muy efectivo. «Sabía que no me iban a meter a cualquiera en casa». Tanto ella como Laura, la joven de 28 años con la que comparte su vivienda, participan en un programa de la Obra Social de CatalunyaCaixa.

Este proyecto, denominado «Vive y convive», junta a personas mayores que necesitan compañía con estudiantes que vienen de otra ciudad y no disponen de recursos suficientes para un alquiler. El requisito fundamental exigido a los ancianos es que sean autosuficientes, mientras que a los jóvenes se les pide que ofrezcan parte de su tiempo para pasar con su compañero de piso.

Joaquina describe a Laura como una chica inteligente, con deseos de aprender y que sabe. «Estudia mucho, se pasa el día yendo del trabajo a la biblioteca». Ambas se dan compañía. Joaquina se considera muy abierta. «Tengo una forma de pensar anárquica», asegura. Respecto a Laura, piensa que es muy madura, por lo que se llevan muy bien y no existen conflictos intergeneracionales. «Entra y sale cuando quiere, compartimos toda la casa». Hace poco, Joaquina tuvo un problema de salud y Laura se encargó de ella, le acompañó al médico como si fuera una hija. Pueden ver la tele por separado, no interfieren mucho en la vida de la otra.Joaquina ve este proyecto muy bien enfocado, no le interesaba el dinero. Es consciente de que si alquilara el piso por su cuenta sacaría más dinero, «pero lo interesante es la compañía», matiza. Por ello, piensa repetir experiencia todas las veces que pueda.

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