El Gobierno reduce un 45% los fondos para políticas de salud pública

Los servicios sociales básicos son para las personas pobres o con necesidad de asistencia pública como el médico de familia ante los primeros síntomas de enfermedad. Es la primera puerta a la que se llama, donde habrá un trabajador social que atenderá a aquellos que no pueden pagar su hipoteca, a los menores en desamparo, a los que no les llega para agua, luz, calefacción, a personas sin hogar y en riesgo de exclusión, pero también gestionan las clásicas ayudas a domicilio, por ejemplo.

El colectivo de usuarios de servicios sociales ha crecido más de un 39% en los últimos años, con los rigores de la crisis, hasta alcanzar a casi ocho millones de personas. Pues bien, el año pasado los presupuestos del Estado preveían contribuir a la atención de 6,5 millones de personas y finalmente dieron para colaborar con 6,7 millones. Con lo presupuestado ahora, el Gobierno calcula que solo alcanzaría para 3,4 millones de personas, de tal forma que prácticamente la mitad de los posibles beneficiarios quedarían enteramente a merced de los recursos autonómicos o municipales.

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