Castilla y León y País Vasco quieren la «excelencia» para los mayores

Representantes de la Junta de Castilla y León y del Gobierno vasco han profundizado en Soria en el intercambio de experiencias para cambiar el modelo de atención a las personas mayores y conseguir «la excelencia», basado en una cartera de multiservicios, a demanda de los potenciales usuarios.

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León, Milagros Marcos, y la de Asuntos Sociales del País Vasco, Gemma Zabaleta, además de una representación de la Diputación Foral de Álava, han compartido experiencias en la residencia «Los Royales» de Soria con el objetivo común de mejorar la atención a las personas mayores y tratar de mantener el liderazgo en el desarrollo de los Servicios Sociales.

Marcos ha explicado el nuevo modelo de atención individual que Castilla y León está pilotando desde enero en la residencia pública «Los Royales», de Soria, y que pretende ser el modelo de centros «multiservicios» que se extienda por toda la Comunidad, siguiendo el ejemplo que ya se aplica en los países más desarrollados de Europa -Noruega, Suecia-.

«Se trata de un modelo de centro vivo, abierto, más atractivo y flexible, y de mayor calidad, que gire alrededor de la persona y que permita que se estrechen los lazos de convivencia entre las personas mayores», ha manifestado.

La consejera de Asuntos Sociales del País Vasco, Gemma Zabaleta, se ha referido al proyecto Etxean Ondo, cuyo objetivo principal es facilitar que las personas mayores, incluidas las que tienen una situación de dependencia, puedan permanecer viviendo en su casa y participando en su entorno comunitario recibiendo los apoyos y atenciones que precisen.

«Los servicios sociales no consumen sólo gasto, sino que son inversión productiva, que retorna siempre en creación de empleo», ha subrayado.

Zabaleta ha recordado que en el estudio elaborado entre las personas mayores en el País Vasco, al igual que en el encargado por la Junta de Castilla y León, los mayores se inclinaron por ser cuidados «en casa o como en casa, lo que significa una agenda individualiza de cuidados, teniendo en cuenta su vida».

Bajo esta filosofía, los centros residenciales abrirán, por ejemplo, sus puertas a los no residentes para que «tomen un café, coman, duerman dos semanas o fin de semana, o lleven la ropa a la lavandería», ha adelantado Marcos.

En este nuevo modelo, el servicio residencial también experimentará un cambio sustancial, de tal forma que las unidades de convivencia sustituirán a las tradicionales habitaciones y en las mismas en torno a doce personas convivirán como si se tratara de su verdadero hogar.

«La idea es que los residentes puedan personalizar su entorno, decorar la habitación de forma hogareña o tener espacio para compartir momentos con sus familiares. En definitiva, que conciban el centro como su propia casa», ha subrayado.

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