La Sexta columna: «Cuando llegan las elecciones, ¿cómo pueden salir a la calle para abrazarte?»
Por su indudable interés, reproducimos el reportaje de «La Sexta columna» del viernes 1 de noviembre, «Cuando llegan las elecciones, ¿cómo pueden salir a la calle para abrazarte?»
Los recortes en la Ley de Dependencia afecta a personas con nombres y apellidos, personas que están directamente relacionadas con la política y los políticos, pues son ellos quienes más sufren sus descorazonadas medidas.
María tiene Alzheimer desde hace 7 años. Su enfermedad le ha cambiado la vida a toda su familia. Tuvieron que irse de la ciudad a una casa más barata en el campo. Su nuera, Ana María, se tuvo que dedicar exclusivamente a su cuidado.
El marido de Ana María está en paro, ninguno de sus 2 hijos trabajan y ella tampoco, aunque al menos la ley le garantizaba cotizar a la Seguridad Social como cuidadora. Pero tras los últimos recortes, le han quitado la cotización y además le han bajado la ayuda a la dependencia un 16%. Un recorte que para esta familia de 5 miembros, es un drama.
El campo ha aliviado su situación con un pequeño huerto o con los huevos que ponen sus gallinas. Pero lo que de verdad les vendría bien, son los 19.000 euros que el Gobierno les debe de pagos atrasados de ayudas a la dependencia.
El caso de Ariadna también es muy duro. Ha decidido hablar y contar su historia. “Mi madre tiene una enfermedad rara, que se llama Machado-Joseph. No hay cura ni medicación específica. Cuanto más joven se sufre, peor. Su exmarido le dejo. Ella no puede hacer nada. Tengo que hacer yo todo. Es como una cría pequeña”.
Ariadna se encontró con esta situación con 17 años. Ahora tiene 23, pero habla con una seriedad que desgarra.
Ha estudiado para convertirse en enfermera, pero no tiene posibilidad ninguna de trabajar, salvo gratis en su casa cuidando a su madre. Tiene que estar constantemente pendiente de ella. Además de cobrar cada vez menos ayuda a la dependencia, ahora tampoco cotiza por su trabajo.
Andrés es la sombra de su madre. Tiene 26 años y depende de ella totalmente: para vestirse, peinarse, lavarse la cara. Los recortes les han dejado al límite. Los 215 euros al mes que cobran de dependencia se van en pañales y medicinas. Los 500 euros de pensión de invalidez los gasta en el alquiler. Y ella, que no puede trabajar porque tiene que cuidarle, ya no cotiza nada.
Sin embargo, Amparo, que ya no llega fin de mes, no tiene sólo tiempo para sentir pena, últimamente también siente mucha rabia, sobre todo cuando recuerda. «Cuando llegan las elecciones, ¿cómo pueden salir a la calle a abrazarte? Yo he abrazado a María Dolores de Cospedal. Yo la voté porque me dio un voto de confianza».