Nueva generación de aparatos de ejercicio físico que mejoran la calidad de vida de mayores

IntervapIntervap y la Universidad de Zaragoza han diseñado este proyecto que ayuda a personas mayores y pacientes con problemas de movilidad, a mejorar sus resultados en velocidad, coordinación, flexibilidad, resistencia y fuerza muscular, así como en capacidad aeróbica y autonomía personal.

Tras dos años de investigación, un estudio clínico realizado en el Centro Cívico Esquinas del Psiquiátrico de Delicias, en Zaragoza, en el que han participado 200 personas de entre 55 y 90 años ha demostrado que quienes han utilizado estos aparatos han tenido una «disminución de la percepción de dolor significativa» y un aumento de las actividades diarias.

Así lo ha expresado en rueda de prensa el director de la Unidad de Investigación en Fisioterapia de la Universidad de Zaragoza, José Miguel Tricás, que ha precisado que se está elaborando una tesis doctoral con las más de 500 variables obtenidas. Éste es uno de los dos grupos de investigación que ha trabajado en el proyecto, junto con el grupo Investigación y Desarrollo en Ergonomía (IDERGO), y con el apoyo de la Fundación AITIIP —centro tecnológico para la investigación industrial aplicada y la innovación—.

Tricás también ha indicado que las personas que habían abandonado su programa de ejercicios «lo han retomado» y también ha mejorado, en general, su calidad de vida, además de que la adhesión al estudio y a las máquinas ha sido del cien por cien.

Igualmente, se han detectado mejoras en las postura y ergonomía, la capacidad cardiaca y respiratoria, la tensión arterial, el peso corporal, el estado emocional, así como en velocidad, coordinación, flexibilidad, resistencia y fuerza muscular y capacidad aeróbica. Las ocho máquinas están diseñadas para favorecer la capacidades funcionales de las diferentes partes del cuerpo, principalmente, espalda, lumbares y extremidades.

Tricás ha sostenido que los resultados obtenidos manifiestan «un hito importante en la mejora de la calidad de vida», mejorando los movimientos y la coordinación en general, con unos ejercicios que no necesitan de fuerza, ni del levantamiento de pesos.

Elaboración de las máquinas

El director del grupo de Investigación y Desarrollo en Ergonomía (IDERGO) del Instituto de Investigación en Ingeniería (I3A) de la Universidad de Zaragoza, José Javier Marín, ha explicado que el proceso de construcción de estas nuevas máquinas ha tenido lugar durante dos años y en cuatro fases.

En la primera consistió, una vez recibidos los aparatos por parte del fabricante, Intervap, en estudiar la funcionalidad de los mismos para adecuarlos al percentil de la población mayor europea, de una altura de entre 1,55 y 1,88 metros, y a las características previstas de uso, tras lo que realizaron una propuesta de mejora.

Esta se implementó en la segunda fase, por parte del constructor, mientras que en la tercera se volvió a evaluar el aparataje, en este caso a través de instrumentos de «última tecnología», realizando capturas del movimiento, medición de la distribución del peso en las zonas de contacto, con otras sugerencias de mejora, que fueron incluidas de nuevo.

El director de IDERGO ha añadido que, finalmente, se suscribió una colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza para poder comprobar la efectividad de estas máquinas en un grupo de población, como han sido las 200 personas del centro cívico que han participado. Inicialmente, se presentaron 500 personas y de estas se hizo una selección final de 200, de las unas utilizaron las máquinas y otras no; tras realizarles una exploración sobre su estado de salud en general, la autonomía personal, el dolor, valoración psicológica y la calidad de vida, un grupo de ellas trabajó con las máquinas tres veces por semana durante dos meses y otras no y después se compararon los resultados de su evolución.

Martín ha aclarado que estas máquinas llevan incorporadas unidades de control y software, que guía en los ejercicios y permite la sincronización de los ocho aparatos, con una pantalla táctil para fijar velocidad, resistencia y carga utilizada, rango de movimiento articular máximo, repeticiones y series y tiempo utilizado. Asimismo, es posible introducir en ellas un USB los datos del usuario o paciente para después ser descargados en un ordenador por el fisioterapeuta o técnico que supervise el uso de las mismas.

Apuesta por la investigación

El gerente de Intervap Europa, José Ignacio Gómez, ha explicado que esta empresa se ha dedica a la construcción de máquinas para realizar ejercicio físico, saunas y baños turcos, y ahora, en un momento de crisis, ha decidido realizar esta apuesta por la investigación y atender a un segmento de población para el que no se dispone de aparatos precisos.

Así, además de la importancia de hacer deporte para mantener un buen estado de salud, se ha referido a la necesidad de que las personas mayores o con una movilidad más reducida puedan efectuar estiramientos musculares y movimientos de psicomotricidad para «tener un cuerpo en tono y que el día a día se más llevadero».

Según ha señalado, estas máquinas son susceptibles de ser instaladas en residencias de personas mayores, centros de día, centros cívicos y gimnasios, en zonas dedicadas a personas mayores o que no quieren hacer ejercicios de fuerza.

José Ignacio Gómez ha indicado que van a iniciar la comercialización de estas máquinas por los países del norte de Europa y Alemania pues «existe más concienciación sobre la importancia de que las personas mayores mejoren su calidad de vida», si bien ha mostrado su interés por acceder también al mercado español. En este sentido, ha defendido que ahora que «somos más longevos, igualemos el incremento de la edad con la mejora de la función corporal».

El coste de las ocho máquinas oscila entre los 40.000 y los 60.000 euros, según se incorporen diferentes dispositivos en ellas. 493.532 EUROS La vicerrectora de Transferencia e Innovación Tecnológica de la Universidad de Zaragoza, Pilar Zaragoza, ha precisado que este proyecto ha supuesto una inversión de 493.532 euros, de los que la empresa ha aportado 345.500 y el resto el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (Aitiip).

Zaragoza ha subrayado tanto el interés de la institución académica por transferir el conocimiento para mejorar la competitividad de las empresas como, en este caso, la dimensión social del proyecto puesto que va a contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas mayores y de quienes tienen necesidades especiales. Entre estas últimas, se ha referido a las que deben realizar rehabilitación por problemas neurológicos o enfermedades crónicas, como las relacionadas con el aparato músculoesquelético o metabólicas. Fruto de esta investigación, se han logrado máquinas «más seguras, simples y asequibles para promocionar la actividad física y la autonomía de las personas y, por tanto, socializarlas», ha concluido Pilar Zaragoza.

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