Un proyecto de viviendas colaborativas en una aldea astur para envejecer en comuna en Llanera

Aldea asturLa tercera edad también puede ser una etapa ilusionante. Las personas mayores no quieren resignarse a un papel secundario en la sociedad y cada vez son más las actividades que impulsan para demostrar que siguen siendo válidas. Un ejemplo de ello es el proyecto Aldea Astur, una iniciativa de viviendas colaborativas que apuesta por un envejecimiento activo, sostenible y en comunidad.

Este tipo de proyectos ya están funcionando en varias ciudades españolas, como Málaga o Cáceres, desde hace años y ahora un grupo de personas está trabajando para que sea una realidad en Asturias. Francisco Fernández y Fernando Villa son los impulsores de un proyecto que nació hace un año y que empieza a tomar forma. El objetivo, al igual que en el resto de comunidades de este tipo, es diseñar y construir las casas y convivir en un mismo complejo residencial. Pero Aldea Astur va más allá. Fernández explica que ellos no quieren convertirse en un gueto y por eso proponen crear un área agropecuaria que permita que la cooperativa sea autosuficiente vendiendo los alimentos que produce. Quieren mantener el contacto con la sociedad y pretenden recrear el estilo de vida tradicional asturiano. Así, por ejemplo, su proyecto incluye huertos, invernaderos, gallinero… «Buscamos terminar nuestros días entre amigos. Cuando te jubilas te aparcan y nosotros queremos evitar eso. Buscamos ser un referente», explica el impulsor del proyecto.

Por el momento ya hay un grupo de unas ocho personas interesadas en sumarse a la iniciativa, aunque necesitan más para que sea viable. Al tratarse de una idea que todavía está en una fase inicial, todo es susceptible de mejora, aunque ya hay propuestas concretas sobre la mesa. Aldea Astur se levantaría en una parcela de ocho hectáreas en Llanera, terreno suficiente para edificar un número de entre 30 y 36 viviendas, de dos o tres dormitorios, y acondicionar varias zonas para el área agropecuaria. Además, en la parcela existe un palacete que, según los impulsores, podría rehabilitarse y alquilarse como alojamiento rural. La idea es buscar fuentes de financiación para hacer que la cooperativa sea rentable.

Aunque el público objetivo son las personas mayores, «de más de 50 años aunque no necesariamente jubilados», afirma Fernández, también tienen la intención de reservar un tercio de las casas para personas jóvenes. «Por un lado porque hay trabajos que los mayores no podemos hacer y, por otro, porque no queremos cerrar las puertas a que participase gente de menos edad». El problema con el que se están encontrando es con la falta de personas que concreten su interés en la adhesión al proyecto. «Puede ser un problema de comunicación, de no saber llegar al público objetivo», asegura Fernández, motivo por el que una entidad sin ánimo de lucro, llamada Jubilares, está encargándose de desarrollar la iniciativa.

La idea es interesante y las comunidades existentes en España demuestran su viabilidad. Sin embargo, y aunque en Aldea Astur todavía no han hablado de precios, las propuestas de otras comunidades autónomas no están al alcance de cualquiera. Por ejemplo, para formar parte de Trabensol, que lleva varios años funcionando en Madrid, hay personas que aportaron 150.000 euros más una cuota mensual, aunque si deciden abandonar el grupo se les devuelve el dinero. Mucho más asequible es el caso de Brisa del Cantábrico, en Cantabria, que pide unos 36.000 euros para incorporarse.

Leer noticia.

Etiquetas