Elorrio forma a una veintena de migrantes que cuidan a personas mayores dependientes

elorrioSon sólo una veintena pero representan a la mayoría de las mujeres empleadas en el ámbito del cuidado de personas mayores con dependencia. Se trata de inmigrantes, la mayoría de ellas latinas, que se hacen cargo de la atención de este sector de población en Elorrio. El Ayuntamiento de la villa ha tratado de ayudar a este grupo dotándole de una serie de «conocimientos previos y profesionales en el ámbito sanitario».

Tanto la alcaldesa, Idoia Buruaga, como la concejala del área de Igualdad, Aratxu Uriarte, aseguraron ayer que, «aunque para muchas y muchos sean invisibles, la labor que hacen es indispensable para todas y todos nosotros. En ciertos casos las condiciones laborales que tienen no suelen ser las más idóneas, y en otros, los conocimientos previos en el ámbito sanitario no son muy grandes. Por ello, hemos tratado de ayudarlas, por que si ellas se empoderan ganamos todas y todos».

El curso ‘No hay vida sin cuidados’ fue puesto en marcha en abril por el Ayuntamiento en colaboración con Osakidetza, Kainabera, ElorriLore, Cáritas o Cruz Roja, Las veinticinco horas de formación distribuidas en diez sesiones concluyeron con la entrega de diplomas esta semana. «Han mostrado un gran interés por tratar de formarse y mejorar tanto profesionalmente como personalmente», detallaron responsables municipales a través de un comunicado de prensa.

Un 21,6%, más de 65 años

Estas mismas fuentes informaron que la mayoría de las participantes han sido latinas, perfil de las migrantes que se dedican al cuidado de personas mayores dependientes en Elorrio. La villa, según recoge el Instituto Vasco de Estadística, cuenta con una población de personas mayores de 65 años que ronda en torno al 21,6%. Aunque se desconoce, sin embargo, el número que mujeres que se encarga de ayudar a este sector que presentan algún tipo de dependencia, desde el Ayuntamiento indican que realizan su actividad laboral muchas veces en condiciones de soledad, aislamiento social, y sin conocimientos.

Fuente: El Correo

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