Casi 1.700 gallegos esperan plaza pública en una residencia de mayores

melancolia_residenciasEn el mismo lugar en el que una de cada cuatro personas tienen más de 65 años -655.907 en total según el padrón del 2015- y en el que 121.500 personas que superan esa edad viven solas, las plazas residenciales públicas para mayores no son suficientes para cubrir la demanda. Ese lugar es Galicia, una comunidad en la que casi 1.700 personas esperan que se les conceda una plaza en una residencia de la tercera edad. Exactamente, según datos de la Consellería de Política Social de esta semana, 1.679, una cifra que puede variar ligeramente según el día en función de las altas y bajas que se produzcan en los centros públicos y concertados que ofrecen este servicio en Galicia. La mayor demanda tiene lugar, como es natural, en las provincias más pobladas. En A Coruña 695 mayores figuran en las listas de espera que maneja la Xunta, mientras 528 lo hacen en Pontevedra, 240 en Ourense y otros 216 en Lugo.

Aunque los profesionales inciden en que lo ideal es que los mayores permanezcan en su entorno habitual, esto no siempre es posible y muchas veces la única opción para ellos es una residencia. Existen en Galicia 6.806 plazas residenciales públicas, también según los datos de la Consellería de Política Social. Su distribución, en este caso, es de 2.323 en A Coruña, 1.777 en Pontevedra, 1.475 en Lugo y 1.231 en Ourense. Resultan, tal como demuestran las cifras de las lista de espera, insuficientes, porque si bien es cierto que el número de plazas ha crecido ligeramente en los últimos años, no lo ha hecho lo suficiente como para satisfacer la demanda, sobre todo en una sociedad como la gallega, que envejece a pasos agigantados. A mediados del año 2012, una vez más según la información de la Administración autonómica, había en la comunidad 6.693 plazas residenciales públicas para mayores, 3.191 de ellas concertadas. A ellas se sumaba la oferta privada, otras 3.500 plazas. En casi cuatro años la población mayor de 65 años ha crecido en 20.000 personas. Las plazas públicas disponibles en residencias son actualmente 113 más de las que había entonces.

Según el Plan Galego das Persoas Maiores, en el que se preveían una serie de actuaciones con el horizonte del 2015, en Galicia hay más de 400.000 hogares en los que viven personas mayores de 65 años, y el nivel medio de ingresos de esos núcleos familiares es de entre 600 y 1.000 euros. En 200.000 hogares todos sus miembros superan esa edad que en España marca la jubilación.

El 95% reciben prestaciones

Con relación a la estructura económica del colectivo de mayores de 65 años, ese mismo informe destaca que casi el 95% de ellos reciben sus ingresos en forma de prestación, mientras que el 5% restante tiene su fuente de ingresos en trabajos por cuenta ajena o propia o en rentas. Más de 30.000 personas que superaban los 65 años cobraban, en el momento de elaboración del informe, pensiones no contributivas, por tanto las más bajas. Un dato que no es irrelevante, dado el elevado coste que suele tener la estancia en una residencia privada.

El 30% de las personas que residen en hogares en los que todos sus miembros superan los 65 años están en situación de riesgo de pobreza, lo que traducido a cifras absolutas dibuja un panorama en el que prácticamente 90.000 personas que habían superado la edad de jubilación estaban en riesgo de pobreza.

Un poco mayor es todavía la cifra de personas de más de 65 años con algún tipo de discapacidad reconocida igual o superior al 33%, más de 95.000 en Galicia, de los cuales una amplia mayoría han superado ya los 75 años.

Centros de día, ayuda en casa o teleasistencia

Para quienes no puedan acceder a una plaza residencial o para aquellas personas a las que su situación personal les permita otro tipo de opciones hay otras alternativas que buscan mejorar la atención y la calidad de vida de los mayores. Los centros de día son una de esas medidas, que en este caso les permite seguir arraigados en su núcleo familiar. Los usuarios pasan en este servicio parte de la jornada y el resto del tiempo regresan a sus domicilios. A este respecto, la Xunta incide en la importancia de fomentar este tipo de servicios, especialmente en el ámbito rural, donde viven muchos mayores y donde existen pocos recursos especializados.

Otra iniciativa de especial importancia en el ámbito rural es la ayuda domiciliaria, que permite que los hogares integrados por personas mayores puedan disponer durante algunas horas de un trabajador que les ayude en aquellas tareas que necesiten. Xantar na Casa o un servicio de voluntariado son otras alternativas.

Con todo, si en algunos servicios, como ocurría con las residencias, la demanda es mayor que la oferta, en otros casos los recursos a disposición de los mayores están infrautilizados. Ocurre, por ejemplo, con la teleasistencia, un sistema que permite a las personas mayores o discapacitadas, con el sencillo gesto de pulsar un botón, avisar en caso de que tenga cualquier problema. Su llamada es recibida en una central que envía ayuda en caso necesario. Casi 5.000 personas se benefician de estos dispositivos en Galicia, pero hace solo unos días la Xunta hacía público el dato de que dispone de otros 750 que nadie solicita.

Fuente: La Voz de Galicia

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