Cataluña es la única comunidad que en los últimos doce meses ha reducido el número de dependientes
«Alberto ahora mismo tiene nueve años, pero es como un bebé de seis meses: no anda, no habla, no tiene control de sus esfínteres, tiene una discapacidad intelectual grave y es prácticamente ciego». Así resume Aurelia Jerez Medina la rara enfermedad que sufre su hijo Alberto, el síndrome de Pitt Hopkins, una afección de la que solo se conocen once casos en España.
En 2008, Aurelia y su marido consiguieron la calificación de “persona dependiente” para Alberto, por lo que comenzó a recibir las prestaciones y servicios públicos a los que tiene derecho: «Desde el primer momento se le consideró un grado tres, que es el grado máximo de dependencia, y siempre lo ha mantenido», explica. Esto implica que Alberto «necesita ayuda de una tercera persona para realizar cualquier actividad de su vida, como puede ser comer, vestirse, acostarse, bañarse… Si no le das de comer, no come, y si no le cambias de pañal, tampoco protesta”.
Desde entonces, la familia recibe una pequeña cantidad de dinero cada mes. «La prestación que se le concedió a mi hijo fue la de cuidados en el entorno familiar. Yo soy su cuidadora y, por eso, en un primer momento se me pagaba 552 euros y mi cotización a la Seguridad Social», explica. Sin embargo, debido a los últimos recortes, la ayuda es ahora menor y desde “el decreto de julio de 2012, se ha reducido hasta los 442 euros y se ha eliminado la cotización”.
De todos modos, la situación de Alberto es mejor que la de muchas otras personas dependientes en España. Según un informe de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales, a día de hoy casi uno de cada tres afectados se encuentra en las «listas de espera». En concreto, 381.508 no reciben prestaciones o servicios públicos, frente a los 826.362 que sí lo hacen.
Cabe señalar, además, que el 54,1% de los que solicitan las ayudas supera los 80 años, por lo que agilizar los procesos se vuelve crucial. «En la espera, en la espera, en la espera… Hay gente que se muere», afirma el portavoz de la Federación de Asociaciones de Personas Mayores de Cataluña, Enric Ollé, que conoce bien el problema por su trabajo, pero también porque lo ha vivido de cerca: en 2015 falleció la hermana de su suegro, Francisca Valls, quien desde 2009 había sido reconocida como una persona dependiente y, sin embargo, nunca recibió ayuda pública alguna.
Por desgracia, el caso de Francisca no es excepcional, ya que en los últimos cuatro años 127.000 personas han fallecido esperando la prestación a la que tenían derecho. «Es un proceso burocrático y lento», asegura Ollé.
Diferencias entre las CCAA
Aunque en el último año ha crecido en un 12% el número de dependientes a los que se atiende en España, la situación cambia de unas comunidades a otras. En algunas ha mejorado, como sería el caso de Castilla y León, Madrid o Asturias, pero en otras no. Destaca Canarias, donde la lista de espera supera el 50%, y Cataluña, que es la única comunidad que en los últimos doce meses ha reducido el número de afectados a los que atiende.
De todos modos, el informe de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales advierte de que «el resto resto de las comunidades no les va a la zaga». En este sentido, apuntan a un mal sistema de financiación como parte del problema: «El recorte acumulado del Gobierno de Rajoy en dependencia, tras el RD-ley 20/2012, asciende a 2.865 millones de euros considerando la supresión del nivel acordado, la reducción del nivel mínimo y la supresión de las cotizaciones de cuidadoras familiares» dice el informe.
Aunque para Francisca ya es demasiado tarde, las decisiones que se tomen ahora marcarán el futuro de Alberto. “En estos momentos es pequeño, y yo todavía me puedo manejar bien, pero me imagino que con el paso del tiempo, que yo vaya cumpliendo años y él vaya ganando peso, necesitaré otro tipo de ayudas”, explica su madre. “Si hay un poco de voluntad por parte de los gobiernos venideros, espero que todo esto pueda ser viable”.
Fuente: El Confidencial