La dieta mediterránea contrarresta el riesgo genético de un accidente cerebrovascular

Dieta mediterraneUna variante del gen estrechamente vinculado con el desarrollo de la diabetes tipo 2 interactúa con un patrón de la dieta mediterránea previniendo derrames cerebrales, según se destaca de una investigación llevada a cabo por científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) y del Centro de Investigación de la Nutrición Humana sobre el Proceso de Envejecimiento Jean Mayer de la Universidad Tufts de Boston, en Estados Unidos.
Los resultados, publicados en la versión electrónica de la revista Diabetes Care, suponen un avance significativo para la nutrigenómica, el estudio de los vínculos entre la nutrición y la función de los genes y su impacto en la salud humana, especialmente en el riesgo de enfermedad crónica.
Los investigadores analizaron si la genética contribuye a los beneficios cardiovasculares observados en el estudio de Prevención con Dieta Mediterránea (Predimed), el mayor ensayo clínico realizado hasta ahora en España, en el que participaron 7.447 pacientes. En el marco de esta investigación, se monitorizó a los voluntarios para evaluar el riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y ataque cardíaco durante casi cinco años.
El estudio, dirigido por el  doctor José M. Ordovás y por la investigadora del CIBERobn, la doctora Dolores Corella, se centró en una variante de riesgo del gen TCF7L2 que estaba presente de manera homocigótica en el 14% de los participantes en el estudio Predimed. Es decir, el 14% de los voluntarios tenían dos copias de la variante genética y un mayor riesgo de enfermedad.

Igual que los que no tienen el gen
Gracias al trabajo, estos investigadores han comprobado que “la adherencia a la dieta mediterránea reduce el número de accidentes cerebrovasculares en personas con dos copias de la variante genética de riesgo. Esta alimentación saludable parecía eliminar el aumento de la susceptibilidad de ictus, poniéndolos en igualdad de condiciones con las personas que no tenían ninguna copia de la variante”, explica Ordovás, quien añade que “los resultados fueron muy diferentes en el grupo de control sin recibir una dieta mediterránea, donde los portadores homocigotos tenían casi tres veces más probabilidades de padecer un derrame cerebral que las personas sin la variante del gen”.

Variables según la adherencia
Para conocer la adherencia a la dieta mediterránea de los participantes del ensayo Predimed, los autores examinaron cuestionarios de frecuencia alimentaria. “Si ésta era alta, el que tenía dos copias de la variante del gen no presentó ninguna influencia significativa sobre los niveles de glucosa en ayunas. Lo mismo puede decirse de las tres medidas comunes de riesgo de enfermedad cardiovascular: colesterol total, lipoproteínas de baja densidad y triglicéridos”, explica Corella.
Por el contrario, los resultados del estudio no se modificaron tras analizar otras variables relevantes, como la diabetes tipo 2, el Índice de Masa Corporal (IMC) y los medicamentos para el corazón y la diabetes.

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