Cuanto más mayores, más pobres

Santos Miguel RuesgaSantos Miguel Ruesga, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Autónoma de Madrid, fue uno de los integrantes del comité de sabios que rechazó la reforma propuesta por el Gobierno, que ahora se encuentra en trámite parlamentario. El especialista, que ha ofrecido una conferencia en Vitoria sobre el futuro de las pensiones invitado por la Escuela de Formación Tomás y Valiente, asegura que los pensionistas perderán poder adquisitivo y lo harán de forma continua -«durante los primeros años subirán mucho menos que la inflación», aseguró- y para él «la reforma de las pensiones es una cuestión política, no económica».

Incluso cuando la economía logre recuperarse, el techo fijado por el Gobierno hará muy difícil que las prestaciones recuperen el terreno perdido. Así, el especialista advierte de las dificultades a las que tendrán que enfrentarse los ciudadanos tras dejar su vida activa y pasar al estatus de jubilados. España parece que no es un país para viejos, a pesar de ser uno de los que cuenta con la mayor esperanza de vida del mundo.

La primera cuestión que Ruesga rebatió es la necesidad de poner en marcha una reforma cuando aún está dando sus primeros coletazos la reforma aprobada en 2011. Reconoció que el sistema de pensiones tiene problemas, sobre todo, por el acelerado envejecimiento de la población española, que afectará a uno de los parámetros básicos del sistema, la relación entre cotizantes y pensionistas, que tenderá a bajar. Sobre esta cuestión, apuntó que «conviene ser cautos a la hora de considerar las predicciones demográficas actuales o futuras. Las predicciones apuntadas en los años 90 sobre el colapso inminente del sistema público de pensiones fracasaron estrepitosamente a partir de errores manifiestos en las predicciones demográficas sobre las que se apoyaban. La reforma que está en curso introduce correcciones importantes sobre los efectos del aumento de la esperanza de vida».

Proyecto ideológico

Para Santos M. Ruesga, el poder adquisitivo de los pensionistas caerá porque la reforma se ha diseñado para eso: «Se trata de reducir el déficit y al Gobierno ya no le queda donde rascar. A mi me convocaron al comité de expertos, pero no era para hablar de cuestiones técnicas. El proyecto estaba hecho y era político e ideológico». En este punto, recordó que el actual sistema cuenta con mecanismos para revalorizar las pensiones y un sistema de suficiencia que garanitza el equilibrio financiero con un fondo de reserva, que en la actualidad ronda los 70.000 millones de euros.
«Hasta 2019 se podía mantener la revalorización de las pensiones porque el fondo cubriría el gasto. Pero el Gobierno no quiere tocar ese fondo porque computa como déficit, es decir, aumento del gasto y lo que le pide Europa es reducir gastos». La reforma conduce inexorablemente, según el catedrático, a «pensiones públicas de escasa cuantía y a que se expandan los fondos privados». «He cometido dos errores en mi vida. Uno de ellos es disponer de un fondo de pensiones. La media de revalorización de estos fondos es entre el 1 y el 1,5%. Muy poco. Sin embargo, se esta abocando a los ciudadanos hacia esta fórmula». «Esos fondos», añade, «están en manos de gestores bancarios o de aseguradoras que obtienen altos rendimientos de ellos. Son los causantes de la mayor volatilidad financiera conocida».
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