La musicoterapia estimula la memoria, la atención y la concentración

Y es que, la vida de las personas están repletas de momentos que van ligados a una melodía o canción. De este modo, con el simple hecho de escucharla, la mente puede ser capaz de revivir esos instantes. Esto explica la capacidad de la música para generar respuestas emocionales en el ser humano.

«Este tipo de técnicas terapéuticas pueden ser muy efectivas en personas que padecen algún tipo de demencia pero también en personas que están viviendo algún proceso depresivo o de angustia», ha comentado la doctora de Sanitas Residencial El Viso, Pilar Soler.

Asimismo, en las personas con deterioro cognitivo o algún tipo de demencia, la musicoterapia actúa estimulando las capacidades deterioradas recordando melodías y evocando recuerdos y vivencias relacionadas con una composición concreta. Incluso, gracias a esta actividad, estas personas pueden mejorar la orientación témporo-espacial y la fluidez verbal.

En este sentido, el director de Sanitas Residencial de Barakaldo (País Vasco), Juan Carlos Basterra, ha asegurado que «es realmente sorprendente ver como personas con Alzhéimer avanzado, conectan profundamente consigo mismas a través de la música, les hace sentirse mejor y más felices e incluso se logra cambiar sus conductas adquiridas».

SESIONES DE MUSICOTERAPIA EN LOS CENTROS DE SANITAS RESIDENCIAL

Por todo ello, los centros de Sanitas Residencial organizan sesiones de musicoterapia donde no sólo se desarrollan sentidos como el auditivo, sino también capacidades como la memoria, se favorecen las relaciones interpersonales y se estimula la actividad física.

En concreto, las sesiones de musicoterapia se organizan en grupos de personas según sus patologías, tales como depresión, agitación y demencia. Los mayores participan en las sesiones tocando instrumentos de percusión e interactuando con las diferentes melodías y tonos que propone el musicoterapeuta. Este tipo de reuniones no consisten en escuchar música sino en crear música.

El éxito de esta terapia reside precisamente en que la guía de las sesiones es la propia
persona, ya que es ella misma quien contacta con su lado íntimo, más allá de sus preocupaciones o problemas, siendo capaz de expresarse de una manera espontánea y auténtica.

Por último, y con el fin de comprobar cuál es la reacción de la persona, antes y después de cada sesión se mide la tensión arterial, la saturación de oxígeno y las pulsaciones.

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