Dependientes que dejan deudas

OLYMPUS DIGITAL CAMERAUna deuda inesperada con el ERA (Establecimientos Residenciales para Ancianos) es la herencia que recibieron dos vecinos de Avilés cuatro años despúes del fallecimiento de sus respectivas madres. Ambas mujeres fueron usuarias del ERA, a ambas se les concedió la ayuda correspondiente a la Ley de Dependencia, pero tras su muerte, y después de que sus familias recibieran las respectivas herencias que dejaron, el ERA pasa ahora la factura de su gasto. Estos descendientes se sienten engañados, ya que nunca les dijeron que iban a contraer esta deuda con la administración, y ahora intentan liderar un movimiento de afectados para hacerse fuertes y, llegado el caso, defenderse en los tribunales contra lo que consideran una estafa.

Los hechos, tal y como cuentan estos dos afectados, son los siguientes. Las familias solicitaron las ayudas correspondientes a la Ley de Dependencia, y meses después les fueron concedidas. Las ancianas tenían, por tanto, derecho a un porcentaje parcial del coste en la plaza residencial, cuyo precio total era de unos 1.200 euros. Los herederos tenían previsto tener que abonar la cantidad correspondiente a los meses anteriores a la concesión efectiva de la ayuda por dependencia, y cuando las ancianas fallecieron los dos insistieron ante el ERA para pagar la factura.

Pero los responsables de la red de establecimientos rechazaron el pago, asegurando que no se les iba a cobrar hasta pasados dos años -y antes de cuatro- y que, además, la factura sería menor, ya que la concesión de la Ley de Dependencia era con carácter retroactivo. «A mí me engañaron. Pero no lo puedo demostrar porque el engaño fue de palabra», recrimina uno de los afectados. Y añade: «Hubiera sido mucho mejor para mí que me hubieran cobrado entonces».

Las mujeres murieron en el año 2009, esto es, antes del año 2011 en que la Ley de Dependencia entró en funcionamiento de forma efectiva, y esa es la causa que ven los afectados para que se les quiera cobrar la estancia en la residencia de ancianos. Es decir, los afectados sostienen que si sus madres siguieran vivas, no tendrían ninguna deuda. Y tampoco si ellos hubieran rechazado las herencias. Y achacan la culpa al Principado y al retraso en la tramitación de la Ley de Dependencia. «El plazo legal es de seis meses y tardaron cinco años».

La factura que el ERA quiere cobrar ahora a Ángel Rodríguez, uno de los herederos, es de 12.500 euros, cuando la deuda con la que contaba era de 3.127. Al otro, Francisco Abelardo Ruiloba, la factura asciende a 33.000, en vez de los 17.000 que esperaba. «Sabemos que tiene que haber más casos, por eso queremos hacer una plataforma, asociarnos para reclamar nuestros derechos», afirman. Uno de ellos está en fase de presentación de alegaciones, el otro ya en Servicios Tributarios y piensa incluso en los tribunales, pero sostienen que cuantos más afectados se organicen, mejor será para todos.

Por eso, cansados de pelear con las administraciones implicadas, hacen ahora un llamamiento a todos los damnificados por esta herencia inesperada. Y ponen a disposición del público sus teléfonos, para asociarse. Son el 606327133 y el 616689820. Están dispuestos a plantar batalla contra lo que consideran un engaño permitido por el Principado. «¿Pero qué Ley de Dependencia es esta?», concluyen con enfado.

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