«Internet de las cosas» será fundamental para garantizar el bienestar de los mayores

internet_cosas_iot-2-684x388Macarena Espinilla Estévez, doctora en Informática y responsable de diseño de inteligencia ambiental del centro de estudios avanzados en tecnologías de la información de la Universidad de Jaén, ha señalado que la tendencia de «Internet de las cosas» tiene «una aplicación útil en el bienestar de las personas» a través de la «instalación de sensores y dispositivos en las viviendas».

La especialista, que dirige el curso ‘Internet de las cosas para mejorar la dependencia en el envejecimiento’ en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en Baeza (Jaén), ha indicado que «estos dispositivos se puedan ubicar en el entorno» y «capturar el comportamiento de las personas que residen en esos espacios» para así «realizar un procesamiento de la información y acometer una actuación en el ambiente para mejorar su calidad de vida».

Aunque se puede aplicar en principio a la calidad de vida de las personas en general, el curso hace incidencia en las personas mayores dado que «la población está envejeciendo y el número de personas que tienen hijos es cada vez menor», por lo que la idea es «acercar a los familiares a sus personas mayores, ya sea porque por tiempo o distancia no pueden tener un contacto asiduo con ellos». Esta herramienta «brinda un abanico amplio de posibilidades para monitorizar su estado de salud y ver si han sufrido alguna caída», por ejemplo.

Macarena Espinilla ha señalado igualmente «la necesidad de adaptar las estructuras dado el envejecimiento de la población» pues «no habrá tantos profesionales de la salud para tanta gente mayor», por lo que «con estos dispositivos un médico que ahora sigue a cinco pacientes en un futuro podrá monitorizar a cien, por ejemplo» y dada la aplicación de la tecnología «este seguimiento será más real, profundo y preciso».

Explicaciones prácticas

Entre los ejemplos prácticos ha destacado un acuerdo con la Consejería de Salud «que mide el ritmo cardiaco de personas que han sufrido algún problema cardiaco» y teniendo esto en cuenta «se le va indicando la intensidad del ejercicio que tiene que hacer para fortalecer su corazón».

También ha explicado un proyecto de la Universidad de Jaén que consiste en la «sensorización de un apartamento normal con muchos dispositivos de Internet de las cosas» que «se ocupan de recoger información para que se encuentren más agusto». De esta manera, «los dispositivos conocen cuál es el estado seguro de la casa, comprobando si todos los grifos están cerrados y todas las luces apagadas». A partir de esto, «hemos desarrollado una aplicación que avisa a las personas mayores al salir de casa si todo está correcto, y si no es así, el sistema le indica con una luz roja que debe comprobar algo en la vivienda», ha explicado.

Otros ejemplos son un dispensador «que da los medicamentos cuando los necesita la persona, para que así no se le olvide o no los tome dos veces por equivocación». Asimismo, la vivienda también puede ayudar a solucionar los trastornos del sueño, «poniendo luces tenues y música agradable» para que esa persona mayor pueda conciliar mejor el sueño, mientras que por la mañana «las luces se encienden de manera gradual y la música es armoniosa».

«A veces me pregunta que por qué el sistema no es lo suficientemente inteligente como para apagar las luces» pero lo que Espinilla Estévez explica es que «no se pretende suplantar a las personas sino ayudarles y que hagan un ejercicio a la hora de comprobar la casa».

El objetivo, por tanto, de Internet de las cosas «no es crear un súper dispositivo que lo tenga todo, sino que sean pequeños, que detecten y procesen la información y hagan una actuación en el ambiente para mejorar la calidad de vida de las personas» pero «con el propósito de ayudarlas, no de sustituirlas».

Fuente: IDEAL

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