Los juegos de mesa fomentan la sociabilización y aumentan la autoestima de los mayores

SANITAS_juegos de mesa_lw 2• Jugar ayuda a prevenir los efectos negativos del envejecimiento al contribuir a ralentizar el deterioro cognitivo

• El dominó, el parchís y las cartas son los tres juegos favoritos de los residentes de Sanitas durante el campeonato en el que participan las 46 residencias

El estudio Ludiman[1] apunta que los juegos de mesa son un instrumento de mejora y prevención de los efectos negativos del envejecimiento. Así, según David Curto, jefe de la Dirección Asistencial de Sanitas Mayores, “son un recurso que se puede usar para promocionar el ocio en la tercera edad y mantener las capacidades cognitivas y físicas de los mayores, por lo que, además de los beneficios sociales y emocionales, ralentizan el proceso de deterioro cognitivo”.

 Además, el doctor Curto recuerda que el juego contribuye a mejorar aspectos concretos de la salud en función de la tipología de juego a la que se enfrente la persona:

  •  Mejora la movilidad y agilidad: todos aquellos juegos que requieren coordinar los movimientos del cuerpo, movilizar de forma pausada las articulaciones o realizar estiramientos, contribuyen de forma muy positiva a mantener las habilidades sensoriales y motoras, lo que potencia el conocimiento de uno mismo y del mundo.
  • Estimula la percepción sensorial: cualquier tipo de actividad lúdica incrementa la atención y mejora la percepción y estimulación de los sentidos.
  • Ejercita las habilidades cognitivas: los juegos de preguntas y respuestas y aquellos que requieren atención y concentración ayudan a mejorar la memoria. Los juegos de palabras o cálculo ayudan a practicar algunos hábitos necesarios para el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana. Además, el aprendizaje y memorización de las reglas de cualquier juego contribuye también al mantenimiento de las habilidades cognitivas. El juego en compañía, sea cual sea su temática u objetivo, es siempre una oportunidad para la mejora y uso del lenguaje.
  • Potencia el contacto social y la comunicación: el juego compartido fomenta las relaciones sociales y la comunicación al tiempo que estimula la satisfacción emocional y la seguridad. Además, jugar en contacto con otros permite hacer una valoración ajustada de uno mismo y de los demás, ampliando el conocimiento del entorno. Los juegos cooperativos son especialmente adecuados para promover los mensajes positivos y reforzadores dentro del grupo.
  • Ofrece nuevos entornos para el aprendizaje: los ambientes estimulantes generados por la actividad lúdica facilitan el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Lucia Calviño, terapeuta del centro Sanitas Residencial Mirasierra, incide en que “jugar ha de ser siempre una elección libre y cada individuo tiene sus preferencias”. Cada juego tiene unas consecuencias positivas sobre la persona. “Al hacer un puzle se trabaja más la capacidad de viso-construcción, mientras que en el bingo se trabajan más la memoria numérica, pero ambos sirven para trabajar la atención y la motricidad fina”, afirma la terapeuta Lucía Calviño. La especialista afirma que lo importante es que los juegos estén adaptados a cada persona para que puedan disfrutarlos y puedan participar con la mayor autonomía posible.

Campeonato de juegos de mesa en Sanitas Mayores

Con el objetivo de incidir e incrementar la actividad lúdica en sus centros residenciales, Sanitas Mayores lleva a cabo una serie de actividades para promocionar el juego entre los residentes a través de una competición con juegos de mesa en formato “gigante”. Así, los centros contarán con parchís, oca, cartas y dominó para que las personas mayores puedan jugar de una forma diferente a los juegos que conocen de toda la vida durante dos días a la semana.

Los favoritos por los mayores de las 46 residencias de Sanitas Mayores son el dominó, el parchís y las cartas. Los juegos de cartas son muy variados y dependen de su popularidad por área geográfica, por ejemplo, los mayores de Madrid se decantan por el mus, mientras que en Galicia los preferidos son el tute y la brisca. “Además de los beneficios del propio juego, estas dinámicas ofrecen acceso al juego a personas que tienen déficit visual, ya que el tamaño de las piezas y números están adaptados, y permiten la integración de las personas con diversidad funcional y por tanto se fomenta las relaciones sociales entre los diferentes residentes”, explica el terapeuta.

[1] “Análisis de hábitos y uso de productos lúdicos por parte de las personas mayores y estudio de las características funcionales que condicionan su uso: juego como promoción del envejecimiento saludable” (LUDIMAN). INSTITUTO TECNOLÓGICO DEL JUGUETE y el INSTITUTO DE BIOMECÁNICA DE VALENCIA. 2002-2003

 

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