La Junta de Castilla y León pionera en la atención a la diversidad en la asistencia a mayores

mayores-valencia-2La ‘revolución de la longevidad’ obliga a la Junta a dejar de lado la homogeneidad de la atención y atender a la diversidad. La estrategia de la Gerencia de Servicios Sociales hasta 2021, que tiene que pasar el trámite parlamentario, convierte a Castilla y León en pionera en un nuevo enfoque de asistencia que tiene en cuenta las demandas individuales.

La Junta da la palabra a los mayores. La opinión de las 118.000 personas que superan los 65 años en León será determinantes para tomar decisiones sobre el modelo de cuidados para la prevención y la asistencia en la dependencia y promoción del envejecimiento activo. Ese es el principal cambio que introduce la Estrategia de Prevención de la Dependencia para las Personas Mayores y del Envejecimiento activo 2017-2012, que está en fase de discusión y tiene que pasar aún el trámite parlamentario. «Las actuaciones que hagamos a partir de ahora van a tener en cuenta lo que quieren las personas mayores. Sus inquietudes contarán para diseñar las actividades que demandan. Hasta ahora no teníamos este enfoque», asegura el gerente de los Servicios Sociales de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, Carlos Raúl de Pablos. «Ha habido un cambio de paradigma. El perfil de persona mayor actualmente y a partir de ahora no será el de una persona con boina y bastón. Hay otro perfil diferente al de hace 15 años».

El diseño refuerza el papel de las personas mayores en la construcción y mantenimiento de la sociedad del bienestar. Es lo que la Gerencia de Servicios sociales llama ‘revolución de la longevidad’. «Estamos ante un importante número de personas mayores con competencias, capacidad de organización y un enorme potencial de transferencias de conocimiento y experiencia». Un grupo de población que en los próximos años dejará de ser objeto de protección «para desempeñar un papel social relevante y protagonista».

La estrategia, pionera en España, estará centrada en la persona, la promoción de su autonomía, las preferencias personales, en sus necesidades y sus elecciones. El nuevo diseño abandona la homogeneidad con la que se ha trabajado hasta ahora a los mayores y dará respuesta a las diferentes necesidades. «No tiene sentido que pongamos a hacer crucigramas en una residencia, por ejemplo, a una persona que ha estado toda la vida trabajando en el campo. Posiblemente será mejor para esa persona cuidar de un huerto o algo similar», explica De Pablos.

Para poner en marcha esta estrategia, la Junta escuchará la opinión de las asociaciones de mayores y activará un plan en los Centros de Acción Social (Ceas) para canalizar las inquietudes. Involucrará en el proyecto a la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, la Gerencia de Servicios Sociales, las consejerías de Sanidad, Economía y Hacienda, Empleo, corporaciones locales, organizaciones sindicales y entidades privadas proveedoras de servicios para personas mayores y titulares de centros de carácter social, así como a la red asociativa de personas mayores, con discapacidad física o deterioro cognitivo.

De Pablos no aclara la financiación del plan «porque todavía puede sufrir modificaciones hasta su aprobación», aunque destaca que actualmente la Junta destina 188,3 millones de euros en la Comunidad a la atención de las personas mayores.

La estrategia prevé cambios de actuación en la persona, los entornos y la promoción de experiencias innovadoras como ‘A gusto en mi casa’, la atención en la dependencia y en la fase final de la vida y apoyo a los cuidadores.

El plan diseña acciones para promover la capacidad de decisión y autodeterminación de las personas para dar continuidad a su proyecto de vida durante el proceso de envejecimiento, facilitando orientación y apoyos e implantar en los centros el modelo de atención ‘En mi casa’ basado en la planificación centrada en la persona.

En la estrategia se apuesta por el envejecimiento activo con la puesta en marcha de medidas que, a lo largo del ciclo vital, promuevan hábitos y estilos de vida saludables, prevención de acciones y programas de envejecimiento activo. Entre las medidas se contempla un sistema de información anual sobre las actividades para mejorar la planificación de acciones o la puesta en marcha de un protocolo para detectar las necesidades sociosanitarias para el desarrollo de la tecnología necesaria para garantizar la calidad de vida.

La estrategia potencia el trabajo en red en las provincias para que las entidades públicas y privadas trabajen en un programa coordinado y consensuado en Castilla y León. «Analizaremos lo que ha hecho a lo largo de su vida y le preguntaremos qué quiere hacer en el futuro para adaptar el entorno a sus necesidades. Buscamos una información directa», dice De Pablos.

Fuente: Diario de León

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